jueves, 10 de marzo de 2022

 

Los ángeles cuentan la infancia de Jesús


Inmaculada Niña de Zurbarán

 

A mi hijo César, gran amante de los libros.

Donde estás ahora, ¿también lees?

 

Algunos lectores de la Sagrada Escritura piensan que la infancia de Jesús no está tan bien contada y con tantos datos como en las narraciones apócrifas y no es así. Está bien contada, pero de otra manera: por medio de los ángeles.

 

¿Qué es un ángel?

Es una criatura alada dedicada

a transmitir los mensajes de Dios.

Ángel. Fray Angélico

 

11 Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían”. (Mt 4, 11) Porque el Mundo está lleno de ángeles, atentos a adorar a Dios y a cumplir sus órdenes. ¿Quién no ha experimentado en el transcurso de su vida la presencia de un ser anodino, que no llamaba la atención de nadie, y le ha preguntado “qué busca usted” y una vez resuelto lo que parecía imposible, ha desaparecido el ayudante y el “ayudado” ha oído un lejano batir de alas?

 

Estas intervenciones angélicas ocurren desde el anuncio que hace el arcángel Gabriel a Zacarías y a María hasta que Jesús va con sus padres al Templo a los 12 años. Hay quien supone que Jesús accede a la mayoría de edad religiosa en esta visita, aunque no se reseña. Pero no es cierto. Según la Ley, bar mitzvá se puede ser a partir de los 13 años y un día. Los evangelistas no lo narran, pero es seguro que Jesús, cumplidor de la Ley, lo sería también de este precepto.

 

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“¿De dónde eres tú?” Juan –el evangelista de la Palabra- nos dice que Pilatos hace esta pregunta a Jesús cuando le interroga. El gobernador es un racionalista romano, cobarde y sobre todo indolente, al que no le interesan los aspectos religiosos de la cuestión, y por él lo hubiese dejado libre, pero teme la revuelta de los judíos y más en tiempos de la Pascua, en que la ciudad está llena a rebosar. Están airados, en contra de Jesús porque lo consideran un blasfemo, ya que se ha atrevido a decir que es Hijo de Dios, y piden para él la pena de muerte. También Pilatos piensa que puede ser un terrorista que actúa contra el poder de la metrópoli –como Barrabás, que está en ese momento encarcelado-, y además no quiere perder el favor del emperador.

 

El escritor jesuita Luis Coloma crea el término “piratillos”, dirigido a los buenos católicos cobardicas, capaces de negar a Jesús por quedar bien delante de los amigos.

 

Los tres evangelistas sinópticos también se hacen la pregunta que Pilatos le hace a Jesús y la contestan en sus escritos a partir de los puntos de vista histórico y teológico.

 

“En aquellos días salió un decreto del emperador Augusto ordenando hacer el censo del mundo entero”. (Lc 2, 1)

 

Este censo tiene por objeto determinar y recaudar los impuestos. José y María, su esposa encinta, se trasladan de Nazaret a Belén, que es la ciudad de David. Hay que pensar que si José, descendiente de David, se traslada, es porque tiene una cantidad que pagar, aunque sea sobre una propiedad pequeña. Este afán recaudatorio del emperador es lo que hace que José se ponga en camino, a pesar del estado de María.

 

Jesús niño nacerá en el lugar de la Promesa. Para Lucas, que nos lo cuenta, es importante el contexto histórico. Por primera vez se empadrona “al mundo entero”, a los “ecúmenes” en su totalidad. Por primera vez hay un gobierno y un reino que abarca el orbe y una gran área pacificada –la paz octaviana-. Quedan registrados los bienes de todos los que servían a las necesidades de la comunidad, con una lengua y una cultura comunes. Se habla de “la plenitud de los tiempos”:

 

“Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley” (Gal 4, 4),

refiriéndose al portador de la salvación. Estamos en el año 9 antes de Cristo.

 

Desde el punto de vista teológico, los evangelistas escriben sobre la Palabra de Dios, para uso de los miembros de las pequeñas comunidades emergentes, que van surgiendo en Israel y en países vecinos.

 

Mateo es un converso y escribe para sus paisanos. Empieza con la genealogía de Jesús, en la que los nombres de los varones son judíos, pero sorprendentemente nos encontramos con el nombre de cuatro mujeres que son extranjeras, paganas y algo peculiares. Pero nos demuestran que Jesús no ha venido solo por el pueblo judío, sino por toda la humanidad. Y al llegar a José no habla de generación, sino que dice:

 

“Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo”. (Mt 1, 16)

 

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Cuando Jesús entra por primera vez en la sinagoga de su ciudad, ya adulto, los sinópticos relatan un debate muy similar porque habla de la Escritura, pero atribuyéndose el cumplimiento de ella en sí mismo. Los habitantes del lugar están escandalizados y se revuelven contra esta situación, porque todos conocen a su familia y por supuesto no creen que venga del cielo ni que sea el Mesías.

 

Nazaret no tiene importancia en la antigüedad. Felipe le dice a Natanael:

 

“Aquel de quien escribieron Moisés y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret. Y Natanael contesta: ¿De Nazaret puede salir algo bueno?”. (Jn 1, 45)

 

Jesús es un hombre de apariencia normal, que trabaja en el oficio que le ha enseñado su padre, sin aspecto de llevar en sí algo misterioso.

