sábado, 13 de julio de 2024

 

CARLOS I REY DE INGLATERRA,

ESCOCIA E IRLANDA

 

 


          María Estuardo (1542-1587), casada con Enrique II de Francia, al quedar viuda se vuelve a su propio país, Escocia, donde se casa con Lord Darnley en 1565. El conde de Murray, apoyado por la reina Isabel de Inglaterra, promueve un alzamiento de los presbiterianos, que fue el primer acto de la larga tragedia de María. Atraída con engaños a Inglaterra por Isabel, esta la encarcela y la manda decapitar. Es patético ver cómo la cabeza rueda por el suelo y se desprende su peluca, que nadie sabía que llevaba. Hasta el final, fue guapa y presumida.

 

María Estuardo

 

La sucede en el trono escocés su hijo Jacobo I de Escocia y VI de Inglaterra (1566-1625). Bautizado como católico, pero educado en el protestantismo, no levantó la voz en defensa de su madre, oprimida y asesinada en Inglaterra. Sucedió a su tía Isabel como Rey de Gran Bretaña. Al mismo tiempo se perseguía a los presbiterianos por sus ideas contrarias al absolutismo. Jacobo estuvo en pugna con el Parlamento, que quiso hacer prevalecer sus antiguos derechos.

 

Jacobo I

 

Casado con Ana de Dinamarca, a Jacobo le sucede Carlos I, que es el segundo hijo, porque el mayor, Enrique, ha muerto. Carlos quiere mucho a su hermano mayor y a su hermana Isabel, casada con Federico V, elector del Palatinado.

 

Carlos, enfermizo de nacimiento, sufrió raquitismo. Era frágil y débil y no pudo andar hasta los cuatro años. Su estatura apenas llegaba a un metro sesenta. El futuro rey trataba de fortalecerse montando a caballo durante horas agotadoras. Era cauteloso más que poseedor de una gran inteligencia. Tenía los hombros estrechos, pero intentaba verse de forma distinta para hacer bien su papel de rey. Como su padre, no trata más que con gente de alcurnia, despreciando al pueblo llano.

 

Siendo todavía príncipe, y acompañado del favorito de su padre, el duque de Buckingham, hace un viaje de incógnito a España, en lo que se ha llamado el viaje de matrimonio español. Llegar a un país que mantiene el protocolo más complicado de Europa, coge por sorpresa al rey Felipe IV, que necesita mantenerlos ocultos durante una semana hasta poder organizar el encuentro formal.

 

 


La Infanta María Ana, hija de Felipe III, se muestra desdeñosa con el supuesto pretendiente, cuyo hermano muerto ya había intentado casarse con ella. Carlos ha de convertirse al catolicismo si quiere casarse con la Infanta española. ¿Cuál es la verdadera religión? Inglaterra manda representante de la Iglesia anglicana a la corte española para demostrar que ellos están en posesión de la verdad. Roma hace lo mismo, y además hay dos papas que se oponen a este matrimonio si los contrayentes no profesan los dos la religión católica.

 

Finalmente el príncipe inglés retorna a su casa sin llegar a un acuerdo, porque los componentes de su séquito echan de menos el clima de su país, y los españoles están hartos de los malos modales de Buckingham, que se queja de que no le colocan en el puesto que él cree que se merece. Se pasea medio desnudo por el Alcázar y estropea las sillas de éste.

 

Carlos I (1625-1649), mejor que sus predecesores pero lleno de las mismas ideas absolutistas, sufrió las consecuencias de los yerros de sus antepasados.

 

Enriqueta María

 

          Casado con Enriqueta María, hermana de Luis XIII de Francia, y católica, envió a su privado, Buckingham, en auxilio de los protestantes sitiados en La Rochela. Vivió en perpetua lucha con el Parlamento, hasta que lo disolvió en 1629 y gobernó sin él hasta 1640. A estos motivos de descontento se agregó la persecución de los puritanos –calvinistas extremados-, cuyos procesados se presentaron como mártires de la libertad y la introducción en Escocia del culto de los episcopales. Estos últimos se sublevan en 1640 y tuvo que llamar a juicio a los funcionarios regios y condenar a muerte al ministro conde de Strafford.

 

          Se rebelan los irlandeses contra sus opresores. El Parlamento acusa al rey de complicidad con ellos y de alianza con potencias católicas, con lo que obtuvo la facultad de levantar un ejército, pero en vez de mandarlo a Irlanda, lo retuvo en Inglaterra. Esto hizo que el Parlamento lo tomase bajo su amparo. El rey se trasladó con su familia al norte y convocó un nuevo Parlamento en York. El antiguo Parlamento, que estaba en Londres, declaró el reino en peligro. Se apoderó de la escuadra y llamó a las armas a la Milicia territorial, al tiempo que los caballeros acudían a la defensa del rey.

