A Miguel Navarro Sorní, gran melómano
La Sinfonía
de los Adioses o la historia de una reivindicación laboral
H. dirigiendo un cuarteto
1772.- Haydn compone la Sinfonía número 45 en fa sostenido menor,
conocida como la “Sinfonía de los Adioses”,
una de sus obras más fascinantes y populares.
Palacio de Verano de los Esterhazy. La temporada veraniega toca a su fin,
pero los señores no han dado orden de preparar el regreso ¿Se
encuentran a gusto? ¿El tiempo es todavía agradable? Los músicos del príncipe,
que, como de costumbre, le acompañan, se encuentran nerviosos deseando retornar a
casa. El príncipe Nicolás les prometió que, antes del otoño, volverían a Eisenstadt;
hace meses que dejaron aquel palacio y a sus familias, porque en Esterhaza tienen prohibido llevar a sus mujeres, con lo que su urgencia es comprensible.
Haydn, director de la orquesta, piensa en tomar parte a favor de los
músicos, pero ¿cómo decirle al ‘patrón’:
“Señor príncipe, os ruego que reparéis una injusticia, sin dejar de sonreír”?
Las palabras no serían oportunas, sin embargo hay una forma elegante de
hacerlo: con música.
Joseph concibe la idea de componer una sinfonía en la cual los músicos
vayan retirándose poco a poco. Esta sinfonía tiene cuatro movimientos; a partir
del adagio del último, los solistas dejan de tocar su instrumento, apagan la
vela del atril y salen silenciosamente. La obra termina con dos violines: Haydn
y Tomasini tocando un pianísimo y un estacato.
El único espectador era el Príncipe, quien, sin inmutarse, dicen que
dijo:
-“Si se van todos, igual
deberíamos irnos nosotros”.
Y los habitantes temporales del Palacio de Verano regresaron al palacio
habitual.
Palacio Esterhaza
Franz Joseph
Haydn (1732-1809)
1732, 31 de marzo.- Nace Franz
Joseph Haydn en Rohrau, aldea cercana a Viena, capital del Sacro Imperio Romano
Germánico. En la pila bautismal recibe los nombres de Franz Joseph, pero, sin
que se sepa el motivo, el primero no se usó durante su vida y los posteriores
estudiosos de su obra evitan hacerlo.
Padre: Mathias Haydn, fabricante
y reparador de carros, alcalde. Madre: Anna María Koller, cocinera. Ambos están
al servicio del conde Harrach, aristócrata de la localidad. El estar en
contacto con un ambiente refinado les permite recibir la influencia de una
educación esmerada. No saben solfeo, pero aman el folklore y Mathias, de forma
autodidacta, ha aprendido a tocar el harpa. En sus momentos libres reúne a familiares
y vecinos para hacer sonar tan dulce instrumento y cantar las canciones
preferidas por todos ellos.
Entre los doce hijos del
matrimonio Haydn, los hay con aficiones musicales: Michael será compositor y Joham,
cantante, pero sobre todo el segundo, Joseph, está extraordinariamente dotado
para la música y el canto. Los padres, faltos de medios, hablan con su pariente
Frankh, maestro de escuela y director del coro de Hainburg, quien se hace cargo
del niño. Nadie puede saber que, al partir con seis años, Haydn está diciendo
adiós a su corto pasado: nunca volverá a la casa familiar. Pero sí que volverá
su efigie. Antes de morir, sus paisanos, orgullosos de él le levantan un
monumento.
En casa del pariente padece hambre
y humillaciones, pero aprende música.
-Instrumentos: clavecín, piano y violín.
-Canto: cantor del coro que dirige Frankh.
1740.- Von Reutter, maestro de
capilla de la Catedral de San Esteban, le oye cantar de forma casual y le gusta
su voz. Habla con los padres, que le autorizan para llevárselo con él a Viena. Durante
9 años será corista y recibirá clases de latín, canto, violín y teclado. Tuvo
que ingeniárselas para aprender teoría y composición y lo hizo con los mejores
profesionales que acudían a San Esteban, uno de los más importantes centros
europeos musicales. Le dan clase a cambio de algún pequeño favor.
El coro es invitado frecuentemente a fiestas y
el joven Joseph demuestra su ingenio: canta mejor que nadie para que su parte en
el refrigerio posterior sea más abundante. En casa de los Von Reutter ¿a quién
le importa el hambre que pasan él y los otros pupilos que allí viven en régimen
de internado?