 

Los otros dos autores de los evangelios sinópticos, Marcos y Lucas, también escriben sobre él.

 

Marcos habla de Abraham y la Promesa, y de David:

 

“Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia y tu trono durará por siempre”. (2S 7, 16)

 

Lucas se dedica a los humildes, a los sencillos, como los pastores de Belén, que no serían los dueños de tantos rebaños, sino unos asalariados que los guardaban, mientras aquellos dormían, y se turnaban con los compañeros para no perder el tiempo. Lucas nos cuenta cosas de María, inéditas para los otros. María le ha hecho confidencias de esas que guardaba su corazón, porque ha tenido mucho trato con él.

 

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MARÍA

Hija de Ana y de Joaquín, prima de Isabel, casada con José y madre de Jesús. María aparece poco en los evangelios canónicos. Hablan de María antes de que Jesús empiece su vida pública. El evangelista Juan no la nombra nada más que como madre de Jesús:

 

26 Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: 'Mujer, ahí tienes a tu hijo.'

27 Luego dice al discípulo: 'Ahí tienes a tu madre.' Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa”. (Jn 19, 26-27)

 

Sin embargo, Juan sí que añade –como hacen los otros tres evangelistas- el relato de las Bodas de Caná. Desaparece María y no vuelve a aparecer hasta Pentecostés, en un relato de Lucas, al principio de los Hechos de los Apóstoles.

 

12 Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está próximo a Jerusalén, la distancia de un camino sabático.

13 Y cuando llegaron, subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro y Juan; Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago el de Alfeo, Simón el Zelota y Judas de Santiago.

14 Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, y de María la madre de Jesús, y de sus hermanos”. (Hch 1, 12-14)

 

Al recibir el Espíritu Santo, comprenden plenamente lo que hasta ahora solo creían por amor a Dios.

 

Aunque los evangelistas no nombran que en el cenáculo hubiese más personas que Jesús y los apóstoles, se supone que, si no sentados a la mesa, sí que habría laicos –mujeres y hombres- que lo acompañaban porque estaban ya entregados a las enseñanzas de Jesús. Pero en este pasaje de los Hechos, se nombra expresamente a las representantes del sexo femenino. Jesús trataba a las mujeres con todo el respeto que merece un ser humano, pero con mucha liberalidad. A las que desea convertir, lo hace hablando con ellas a solas, actitud que es criticada por los judíos más estrictos, pero

 

¿quién conoce a Jesús y no se enamora de Él?

 

En las mujeres que rodean a Jesús, se admira la fortaleza y lo poco que les importa el qué dirán. Encontramos a María Cleofás, su tía; María Salomé, también tía suya, y María, su propia madre. Estas tres mujeres estaban muy unidas entre sí. Todas acuden a llevar flores a la tumba de Jesús, sin temor a la guardia pretoriana. En el evangelio de Mateo se nos habla de otras:

 

Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos del Zebedeo”. (Mt 27, 56)

 

Están también las que podemos llamar “un poco ligeras de casco”: las dos Magdalenas; la samaritana, sentada en el brocal del pozo; la adúltera que intentan apedrear; la Verónica; las que sana; las que encontraría por los caminos, con las que se pararía un rato para charlar con ellas… ¿Qué pensaría Jesús de las mujeres? No desde el punto de vista religioso, que eso ya se ve, sino civil. Eso de que ambos géneros somos iguales, lo de la paridad.

 

Los rectores de las universidades más selectas del mundo –por ejemplo en USA- aconsejan a sus estudiantes femeninas que se recluyan en sus casas antes de anochecer y no paseen por el campus, donde hay escondidos hombres malos. ¿No sería mejor explicarles a los estudiantes varones quién es una mujer y doblar la vigilancia en todas las universidades?

 

Con los que ya están citados, los únicos episodios canónicos de la vida de María están unidos a la infancia de Jesús: el Anuncio, la Visitación, el nacimiento de Jesús, la Purificación de María y circuncisión de Jesús, la visita de los Reyes Magos, la huida a Egipto, la ida de Jesús al Templo y el encuentro de Jesús en el Templo entre los doctores.

 

De todos estos acontecimientos nos hablan con más detalle los textos apócrifos referidos a la Virgen: Los Evangelios de la Virgen que contiene el Protoevangelio de Santiago –conocido a partir del siglo II-, el más antiguo y que tuvo mucha difusión desde el siglo IV al XVI, especialmente en Oriente. También el evangelio de Pseudo Mateo del siglo V, y de otro lado, unas colecciones de la infancia de Jesús.

 

De todos ellos sacamos estas citas:

“No andarás más sobre la tierra hasta que yo te lleve al Templo”, dice Ana a su hija.

 

“Los sacerdotes sorteaban entre las vírgenes las que tejerían el oro, el amianto, la seda, el azul, el escarlata y la púrpura auténtica. A María le tocaron en suerte la púrpura y el escarlata”.

 

En el siglo IX se publica La Leyenda Dorada, que contiene los evangelios anteriores, y otro libro titulado Los milagros de Nuestra Señora, que a su vez contiene el Descendimiento de la Madre de Dios a los infiernos, que fue rechazada en Occidente.