 

          Al principio, los caballeros obtuvieron ventaja sobre los cabezas redondas –como se llamaba a los parlamentarios por llevar cortado el cabello-, pero Oliver Cromwell organizó escuadrones que pretendían abolir toda jerarquía y no reconocían rey y autoridad, y traían a todo propósito las frases de la Biblia, viniese o no viniese a cuento. Estos fanáticos republicanos vencieron a los caballeros.

 

          Después de inútiles negociaciones, Cromwell obtuvo sobre los realistas la decisiva victoria de Naseby en 1645. Al año siguiente, Carlos hubo de huir disfrazado a Escocia, pero los escoceses le trataron como prisionero y le entregaron por 45.000 libras al Parlamento inglés.

 

Oliver Cromwell

 

          Después de muchas vicisitudes causadas por la lucha entre presbiterianos –moderados- y los independientes –puritanos fanáticos y republicanos-, los segundos lograron apoderarse de la persona del rey y expulsar a los presbiterianos del Parlamento. Este entabló contra el rey un proceso de alta traición y le condenó a muerte como: tirano, traidor, asesino y enemigo de la nación (1649). Estos, dueños de la situación, ejercieron una tiranía terrorista, no solo contra católicos y anglicanos, sino contra todo el que se permitiera el más inocente regocijo, contra el arte y contra las brujas, cuyos procesos alcanzaron entonces su apogeo en Inglaterra.

 

          Carlos I fue decapitado en el castillo de Windsor y cuenta la leyenda que cuando fue llevado a ejecutar, por tradición se le concedió un último deseo, a lo que él pidió llevar dos camisas. Iba a ser decapitado una mañana de enero fría, lo que justificó su petición: «Es que allí fuera estarán todos mis enemigos y no quiero que me vean temblando ni siquiera de frío».

 

Un inciso.-

  Este cuadro, pintado por Van Dyck, llama mucho la atención si no se sabe el motivo por el cual se hizo. Fue para mandarlo a Italia y que el Bernini esculpiese una cabeza del rey. Se hizo y se mandó a Inglaterra, pero en la actualidad está desaparecida.

 


 

          El pueblo inglés no ha sido nunca antimonárquico, como se puede ver en la época actual, sino que la inquina contra el rey fue una actitud personal de Cromwell.

 

          Dueño Oliver Cromwell de Inglaterra, hizo que el Parlamento suprimiese la monarquía y la Cámara Alta, y proclamó la República. El poder sería ejercido por un Consejo de Estado de 42 miembros. Al sublevarse los irlandeses y los escoceses, Cromwell les declaró la guerra.

 

          Las tropas irlandesas fueron acuchilladas, 20.000 mujeres y niños reducidos a la esclavitud y vendidos en Jamaica. Las tierras se repartieron entre colonos ingleses, con lo que los irlandeses que quedaron en el país se enviaron a trabajar a tierras inglesas, y por la cabeza de un sacerdote católico, se ofreció el mismo premio que por la de un lobo. Los laicos católicos fueron excluidos de todos los cargos. Muchos irlandeses huyeron y entraron al servicio de Francia y España; otros se ocultaron en los bosques y marismas y prosiguieron la guerra contra sus verdugos.

 

          Los escoceses llamaron al Príncipe de Gales, que estaba huido en Holanda, le reconocieron como rey con el nombre de Carlos II, pero fueron vencidos en dos batallas, y el recién nombrado rey, a cuya cabeza se puso precio, huyó a Francia. Escocia quedó sujeta a los enemigos.

 

Carlos II

 

          Para vengarse de los holandeses que habían auxiliado a Carlos II, Cromwell publicó el Acta de navegación, 1651, en la cual se prohibía que cualquier buque extranjero llevase a Inglaterra otras mercancías que no fuesen las de su país. Con esto, mató el comercio que hacían los holandeses y favoreció el comercio inglés, puesto que los buques ingleses tuvieron el monopolio del comercio ultramarino. Empezada la guerra, los holandeses fueron vencidos y obligados a la paz, y a los españoles, los ingleses les quitaron la isla de Jamaica. Cromwell gobernó Inglaterra como un tirano y como hallase resistencia en el Parlamento, se presentó en él con 300 hombres y lo disolvió, lo mismo hizo con el Consejo de Estado, con lo cual reunió en su mano todos los poderes (1653) con el título de Lord Protector, y no se ciñó la corona que le ofrecía el Parlamento por temor al ejército, que era republicano. Pero el general descontento del pueblo, promovió una serie de conjuras que lo hicieron vivir en continua zozobra y sin otro recurso que el de imponerse por el terror.