Y, puestos en el terreno de los
interrogantes, Haydn se plantea el más importante para su porvenir: ¿podrá
vivir ejerciendo la profesión de músico? Sí, se contesta, y lo conseguirá, pero
¡a costa de cuantos sacrificios!
1749.- Es despedido del coro con
el pretexto de que no da los agudos y en la calle encuentra a un amigo que lo
invita a compartir su miseria y la de su familia en la buhardilla donde se
hacinan. Se hace músico independiente, cantante callejero, profesor y sirviente
del compositor italiano Nicolo Porpona. De él dirá en su madurez: ‘él me enseñó los verdaderos fundamentos de
la composición’. Sus conocimientos sobre esta disciplina y la teoría, los
completa trabajando personalmente los textos de Fux y de Emmanuelle Bach.
Compone. Los que comercializan
sus obras le engañan: le dicen que no tienen éxito cuando las partituras ya
están expuestas en escaparates y la mayoría vendidas.
1755.- La condesa Thun le contrata como profesor de canto particular. El barón
Fürnberg lo hace para interpretar música en su finca Weinzier.
Franz Joseph Haydn
1759.- El conde Morzin, atendiendo la recomendación del anterior, le nombra maestro de capilla y director de sus obras. Tiene que desplazarse a Bohemia.
1760.- Está alojado en casa del peluquero Keller. Con la situación
laboral estabilizada, piensa en casarse con Teresa Keller, pero ella le rechaza
porque profesa en religión.
1760, 26 de noviembre.- En San Esteban se celebra su matrimonio con María
Anna Keller (1729-1800) presionado por el peluquero. La unión fracasa y se separan.
No están muy claras las razones por las que se celebra esta boda: la novia es
mayor que él, no tiene un físico agradable y es bastante marisabidilla; le
importa poco que su marido sea músico o zapatero y utiliza las composiciones de
Joseph como papillonnettes para
rizarse el pelo o para hacer abanicos.
María Anna Keller
El trabajo obliga a Haydn a pasar largas temporadas lejos de Viena. Un día le visita un amigo y encuentra sobre su mesa de despacho un montón de cartas sin abrir.
-¿Y eso? -le pregunta.
-Son las cartas de mi mujer.
Decidimos escribirnos una vez al mes, pero yo ya no leo las suyas porque no me
interesan. Es una bestia infernal, traída al mundo para desesperarme -le
confiesa al amigo.
El hecho de no haber tenido hijos facilita la separación; nunca volverán
a verse, pero Haydn le pasó una pensión hasta su muerte.
‘No podía convivir con una
persona que no mostraba ninguna sensibilidad hacia la música y la vida en
general’, dirá el músico más tarde.
1760-1770.- En Europa Central se produce un
movimiento estético que toma el nombre de un drama de Klinger titulado Sturm
Und Drang (Tormenta e Ímpetu), y que anuncia la proximidad del romanticismo.
Son los años previos a la Revolución Francesa y el nuevo pensamiento encuentra
sólida base en la literatura: “Emilio” de Rousseau, “Werther” de Goethe, “Los
bandidos” de Schiller…
Su influencia alcanza a otros campos creativos
como la música. Varios compositores, aparte de Haydn, se sienten influenciados
por él. Se inspira en el sentimiento más que en la razón. Es un tipo de música
que conmueve, emociona, apasiona... En general es una manifestación artística que
deja las emociones a merced de la subjetividad de su creador.
Al príncipe Nicolás no le gusta, por lo que
Haydn prescindirá de su influencia cuando empiece a trabajar para él.
1761.- Morzin le presenta a la familia Esterhazy. Este encuentro cambiará
radicalmente su vida.
En la época, era costumbre que los príncipes
europeos, en sus palacios de invierno y verano, tuviesen a su servicio
orquestas dirigidas por músicos-compositores. Estos conjuntos acompañaban los
actos, vida y diversiones de los príncipes y de sus amigos.
Haydn ha tenido una existencia aventurera y
azarosa, que se estabiliza totalmente cuando se pone al servicio de los
príncipes Esterhazy. Estuvo con ellos casi 30 años, lo que le proporcionó
buenas ganancias y el trato personal acorde a la grandeza y señorío que les
eran propios: grandes terratenientes húngaros, poseedores de inmensa fortuna y de
numerosas propiedades en Hungría y en Austria. Haydn encuentra en ellos a unos
verdaderos protectores; viste su librea y les acompaña en sus desplazamientos.