 

Los capítulos más antiguos están consagrados a la infancia de María y han inspirado los mosaicos de Khariyé Camii en Estambul, 1315-1320, por el logoteta Metochite. Se ven en ellos escenas raramente representadas en otros sitios, como la distribución de la púrpura para hilar y tejer el velo del Templo.

 

Y el capítulo 127 de La Leyenda Dorada, nos habla de los esponsales y el matrimonio de María, siendo un episodio apócrifo del Nuevo Testamento, que esta leyenda populariza.

 

A pesar de ser apócrifo, la fiesta de los esponsales consta en el calendario católico con fecha 23 de enero, y no se retira de él hasta el año 1961.

 

Dice la leyenda que María se había educado en el Templo desde los 3 años de edad hasta los 14. Para casarla, el gran sacerdote reunió a todos los partidos posibles, hombres solteros o viudos, descendientes de la casa de David. Cada uno llevaba en la mano una vara y la de José se puso a florecer y una paloma descendió del cielo: entonces María se encontró prometida en matrimonio con José, el cual, para preparar la unión, se retiró a Nazaret, y María, acompañada por sus compañeras, a Belén, donde tuvo lugar la Anunciación.

 

Mater Admirabilis. Pauline Perdreau

 

Este asunto se trata de manera pictórica tanto en Oriente como en Occidente. Giotto pinta el primero en 1304 y hay otros pintores que lo hacen hasta el siglo XVII.

 

Entre los judíos, el matrimonio se celebraba en la casa donde vivía la familia, y no era religioso en el sentido de que no hacía falta ir al Templo o la sinagoga. Los artistas cristianos representan casi siempre el intercambio de anillos en el Templo de Jerusalén como telón de fondo, y presidido por el gran sacerdote revestido con el efod –túnica sagrada sin mangas-. En estos cuadros normalmente se representa a José joven y se contrapone esta joven pareja a la de Zacarías e Isabel. No se sabrá la edad de José, aunque era viejo porque él mismo lo dice –ver cuadro de Murillo en el Museo de Arte de Raleigh, Carolina del Norte-.

 

El matrimonio católico es un sacramento: el único cuyo sujeto o dispensador son los mismos que se unen por medio de él, y el sacerdote es un testigo especial, delegado por la Iglesia para impartir la bendición. Puestos los anillos y dichos los compromisos, los esposos se dan la mano derecha y reciben la bendición nupcial.

 

Jesús habla del divorcio:

3 Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: '¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?'

4 Él respondió: '¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra,

5 y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?

6 De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.'

7 Dícenle: 'Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?'

8 Díceles: 'Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así.

9 Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer -no por fornicación- y se case con otra, comete adulterio'”. (Mt 19, 3-9)

 

Por lo que entre los judíos está permitido el divorcio –si es el marido el que lo pide, se otorga inmediatamente; si es la mujer, el marido ha de estar de acuerdo, pues de lo contrario no se concede-, y si se casan nuevamente será en un matrimonio con carácter religioso. No ocurre lo mismo en la Iglesia Católica, pero como los sentimientos no tienen nacionalidad, se ha inventado La Rota, que no concede el divorcio, pero sí la anulación del matrimonio.

 

La Rota –Table ronde- es un tribunal de apelación que nace durante la estancia de los papas en Avignon. A él se puede acudir para anular un matrimonio católico, con causa suficiente –y dice Benedicto XVI que son muchas las causas de anulación por falta de algún requisito necesario-, con lo cual el primer matrimonio no ha tenido lugar y los contrayentes pueden recibir este sacramento. Sacado de la entrevista que Benedicto XVI concede al periodista alemán, al que ha convertido, Peter Seewald.

 

La historia y la leyenda fueron enriqueciendo el culto a María, gracias a prodigios y milagros, apariciones, revelaciones… Paralelamente se elabora una ciencia referente a María, la Mariología, que propicia en el curso de los siglos los fundamentos de los dogmas. María se sienta, a veces, coronada con la Trinidad. Desde el siglo XII, dirá Jules Michelet: “Dios ha cambiado de sexo”.

 

Coronación Virgen María. Velázquez

 

Bernard Clairvaux (1090-1153), cisterciense, santo, de noble familia, predicador de cruzadas, “inventor” de los perros San Bernardo que, con su barrilito de coñac recorren las alturas de los Pirineos en busca de seres perdidos, promovió el culto de María –su oración más famosa es el Acordaos-:

 

“Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!

que jamás se ha oído decir que fuese de vos abandonado

ninguno de los que han acudido a vuestro amparo,

implorando vuestra protección y reclamando vuestro auxilio.

Ayudado por esta confianza a vos también acudo,

¡oh Virgen de las vírgenes!,

y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me atrevo a aparecer ante vuestra soberana presencia.

No desechéis mis súplicas, ¡oh Madre del Verbo Divino!

Antes bien, oídlas y acogedlas benignamente. Así sea”.

 

Muy del medievo, pero eficaz.

 

El culto que recibe María se llama de hiperdulía –inferior solo a la adoración que recibe Dios y superior a la veneración de santos y ángeles, que se llama de dulía-. Esta devoción mariana suscitó las iras de los protestantes en el siglo XVI durante la Reforma luterana, especialmente entre los calvinistas. Las querellas hicieron que fuese más fuerte el culto de los países latinos. La depuración que se llevó a cabo durante la Reforma no fue, sin embargo, completa y hoy en día se vende todavía La ciudad mística de Dios, conjunto de apócrifos, libro escrito por la religiosa española María Coronel en el siglo XVII. Recoge parte de escritos anteriores a la Reforma.