 

Un inciso.-

  Se cree que Cromwell padecía malaria (probablemente contraída durante sus campañas en Irlanda) y de cálculo renal. En 1658 sufrió ambas a la vez: un rebrote repentino de las fiebres provocadas por la malaria, seguido inmediatamente por un ataque de síntomas propios del cálculo renal. Un médico veneciano siguió la enfermedad que acabó causando la muerte de Cromwell, afirmando que sus médicos personales lo estaban tratando mal, lo que lo llevó a un rápido declive y a la muerte. Sin duda, aceleró su decaimiento la muerte de su hija favorita, Elizabeth Cromwell, el 29 de agosto de 1658, a los 29 años. Murió en Whitehall el 3 de septiembre de 1658, el aniversario de sus grandes victorias en Dunbar y Worcester.

 


Abadía de Westminster. Pintada por Canaletto. 1749

 

En 1661 su cuerpo fue exhumado de la abadía de Westminster y sujeto al ritual de la ejecución póstuma. El proceso tuvo lugar, de forma simbólica, el 30 de enero, la misma fecha en que se ejecutó a Carlos I de Inglaterra. Su cuerpo fue colgado de unas cadenas en Tyburn durante un tiempo, hasta que finalmente fue arrojado a una fosa, mientras que su cabeza decapitada fue exhibida en lo alto de un poste clavado a la entrada de la abadía de Westminster hasta 1685. Tras ese año, la cabeza fue cambiando de manos hasta ser finalmente enterrada en los terrenos del Sidney Sussex College, en Cambridge, en 1960, donde Oliver había estudiado.

 

          Al morir Cromwell, fue reconocido como sucesor en el Protectorado su hijo Ricardo, pero falto de la energía de su padre, dejó que se produjese en todas partes la anarquía, con lo que no tuvo más remedio que abdicar y huir al extranjero. El general Lambert pretendió representar el papel de Cromwell, pero el pueblo se había cansado de la comedia republicana.

 

          El general Monk, que estaba en relaciones con Carlos II, se dirigió con su ejército a Londres, donde se apoderó de Lambert y convocó un nuevo Parlamento, compuesto en gran parte de realistas. Este Parlamento decretó el restablecimiento de la monarquía y llamó a Carlos II –hijo de Carlos I-, bajo la condición de que concediera una amnistía y tolerancia de las varias confesiones protestantes.

 

          Carlos II (1600-1685) entró en Londres entre el júbilo popular, pero no respondió a las esperanzas que en él se habían depositado. Restableció la Iglesia Anglicana, vivió con escandalosa licencia, que cundió entre el pueblo, y para procurarse dinero, vendió a Francia la plaza de Dunkerque, que Cromwell había arrebatado a los españoles.

 

          En guerra con Holanda, vio su flota vencida e incendiada (1667). Entró en la Triple Alianza contra Luis XIV, aunque luego se pasó a su servicio. Mediante un cuantioso subsidio que le dio este, declaró otra vez la guerra a los holandeses.

 

          El pueblo atribuía todos los males a los católicos, mientras que el rey se inclinaba hacia ellos, y el Parlamento le obligó a admitir el Bill del test (1673), en virtud del cual para desempeñar cualquier cargo público, se había de declarar que se reconocía al rey como Cabeza de la Iglesia, ya que no se admitía el dogma de la Transustanciación, que duró hasta 1829. En 1678 se supuso que los católicos habían tramado una conjura contra el rey y con el testimonio del perjuro Titus Oates, que era un bandolero público, fueron encarcelados 20.000 católicos, algunos ejecutados, como el conde de Straford, secretario del duque de York, hermano del rey. El rey no creyó el embuste, pero no se atrevió a oponerse temiendo que sus enemigos dirigieran contra él la furia popular que había provocado, antes bien, hubo de conceder el bill de habeas corpus, en virtud del cual ningún ciudadano podía ser reducido a prisión sin sentencia del juez competente.

 

          En esta época, por vez primera, se manifestaron los dos partidos políticos: los liberales y los conservadores.

 

Jacobo II

 

          A Carlos II le sucede su hermano Jacobo II, y la Gran Bretaña continúa con su monarquía hasta la época actual sin más incidentes.

 

  Un inciso.-

Los puritanos que practican la misma religión que Cromwell, se avergüenzan de que sea un dictador y emigran en masa a las colonias. Se puede decir que constituyen la primera comunidad que se establece en Estados Unidos.

 

En Salem se produce un proceso contra unas ancianas como presuntas brujas, con lo que se las condena a la hoguera. (Cfr. una obra de teatro escrita por Arthur Miller en la época actual, que nos habla de este proceso.)

 


 

Los que han participado en las condenas de las supuestas brujas se arrepienten de su actitud, pues han condenado al fuego a unas inocentes. Hay representantes de todas las religiones y se juramentan para que en los estados que han fundado, no se discrimine a nadie, sean las que sean las ideas religiosas que profesen, y no dejen de ocupar cualquier cargo público.

 

 

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Condado de Tipperary

 

https://www.youtube.com/watch?v=gs5IH76mwCM