Los Esterhazy tienen:
-Residencia en Viena para el invierno.
-Residencia en Eisenstadt para la primavera y el
otoño.
-Residencia en Esterhaza para el verano cuando
el príncipe Nicolás construya su nuevo palacio.
Las orquestas que acompañan a los príncipes son
pequeñas en cantidad (13 ó 14 componentes, con posibilidad de ampliar este
número, para eventos concretos, con músicos eventuales) y son alojados,
mantenidos y remunerados por los Esterhazy porque no dejan de ser sus lacayos,
sujetos a obediencia por contrato; pero en el caso de Haydn le conceden la
atribución de elegirlos y todos son excelentes, verdaderos y brillantes
solistas. Por ejemplo, Tomasini en 1807 lo será en la Misa en do compuesta y
dirigida por Beethoven. Haydn y sus músicos gozan de una consideración especial:
tienen mesa para ellos solos.
Entra al servicio del príncipe Paul Anton (1711-1762), primero de la saga
que lo emplea, muy amante de la ópera y de la música en general. Le nombra ayudante
del maestro de capilla. A su muerte (soltero y sin hijos) le sucede su hermano
Nicolás (1714-1790), el cual, y entretanto, había vivido en un pabellón de
caza, propiedad de la familia. Es en este terreno donde el nuevo príncipe
levantará “su Versalles” (otra semejanza con el Versalles original, construido
por Luis XIV sobre un pabellón de caza utilizado por su padre).
Nicolás Esterhazy
Nicolás Esterhazy, llamado El Magnífico, educado por los Jesuitas, es militar. Toma parte en la Guerra de los 7 años, en la que se distinguió por su heroísmo, llegando al grado de Coronel. Todavía es más aficionado a las Bellas Artes que su hermano. Su fortuna es inmensa, pero sabe gastarla. Es notable por su esplendidez. Viaja a París, donde llama la atención por su chaleco cuajado de brillantes. Al entrar en contacto con Versalles decide construir un palacio semejante a este en sus tierras húngaras de Esterhaza (actual Fertol). Se conocerá como ‘El Versalles Húngaro’. Consta de 126 habitaciones, comedor de gala, salón de música, teatro de ópera, teatro de marionetas, inmensa biblioteca… Este palacio está destinado a pasar el verano, pero Nicolás se encuentra tan a gusto en él, que procura prolongar sus estancias, no sin descontento de los que le rodean.
Extraña y notable personalidad la de este hombre:
Goethe lo conoce en una reunión de tipo diplomático y dice de él que no era
alto, pero de facciones armónicas y buen porte, gran señor y afable en su trato.
No puede olvidar su pasado de soldado: en sus
dominios todo está regulado por normas estrictas que él se encarga de redactar
y hacer cumplir, pidiéndoles que no olviden que en medio de sus vidas siempre
se debe de encontrar Dios.
Geizinger, biógrafo de Haydn, nos dice: ‘el
príncipe Nicolás gastaba mucho, pero no todo en sí mismo. Hay documentos que
prueban que había puesto en marcha un embrión de Seguridad Social, a sus expensas,
pensiones a jubilados y viudas; pequeños hospitales en Eisenstadt y Esterhaza; posibilidad
de consultar a uno de los 3 médicos que vivían en sus dominios, seguir tratamiento
adecuado o ser enviado a un balneario’.
La relación de Nicolás con la Emperatriz María
Teresa (1717-1780) es excelente. En una ocasión la invita a su nuevo palacio con
motivo del estreno de una ópera. Pocos días antes de llegar, los apartamentos
destinados al servicio imperial sufren un incendio. Nicolás, por la premura del
tiempo, prefiere dejar su reparación para más adelante y construir un pabellón
nuevo para uso de la Emperatriz. Al llegar y enterada de los hechos, María
Teresa pregunta:
-¿Cuánto
os ha costado?
-Tanto.
Le contesta Nicolás -hablando de una cantidad
astronómica como si fuese una minucia.
-Verdaderamente
una bagatela -le contesta su invitada, cuya
fortuna no es tan grande como la del príncipe y además tiene que “colocar”·a 16
hijos.
Y así se llamará dicho pabellón: BAGATELLE, como
señala el letrero que se puso sobre su puerta.