 

La devoción y el amor a la Virgen no dejan de aumentar a partir del siglo XVII. Cuadros, esculturas, nombres de edificios religiosos o no. Se reproduce a la Virgen sola, acompañada del Niño o la Sagrada Familia. La veneración más grande es a la Virgen Dormida, Yacente, de Agosto…, una serie de nombres que se dan a la Asunción de la Virgen.

 

En el tiempo del descubrimiento y colonización de América, los reyes Austria hicieron preceptivo poner el nombre de Asunción a la primera iglesia que se construyese en cada nueva ciudad.

 

¿Y cómo era físicamente María? Quien posiblemente dio una descripción más cercana a la realidad fue Bernadette Soubirous. Insistió mucho en que se reprodujese como ella la había visto –Bernadette tenía un carácter fuerte-, pero ya se sabe que las autoridades eclesiásticas son muy suyas, y se empeñaron en que la esculpiese un artista muy famoso de la época –Joseph Hughes Fabisch (1812-1886), profesor de la Academia de las Ciencias, las Artes y las Letras de Lyon, entre fines de 1863 y comienzos de 1864-, con lo que la Virgen de Lourdes no es la que vio Bernadette. No son muchos los milagros ocurridos en Lourdes. Se certifican unos diez o doce. Lo que sí que es un milagro es que, sin haber cambiado nunca el agua ni limpiado la piscina, no haya habido ningún contagio.

 

El Ángelus

Término que significa ángel en latín y que lo llama así todo el orbe católico que lo reza. Es una oración que evoca la Anunciación y la Encarnación. El papa Urbano II, en el Concilio de Clermont, ordena rezarlo a beneficio del triunfo en las cruzadas, y Juan XXII lo enriquece con indulgencias. Actualmente se suele rezar a mediodía. Al principio se rezaba por la mañana, al mediodía y a la caída de la tarde. En el siglo XV ya hay carrillones y los campanarios de las iglesias dan la hora doblando las campanas, a tal cadencia, que el último sonido coincide con la palabra Amén.

 

El Ángelus de Millet

 

Es Juan XXIII el primer papa que lo reza públicamente desde la ventana de su despacho, situado en el Palacio Apostólico, y son muchos los fieles, tanto italianos como extranjeros, que se acercan a la Plaza de San Pedro para acompañarle en su oración y escuchar alguna noticia, que suele ser una primicia.

 

El autor del cuadro que se reproduce arriba es Juan Francisco Millet (1814-1875), y se titula precisamente ÁngelusMuy devoto de Nuestra Señora, dice: “Me sirvo de lo trivial para llegar a lo sublime”. El cuerpo de este pintor descansa en la iglesia que se ve en lontananza.

 

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JOSÉ

A José, sus contemporáneos, le conocen como padre de Jesús:

 

“Tenía Jesús, al comenzar, unos treinta años. Se creía que era hijo de José, hijo de Helí”. (Lc 3, 23)

 

“y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo”. (Mt 1, 16)

 

A veces en la Biblia encontramos repetidos nombres que no corresponden al interesado. Los evangelistas utilizan distintas fuentes, alguna de las cuales no han llegado a nosotros, pero que ellos sí que han contrastado. En este caso ocurre con los nombres del supuesto padre de José, Helí y Jacob.

 

“¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?”. (Mt 13, 55)

 

“Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: '¡Oye!, tu madre, y tus hermanas están fuera y te buscan”. (Mc 3, 32)

 

Los enemigos de la Iglesia aprovechan esta cita para destruir la realidad de que María es virgen, puesto que está claro que esos hermanos de que habla el evangelista, no han sido concebidos por ella, sino por una esposa anterior de José, el cual era viudo al casarse con María. En cuanto a la castidad de José, tampoco se puede negar porque la guarda por acuerdo de ambos después de su boda. Y estos hijos deben estar muy unidos a María y a Jesús.

 

El jesuita alemán Karl Rahner (1904-1984), eminente teólogo, en su libro El Señor, nos habla de Jesús y nos dice que estaba sujeto a las necesidades fisiológicas como todo ser humano, pero no a la concupiscencia.

 

María, como persona, podía estar sujeta a ella, aunque venciese las tentaciones, pero dada la circunstancia, avalada por el dogma de la Inmaculada Concepción, el pecado original no hace mella en ella; le pasa como a su Divino Hijo: ni está sujeta al pecado con que nacemos ni a la tentación. La Virginidad también es otro dogma. A los dogmas de la Iglesia hay que adherirse o no, pero no tratar de comprender algo que sobrepasa la inteligencia humana.

 

Con San José ocurre algo muy curioso. Hace bastantes años se estuvo discutiendo si, aunque sujeto al pecado original por su nacimiento, debió tener un tránsito como si no estuviese sujeto a él, es decir, pasar de la vida a la muerte sin el miedo con que lo hacemos los otros seres humanos. Aquella discusión –que no tenía visos de ser oficial- pasó sin que se dijese a los fieles cuál debía ser su forma de pensar en este aspecto.

 

Tránsito de San José. Raúl Berzosa

 

La principal virtud de José es la discreción, papel muy difícil de interpretar sin caer en el ridículo, pero José “sabe estar”. Cuando es necesario se nota su presencia, aunque no hable. Nadie como él para cumplir el rol que Dios le ha asignado. Su matrimonio con María es seguro, pero la alusión a los detalles solo se ve en los apócrifos, ya que en los canónicos se relata su figura, pero no sus palabras, y el buen padre que era nos sugiere que debió intercambiar muchas con Jesús.

 

Él quiere negarse a la unión matrimonial dada su edad –la cual percibimos en la iglesia de Saint Germain-des-Pres en París-.

 

Ciertamente, el matrimonio de María y José se nombra en los evangelios canónicos, pero no se habla de los detalles nada más que en los apócrifos, y en ellos se ve que se celebra sin su elección ni consentimiento, simplemente porque lo ha elegido el sumo sacerdote: José trata primero de “escaparse”, y en segundo lugar la floración que indica que es él el elegido entre los pretendientes. Las representaciones pictóricas de este matrimonio se titulan “Matrimonio de María”, como si la novia fuese la importante y el novio un personaje subalterno. Además, su cabeza no está nimbada, y en el nacimiento de Jesús no lleva una aureola –como si no tuviese vela en el asunto-, que tanto merecía que alumbrase su perfil.

 

La Edad Media no ha sido devota de San José, como si este acontecimiento no fuese con él. La Leyenda Dorada del siglo XIII le consagra un capítulo. En el XIV, son los franciscanos los que se ocupan de su persona. En el siglo XV, los teólogos franceses empiezan a hablar de él y en el calendario religioso romano, establecido por Sixto IV –papa franciscano-, lleva su nombre inscrito. Su fiesta se fija el 19 de marzo en el siglo XVI, pero gracias a la celebración del Concilio de Trento y a los nuevos santos españoles, se da a sus colegios y conventos la consigna de promover la devoción a San José. Los primeros conventos de carmelitas y los colegios jesuitas, fueron lugares sobre su patrocinio. Posteriormente, congregaciones y hospitales, iglesias y capillas, se pusieron bajo su amparo. En el siglo XVII se inspira el culto a María. Apenas se pintan los siete dolores y los siete gozos de José –ciclo pintado por Michael Lukas Willmann en 1695, en la abadía cisterciense de Grüssau, Silesia, hoy en día Krzeszow, Polonia-. Zurbarán y Murillo han pintado en el XVII la coronación de San José que se encuentra en el Museo Provincial de Sevilla, pero “humildad obliga”, él es solo un miembro de la familia y lo coronan con flores. La situación sube poco a poco.

 

José en su taller. Miller

 

En algunas esculturas, debajo del nombre ponen PP –pater putativo-, padre cuidador, razón por la que, de una manera entrañable y familiar, a los José se les llama Pepe.

 

San José. Colegio de los Jesuitas. Valencia

 

San José es patrono de México desde 1555 y de Canadá desde 1624.

 

El sueño de José

En los evangelios canónicos parece no haber nada decidido, siempre se le manda de alguna forma por un ángel. La primera visita del ángel del Señor, después de la Anunciación, a la cual no había asistido José, fue en sueños. A José se le pide que haga acallar sus dudas sobre la fidelidad de María, sabiendo que estaba en el año de esponsales y que el matrimonio no había tenido lugar todavía, y pensaba dejar a María en silencio para que no se produjese ningún escándalo.

 

Así lo tenía planeado, cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: ‘José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo’…”. (Mt 1, 20)

 Algunos llaman a José el silencioso protector, porque sin decir ninguna palabra y a veces sin estar presente, cumple perfectamente el rol que Dios le ha asignado de cuidar a María y proteger a un niño que, siendo Hijo de Dios, cuida como si fuese suyo.


Imagen de los desposorios de María por Rafael.

 

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LA ANUNCIACIÓN

El ángel Gabriel es enviado a dos misiones muy distintas pero cercanas en el tiempo.

 

Por un lado, a Zacarías –descendiente de la tribu de Aarón, que junto con la de Leví son las que transmiten la calidad del sacerdocio-, sacerdote que está cumpliendo sus obligaciones en el ámbito sagrado del Templo. Por otro, a María, comprometida ya con José en matrimonio, que ha vuelto a la casa humilde y sencilla de sus padres, donde permanecerá un año hasta que se case y pueda ir a vivir a casa de José.

 

En estos momentos de la oración de la tarde, el ángel Gabriel se aparece a Zacarías:

11 Se le apareció el ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.

12 Al verle Zacarías, se sobresaltó, y el temor se apoderó de él.

13 El ángel le dijo: 'No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien pondrás por nombre Juan;

14 será para ti gozo y alegría y muchos se gozarán en su nacimiento,

15 porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre,

16 y convertirá al Señor su Dios a muchos de los hijos de Israel

17 e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.'

18 Zacarías dijo al ángel: '¿En qué lo conoceré? Porque yo soy viejo y mi mujer de avanzada edad.'

19 El ángel le respondió: 'Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia.

20 Mira, por no haber creído mis palabras, que se cumplirán a su tiempo, vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas.'