Haydn, que ya es un hombre adulto, le recuerda a
la Emperatriz que, siendo niño, estuvo cantando en una fiesta en el Palacio de Schonbrunn,
con el coro de San Esteban. Se pusieron a correr por los jardines y fueron bien
castigados. La ilustre señora le regala una cajita orlada de brillantes para que
olvide el mal recuerdo.
La Emperatriz siempre dijo: “cuando quiero
asistir a una buena opera, voy a casa de los Esterhazy”.
Nicolás y Haydn tuvieron una muy buena relación. Le exige mucho en cuanto
a su trabajo, pero pasa por alto descuidos y ligeras faltas y se lo paga con creces;
dinero, atenciones y multitud de detalles: le nombra maestro de capilla, le da
casa propia en Eisenstadt (hoy museo), le permite que mantenga entre los
cantantes a dos que lo son mediocres (su amante la soprano Luigia Polzelli y su
hermano Johann Haydn).
Luigia Polcelli
Hay un niño, Alois Polzelli, que Haydn considera suyo, se ocupa de su educación y le deja un legado en su testamento.
Le consiente que componga música, que no es la que más le agrada y que en
la actualidad es de la que más se valora. Hace un trabajo que la posteridad le
agradece: clasifica y guarda multitud de partituras destinadas a perderse.
El príncipe es un intérprete aficionado. Toca el baritón.
Qué es el baritón.- Pertenece a la familia de la
viola de gamba, con tamaño similar al del violonchelo y un sonido entre un
instrumento de cuerda y el harpa; consta de cuerda frotada y cuerda pulsada.
Haydn compone 175 obras para baritón, a fin de que sean interpretadas por su empleador.
En tiempos dejó de usarse por su dificultad, pero
en el siglo XX hay un resurgimiento de su empleo con buenos intérpretes, entre
ellos el español José Manuel Hernández.
Baritón
Los príncipes le hacían interpretar cualquier tipo de música de otros autores, pero sobre todo componer obras propias para su deleite. Por el retiro a que se ve obligado por su contrato, tiene poco contacto con los músicos del momento. “Tenía que ser original”, dirá de sí mismo más tarde, al tiempo que comentaba lo duro que le fue vivir yendo tan pocas veces a Viena, donde tenía muy buenos amigos.
En los últimos años de su estancia con los Esterhazy, florece una
relación platónica entre Joseph y Maria Anna Genzinger (1750-1793), esposa del médico
personal de Nicolás. De ella ha quedado la extensa correspondencia que se intercambió
entre ambos; él le envía cartas desde Austria y desde Inglaterra. Maria Anna
desaparece joven; su muerte supuso un duro golpe para el compositor.
Maria Anna Genzinger
Gracias a estos documentos conocemos información de primera mano sobre acontecimientos de la época.
1780.- Aunque se duda sobre la fecha, se supone que es el año en que
viajó a Francia y compuso las “Seis Sinfonías de París” (núm. 82 a 87).
1784.- Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) se conocen en Viena, actuando
como solistas (violín y viola) en un concierto, y vuelven a unirse como
intérpretes en alguna otra ocasión. La simpatía, el afecto y la admiración son
mutuos. Joseph, a quien le encantan las “Bodas de Fígaro”, se convierte en su
mentor.
Mozart le dedica una serie de cuartetos, cosa inusual en años en que
imperaba la costumbre de hacerlo solo con aristócratas, a fin de buscar su
protección; también le tutea, extraño en el momento, por la diferencia de edad
que les separaba. Trata de disuadirle de que vaya a Londres por causa de la
diferente lengua (parece ser que Haydn era bastante negado para los idiomas) y
porque… ¡ya tiene 60 años! Es la última vez que se ven, a causa de la prematura
desaparición de Amadeus. Se encontrarán más allá de la muerte como músicos: en
el multitudinario funeral por Joseph Haydn solo se oye el Réquiem de Mozart.
1787.- Mozart y Beethoven tienen un breve encuentro en Viena. Se supone
que ya no se volverán a ver.
1789.- Revolución francesa.
1790.- Muere el príncipe Nicolás, muy afectado por el fallecimiento de su
bien amada esposa Maria Elisabeth, ocurrida unos meses antes.
A su hijo, el príncipe Antón II no le interesa tanto la música como a sus
antepasados: sigue pagándole la misma remuneración que cobraba y pasa allí
temporadas, pero sin la obligatoriedad de antes, lo que le permite viajar,
desplazarse a otros países.