21 El pueblo estaba esperando a Zacarías y se extrañaban de que se demorara tanto en el Santuario.

22 Cuando salió no podía hablarles, y comprendieron que había tenido una visión en el Santuario; les hablaba por señas y permaneció mudo.

23 Una vez cumplidos los días de su servicio se fue a su casa.

24 Días después, concibió su mujer Isabel y estuvo durante cinco meses recluida

25 diciendo: 'Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio entre la gente'.”. (Lc 1, 11-25)

 

Zacarías y el Ángel Gabriel

 

La prima de María, Isabel, y su marido Zacarías, forman una familia a la que no han llegado los hijos, siendo así que están cercanos a la vejez.

 

“los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin tacha en todos los mandamientos y preceptos del Señor”. (Lc 1, 6)

 

María está entregada también a la oración de la tarde cuando se le aparece el ángel Gabriel.

 

Anunciación Bizantina. Distinto concepto

de la belleza y el simbolismo

 

26 Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,

27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

28 Y, entrando, le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.

29 Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo.

30 El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;

31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús.

32 Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;

33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”.

34 María respondió al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?”.

35 El ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios.

36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril,

37 porque no hay nada imposible para Dios”.

38 Dijo María: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel, dejándola, se fue”. (Lc 1, 26-38)

 

Cuadro Fray Angélico. La Anunciación

Pintado por el dominico Fray Angélico, como de costumbre, después de comulgar y de rodillas. Llama la atención su sencillez, más acorde con lo que debía ser el hábitat de María.

 

Gabriel no saluda con el shalom –la paz sea contigo- propio de los judíos, sino que emplea la fórmula griega chaire –ave, salve-. Este nuevo término lo dice Gabriel con alegría, por lo cual tiene también ese significado. Y con esta palabra, empieza propiamente el Nuevo Testamento. También lo emplean los ángeles cuando se dirigen a los pastores en la Noche Santa, y Juan el evangelista lo emplea cuando los discípulos ven a Cristo resucitado.

 

Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor”. (Jn 20, 20)

 

También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar”. (Jn 16, 22)

 

Juan, con sus palabras, se puede decir que elabora una teología de la alegría. No en vano, evangelio significa “buena nueva”. Y así, Sofonías:

14 ¡Grita alborozada, Sión, lanza clamores, Israel, celébralo alegre de todo corazón, ciudad de Jerusalén!

15 Que Yahvé ha anulado tu sentencia, ha alejado a tu enemigo. ¡Yahvé, Rey de Israel, está en medio de ti, ya no temerás mal alguno!

16 Aquel día se dirá a Jerusalén: ¡No tengas miedo, Sión, no desfallezcan tus manos!

17 Yahvé tu Dios está en medio de ti, ¡un poderoso salvador! Exulta de gozo por ti, te renueva con su amor; danza por ti con gritos de júbilo,”. (So 3, 14-17)

 

La hija de Sión personifica a María. Al acabar de hablar el ángel, se produce un brevísimo silencio antes de que ella dé su “Sí”. Es su humildad la que le retiene, pero unida a su magnanimidad, lo da de todo corazón, puesto que ella no es sino la Sierva del Señor.

 

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VISITACIÓN

39 En aquellos días, se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;

40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

41 En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel quedó llena de Espíritu Santo

42 y exclamó a gritos: 'Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno;

43 y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor?

44 Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.

45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!'

46 Y dijo María: 'Alaba mi alma la grandeza del Señor

47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador

48 porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,

49 porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre

50 y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.

51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero.

52 Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.

53 A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías.

54 Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia

55 -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos.'

56 María se quedó con ella unos tres meses, y luego se volvió a su casa”. (Lc 1, 39-56)

El Magníficat, oración que reza María inspirada por el Espíritu Santo. Lucas nos habla de ella en su evangelio, seguramente porque entra entre las confidencias que le hizo la Virgen. La Iglesia la incorpora a la oración de la tarde llamada vísperas. 


Visitación. El Greco

 

Lo que movió a María a visitar a su prima, fue la noticia que le había dado el ángel de su embarazo, ya que era un viaje difícil y pesado. ¿Tendría María la premonición de que los dos primos iban a encontrarse? Lo hicieron en un plano sobrenatural, mediando el Espíritu Santo.

 

Cerca de la casa de Zacarías hay una iglesia dedicada a San Juan Bautista, cuyo cuidado corre a cargo de la Embajada Española.

 

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NACIMIENTO, CIRCUNCISIÓN DE JESÚS Y PRESENTACIÓN EN EL TEMPLO –PURIFICACIÓN- DE MARÍA

En cuanto a ti, Belén Efratá, la menor entre los clanes de Judá, de ti sacaré al que ha de ser el gobernador de Israel; sus orígenes son antiguos, desde tiempos remotos”. (Mi 5, 1)

 

Palabras con las que nos anuncia el nacimiento de Jesús y que se cumple en su momento como nos cuenta el evangelista Lucas:

1 Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo.

2 Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino.

3 Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.

4 Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David,

5 para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.

6 Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento

7 y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue.

8 Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño.

9 Se les presentó el ángel del Señor, la gloria del Señor los envolvió en su luz y se llenaron de temor.

10 El ángel les dijo: ‘No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo:

11 os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor;

12 y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.’

13 Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo:

14 ‘Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.’

15 Cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: ‘Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.’

16 Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.

17 Al verlo, contaron lo que les habían dicho acerca de aquel niño;

18 y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían.

19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.

20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho.

21 Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le puso el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.

22 Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor,

23 como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor

24 y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.

25 Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.

26 El Espíritu Santo le había revelado que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.

27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él,

28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

29 'Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;

30 porque han visto mis ojos tu salvación,

31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos,

32 luz para iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo Israel.'

33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.

34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: 'Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción -

35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.'

36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada. Casada en su juventud, había vivido siete años con su marido,

37 y luego quedó viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones.

38 Presentándose en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.

40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él”. (Lc 2, 1-40)

 

Adoración de los pastores. El Greco

 

Los pastores –unidos a los Reyes Magos, pertenecientes a distintas razas-, que son los seres humanos más cercanos a Jesús Encarnado, al adorarlo, lo hacen en representación de toda la humanidad. El cántico de los ángeles se repetirá continuamente por siglos y siglos. Este cántico representa la llegada de una nueva era. La Iglesia lo incorpora a su liturgia para manifestar la alegría que supone la Encarnación de Dios.

 

¿Cómo viajaba la Sagrada Familia? Posiblemente como todo el mundo de la época: “En el coche de San Fernando, unos ratos a pie y otros andando”. Hay que pensar que utilizarían asnos o borriquillos y así nos lo muestra la tradición iconográfica, que la Iglesia respeta, aunque sea apócrifa. Porque el único momento en que Jesús manifiesta que “tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre Señor” –Ap 1, 6-, y lo demuestra entrando en Jerusalén montado en un símil de caballo y recibiendo el homenaje de sus paisanos con las palmas, es en Mt 21, 1-11:

1 Cuando se aproximaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, en el monte de los Olivos, entonces envió Jesús a dos discípulos,

2 diciéndoles: ‘Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y enseguida encontraréis un asna atada y un pollino con ella; desatadlos y traédmelos.

3 Y si alguien os dice algo, diréis: El Señor los necesita, pero enseguida los devolverá.’

4 Esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el profeta:

5 Decid a la hija de Sión: He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino, hijo de animal de yugo.

6 Fueron, pues, los discípulos e hicieron como Jesús les había encargado:

7 trajeron el asna y el pollino. Luego pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima.

8 La gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino.

9 Y la gente que iba delante y detrás de él gritaba: ‘¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!’

10 Y al entrar él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. ‘¿Quién es éste?’, decían.

11 Y la gente decía: ‘Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”.

 

Esta es la única forma canónica que acepta la Iglesia y que se demuestra que Jesús –infante o adulto- utiliza una montura.

 

¿Y cómo estaban durmiendo al raso, si Jesús nace en pleno invierno?

 

Cuando la Iglesia establece que la Natividad del Señor, conocida por Navidad, se celebrará el 25 de diciembre, es cuando nos damos cuenta de que en ese momento en Belén podía estar nevando y los pastores no estarían al raso. Pero no sabiendo exactamente qué día nació Jesús, es cuando aceptamos su celebración en tal día, nevase o no nevase. Lo importante es el hecho, no las condiciones meteorológicas.

 

La Iglesia, cuando se establece en Roma, procura cristianizar todas las fiestas paganas. El 23 de diciembre, en el solsticio de invierno, se celebraban los saturnales, fiestas paganas y públicas, en honor del dios Saturno. Eran muy importantes, introducidas en Roma el 25 de diciembre del año 274. Celebraban la floración de los distintos granos que iban a alimentar a la población romana. La fiesta era muy popular y se llamaba natalis solis invincti –nacimiento del sol invencible-. La palabra natalis se conserva en todos los idiomas de los pueblos convertidos al cristianismo y la fiesta pagana se convierte en cristiana por decisión del papa Liberio el 354, reinando el emperador Teodoro I, el Grande, y así se inscribe en el calendario litúrgico, en donde se inscribe también la celebración de la Misa de la Aurora, el tiempo de Adviento, de Epifanía y la Purificación de María. Estas fiestas van cambiando de días y de nombres, pero siempre alrededor del tiempo navideño.

 

Están los cantos de Navidad, compuestos y entonados por el pueblo en su propia lengua y que los sacerdotes encuentran muy ordinarios para celebrarlos dentro del recinto eclesial. En el siglo XVI se ha refinado todo. La Iglesia ha establecido la liturgia propia de las fiestas. Por desgracia, la espiritualidad se va perdiendo. Entra el árbol de Navidad, Papá Noel… El comercio, dirigido desde USA, aprovecha para desear buenas fiestas desde las revistas más importantes con el fin de vender sus productos.

 

En el siglo XIX aparece la costumbre de, lo que en España se llama, “dar estrenas” –una cantidad en metálico- y los Reyes Magos traen los juguetes a los niños.

 

La época actual es la de la fe perdida. Los papas, tan cerrados en sus dominios, deciden descender a las arenas de la reconversión y por televisión se retransmite a todo el mundo la Misa de Medianoche.