En estos momentos la situación de Haydn es muy distinta de la de 30 años
atrás. Su fama como compositor ha llegado a toda Europa. Johann Peter Salomon (1745-1815)
célebre violinista y empresario, va a buscarlo para conducirle a Londres,
puesto que ha aceptado su invitación para dirigir varios recitales.
1791-1792 y 1794-1795.- Son los dos períodos de su vida en que estuvo en
Inglaterra. Allí nada ni nadie coarta su libertad, ni recibe órdenes; da rienda
suelta a su imaginación y compone sinfonías, misas… Dirige orquestas en
conciertos con asistencia masiva de público; alcanza fama y riqueza, conquista
voluntades, establece relaciones de amistad que duran el resto de su vida; a
alguna de esas amistades la salva de la ruina.
Sucesivamente va componiendo las Doce Sinfonías de Londres.
Al llegar a Londres se está homenajeando a Haendel, muerto en 1759. Haydn
decide imitarle y componer sus propios oratorios. Es recibido por el rey Jorge
III de Hannover, y en dos ocasiones interpreta obras para el príncipe de Gales.
1792, 2 de julio.- La Universidad de Oxford le concede el título de doctor
“honoris causa”; para la ocasión se interpreta su Sinfonía núm. 92. A partir de
ese momento se la conoce como Sinfonía de Oxford.
Las cosas reciben “sobrenombres” como las personas;
la sinfonía núm. 45 ya se llama “de los
adioses”, como se ha visto.
1789.- Un empresario de conciertos inglés acude
a contratarle durante los últimos tiempos de vida del príncipe Nicolás y recibe
la correspondiente negativa. Haydn está afeitándose y lo hace con dificultad, “¡Daría la mejor de mis composiciones por
una navaja inglesa!”, exclama.
Sabido es que los ingleses nunca se van sin
nada. Al instante el empresario le ofrece la suya y en contrapartida se lleva
un cuarteto, que el maestro acaba de
componer y ha dejado sobre una mesa. Esta pieza se llamará “El cuarteto de la navaja”.
La sinfonía 83 se llama “Reina de Francia” porque le encantó a María Antonieta; la 94 se
llama “La Sorpresa” porque en medio
de un pianísimo suena de repente un golpe de timbal, ‘para despertar a los que vienen a los conciertos a dormir’ dice
Haydn; y así un sinfín. Era muy bromista y le encantaba gastar bromas, algunas
un poco pesadas, especialmente a través de la música.
Su trato con las mujeres fue un poco especial. En
Londres se crea un club de fans al que pertenecen la Sra. Shaw y la Sra. Hodges.
Con Rebeca Schroter, viuda, tiene un romance que la familia de ella ha de
cortar, puesto que no puede acabar en matrimonio. Peor es el escándalo que
produce su relación con Elizabeth Billington, casada. Un periodista roba las
cartas que él le ha dirigido y ella no quiere ceder al chantaje. El periodista
las publica.
Hay una joven, Catherine Czech, a quien ha
conocido en un viaje de juventud con el príncipe Nicolás. Lo que pasó entre
ellos permanece en el misterio, pero Haydn la nombra en su testamento,
dejándola muy favorecida económicamente.
Haydn era muy buena persona, pero le gustaban
todas, especialmente las casadas. ¿Qué hubiera hecho de encontrarse soltero o
viudo?
1790-1792.- A su paso por Bonn con Salomon, camino de Inglaterra, conoce
a Ludwig van Beethoven (a quien él llama el gran mogol) y lo reencuentra a su vuelta. El joven músico es el
autor de las cantatas para los funerales de José II y la elevación al trono de
Leopoldo II. Haydn queda muy impresionado por su extraordinaria valía y le
propone que vaya a Viena, donde le impartirá clases. Haydn, tan activo, no se
da cuenta de que su propio trabajo le sobrepasa y de que los años no pasan en
balde: está muy fatigado.
1795.- En casa del Príncipe Lichnowsky, Beethoven da un recital:
interpreta “Tres Tríos de Piano”,
pieza que acaba de componer. En cuanto acaba, va corriendo hacia el maestro
para conocer su opinión. Haydn, vencido por el cansancio, quizá no es
consciente del daño que puede hacer: “habría
que trabajar un poco más la tercera parte antes de publicarla” -le comenta.
¡Precisamente la más valorada por la posteridad y sin haber introducido ninguna
corrección! Las relaciones se enfrían; posteriormente Ludwig le dedica otro
Trío al maestro, pero este sabe que nunca conseguirá lo que le hubiese gustado:
ver escrito en las composiciones de su discípulo ‘Por Ludwig van Beethoven,
discípulo de Joseph Haydn?
Haydn,
Mozart, Beethoven, constituyen la Primera Escuela de Viena
No en un sentido corporativo como en la
actualidad, ni porque exista un trabajo burocrático para que así conste.
Sencillamente es una forma de “clasificar” a aquellos tres genios, coincidentes
en el tiempo, con sus similitudes y sus diferencias y sus mutuas influencias.
Coincidencias:
-Haydn es mentor de Mozart y maestro de Beethoven.
-Los tres desarrollan su actividad en Viena o
alrededores.
-¿Beethoven sería el mismo sin Haydn y Mozart?
-Claridad de expresión musical, sencillez.
-Los tres construyen sus mejores obras sobre la
sonata clásica.
-Humor: H. ingenuo; M. gracia juvenil; B.
profundo.
Diferencias:
-H., música sencilla, clara, graciosa, tradicional,
armónica, original, innovadora. No resalta en la ópera.
-M., elegante, cortesana, ligada al ambiente en
que vive. Magníficas óperas. Muy protegido por la familia. Su música no trasciende
la tragedia interna de su vida.
-B., enérgica, profunda, subjetiva, grandiosas
proporciones, resalta en la instrumentalidad. Tragedia familiar, desarraigo,
sordera, rechazo de las mujeres amadas… Su música trasluce la rebelión interna.
Sin óperas.
Y ¿cómo era Haydn? De corta estatura, ¿debido a la desnutrición infantil?
Se consideraba increíble que hubiese sobrevivido a una viruela que le dejó la
cara llena de cicatrices. “No comprendo cómo,
con mi físico, puedo haber cautivado a tantas damas” -solía decir al hablar
de sí mismo.
De temperamento complaciente, alegre y feliz por naturaleza; nunca se
sintió amargado por el recuerdo de su infancia o el trato con “timadores”.
Alegre pero muy serio, con gran sentido de la diplomacia y la política.
Amigo de sus amigos y dispuesto a resolver, a ayudar. La modestia le
impedía creer que ya estaba en la cima; todavía quería estudiar, aprender. Con
gran dignidad personal. Su inteligencia se manifiesta en su transparencia, claridad,
ponderación, equilibrio…
Gran trabajador, prolífico, sus composiciones se cuentan por centenares;
con el triunfo, su vida cambia, pero no su manera de ser, su sencillez. Se le
recibe en todas las Cortes europeas y se le admira por la grandeza de su obra y
por su ética artística; es querido por sus cualidades.
Siempre trató a los que dependían de él con cordialidad. Defendía los
derechos e intereses de sus músicos, a los que consideraba como cosa suya, y
ellos le correspondían con cariño y respeto; fueron sus mejores
“propagandistas”.
Ferviente católico; a menudo recurría al Rosario, sobre todo si tenía
problemas. “Es una práctica muy efectiva”
-solía decir a los amigos. Por las mañanas hacía “su ofrecimiento de obras”.
Durante su última estancia en Inglaterra, encara la posibilidad de
quedarse a vivir para siempre en el país donde ha sido tan mimado y agasajado; hasta
el Rey Jorge trata de convencerle en ese sentido, pero finalmente decide volver
a Austria. En Viena manda construir una gran casa (hoy museo) en el suburbio de
Gum Pen Dorf, actual distrito de Maria Hilf. Se instala con un servicio
numeroso y fiel, dispuesto a plasmar en el pentagrama la cantidad de ideas que
le bullen en el pensamiento, deseoso de vivir una vejez tranquila y poder trabajar
sin prisas, dando lo mejor de sí mismo: quiere componer para la posteridad.
1797.- Escribe “El Himno al
Emperador”. En Inglaterra ha conocido el “God save the King”, y quiere que
sus compatriotas tengan un equivalente. Que el Himno al Emperador se convierta
en la representación de todo su reino.
A partir de los años 40, el himno nacional
austríaco está compuesto por música de Mozart y letra de Paula von Preradovic. El
actual de Alemania ha incorporado la música de Haydn y la letra del poeta Hoffmann
von Fallersleben.
1798.- Estando con los Esterhazy escribe la Misa in Angustiis (misa para
tiempos angustiosos); toda Europa está revuelta por causa de Napoleón; el almirante
Nelson acaba de vencerle en la Batalla del Nilo, lo cual supondrá un respiro, por
lo que empieza a dársele su nombre a esta Misa.
1800.- Horacio Nelson y Lady Hamilton acuden a visitar a los Esterhazy y
sobre todo a conocer a Haydn. Se interpreta la Misa, que definitivamente se
conocerá como Misa de Nelson.
1798.- Piensa emplear un año en componer el
oratorio “La Creación”. No hay prisa:
está dedicado a Dios.
1801.- Da un concierto con Beethoven, el cual imita a su maestro: decide
que el resto de su vida se tomará su tiempo y se fijará grandes objetivos.
1801.- Es el año del oratorio “Las
estaciones”.
1802.- Cumple 70 años. Renuncia a todos sus cargos oficiales. Es nombrado
“ciudadano vienés de honor”.
1803.- Dirige por última vez. Pieza elegida: el oratorio “Las Siete Palabras de Nuestro Señor en la
Cruz”. La pieza original ha sufrido transformaciones y finalmente la ha convertido
en un oratorio.
1786.- Los Miembros de la Hermandad de la Santa
Cueva de Cádiz le hacen un encargo muy especial; para él supone un reto y lo
acepta. En Semana Santa, los cofrades celebran una ceremonia durante la cual un
orador sagrado glosa las “Siete Palabras”; en los intermedios hay una pausa
para la meditación. La música es para acompañar esos momentos de oración
silenciosa. Seis movimientos son pausados, solemnes, y el séptimo (terremoto)
es tormentoso.
No es su primer contacto con nobles españoles;
durante su permanencia con Nicolás, hay varios que tratan de que rompa su
contrato con el príncipe y viaje a España para trabajar con ellos. Goya pinta al
Duque de Alba del momento con una composición de Haydn en la mano.
Goya. Duque de Alba con partitura de Haydn
1808, 27 de marzo.- Audición de “La Creación”, dirigida por Antonio Salieri. La acogida y el acto son emocionantes; el autor llora y tiene que dejar la sala en el entreacto. Beethoven sale a despedirlo y le besa las manos. “Está llamado a convertirse en uno de los más importantes compositores europeos. Llegado el momento, estaré orgulloso de presentarme como su maestro”, dice de él Haydn.
1809, 11 de marzo.- Las tropas napoleónicas bombardean Viena y una
granada cae cerca de la casa de Joseph. Sus habitantes quedan muy impresionados
y él en especial, pero se niega a abandonar el hogar. Napoleón le visita personalmente
y pone una guardia en su puerta para protegerlo. Lo que más le emociona es que
con el Emperador entre un joven húsar cantando un aria de ‘La Creación’.
1809, 31 de marzo.- Muere. Tiene 77 años. En Austria consideran que ha
muerto el mejor compositor de la época.
Solemne Misa funeral que se celebrará por el bien del alma de Joseph
Haydn
Iglesia de los benedictinos irlandeses
Música: Réquiem de Mozart Viena, 15 de junio de 1809
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El templo está abarrotado de asistentes. De Francia ha venido su amigo el
escritor Sthendal para rendirle homenaje.
1820.- Sus restos son trasladados a Eisenstadt.
1954.- Encuentra su sepultura definitiva: el panteón de la familia Esterhazy.
Palacio de Eisenstadt
A Haydn se le considera el “padre de la sinfonía y el del cuarteto de
cuerda”.
Su obra, enorme, abarcó todo los géneros: vocales, instrumentales,
religiosos, profanos.
-Orquestales. Sinfonías, conciertos, minuetos, divertimentos.
-Cámara. Sonatas, tríos, cuartetos.
-Vocales y corales. Cantos para piano, coros y cantatas, misas, teatro,
óperas, oratorios.
Su obra está muy dispersa. Gracias a Anthony van Hoboken (1887-1983) se
ha logrado establecer una clasificación que es la que se sigue en la
actualidad.
Webster, uno de sus biógrafos, dijo de él: “La vida pública de Haydn ejemplifica el ideal de la Ilustración sobre
lo que es un ‘hombre honesto’: buen carácter, éxito mundano, modestia y
probidad, aspectos físicos y morales, que no son la clave del éxito profesional,
pero que contribuyen a obtenerlo”.