 

Hay que dar las gracias a los franciscanos, especialmente los españoles, de que se hayan conservado todos los acontecimientos ocurridos en Tierra Santa, muchos de los cuales tuvieron lugar al aire libre. La basílica de la Natividad es obra de un arquitecto franciscano y en cuanto a los portalones grandes que se cambiaron por una puerta pequeña, no fue para significar que es difícil entrar en el reino de los cielos, sino porque los turcos, contrarios a aquellas novedades religiosas, se dedicaban a entrar con sus caballos a galope tendido, y destruir todo lo que encontraban. Así, si querían entrar, tenían que hacerlo a pie y dejar fuera sus gamberradas.

 

Jesús continúa naciendo y lo hace cualquier día,

hasta uno que no esté marcado en rojo en el calendario.

 

Según la Ley de Moisés, toda mujer que había dado a luz era impura. Al final de un período de cuarenta días, tenían que llevar una ofrenda al Templo. María se sometió a este mandato en lo que se llama la Purificación de María.

 

Conságrame todo primogénito, todo primer parto entre los israelitas, tanto de hombres como de animales; es mío”. (Ex 13, 2)

 

El niño podía ser rescatado por la ofrenda de un cordero en el caso de que los padres fueran ricos, y si eran pobres ofrecían un par de palomas o dos pichones. Así nos lo dice Lucas:

 

“y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor”. (Lc 2, 24)

 

Carnerito. Zurbarán

 

No era necesario que el pequeño fuese al Templo el día de la presentación, puesto que el día de la Purificación concernía a la madre. Sin embargo, Lucas, en el versículo 22 de su cita, sí que cree necesario constatar que Jesús fue al Templo. Es el único evangelista que cuenta este pasaje. No confundir la presentación de Jesús en el Templo con la circuncisión, que es un hecho doméstico.

 

¿Cuándo celebra el Oriente cristiano la Navidad?

 

Los cristianos ortodoxos celebran la Navidad según el calendario juliano, por lo que es el 7 de enero. Las doce grandes fiestas del calendario litúrgico ortodoxo, relativas a Jesús y María, ellos las titulan el “Santo Encuentro”. Una de estas doce fiestas de los ortodoxos se llama la Entrada de la Madre de Dios en el Templo, que no tiene nada que ver con las fiestas que se celebran en Occidente. Siendo María una niña, no tenía que ser rescatada cuando tiene lugar la purificación de Ana, su madre. Y en Oriente se celebraba en el siglo VII el 21 de noviembre, aniversario de la Dedicación de Santa María la Nueva, en Jerusalén, en 543, y se generalizó en la Iglesia latina en el siglo XIV.

 

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ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS

La palabra griega “Epifanía” significa manifestación; porque en este misterio, como en el de Navidad, Dios se hace visible. Mas no se muestra tan sólo a los judíos, sino que “en este día Dios revela su Hijo a los gentiles”.

 

Ya Isaías columbra en una grandiosa visión a la Iglesia figurada por Jerusalén, adonde afluyen los reyes y las naciones, y la multitud de los pueblos que habitan en las riberas de los mares, y lo más selecto de la gentilidad. Vienen de lejos en numerosas caravanas, cantando las alabanzas del Señor, a quien traen oro e incienso. El Evangelio nos muestra cómo se ha cumplido esta profecía.

 

Adoración de los Reyes Magos. Velázquez

 

Poco después del nacimiento de Jesús, vinieron de Oriente a Jerusalén unos magos. Iban buscando al Rey de los judíos que acababa de nacer.

 

diciendo: '¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarle.'”. (Mt 2, 2)

 

Inquirieron del rey Herodes el Grande y este a su vez preguntó a los escribas y a los sacerdotes, que le dijeron que Cristo debía de nacer en Belén y él les pidió a los magos que le diesen cuenta de su búsqueda.

 

Capitel. El ángel avisa a los Reyes Magos

 

La estrella volvió a aparecer, guiando a los magos a la casa donde estaban María y el Niño Jesús en Belén –no consta que José estuviese presente-. Se prosternaron y ofrecieron oro, incienso y mirra. Después volvieron a su país evitando Jerusalén, pues un ángel les había advertido que no tornasen al palacio de Herodes y éste, furioso, ordenó la muerte de los Inocentes.

 

Mateo es el único que cuenta este pasaje en su evangelio canónico, que ha adquirido gran importancia en el arte, la liturgia y la pintura.

 

Icono de los Santos Inocentes

 

16 Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos.

17 Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías:

18 Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen”. (Mt 2, 16-18)

 

Los Santos Inocentes son los únicos santos canonizados sin haber llegado al uso de razón.


Helena, madre del emperador Constantino, emperatriz y santa, peregrina a Jerusalén. Encuentra la cruz que se utilizó para crucificar a Jesús y la envía a Roma, donde se troceará y se harán múltiples reliquias que se enviarán a todos los puntos de la cristiandad. Por orden de Constantino, el cristianismo ya es la religión oficial del imperio.


Helena encuentra también los cuerpos de los Reyes Magos, que la emperatriz envía a la catedral Milanesa. Hacia finales del período gótico, Milán se ha convertido en una gran ciudad y deciden construir una nueva catedral de estilo gótico flamígero y única en el mundo, porque es la sola que tiene cinco naves. De momento, la arqueta conteniendo los huesos de los Reyes Magos se envía a Colonia, donde permanece. Esta iglesia no ha sufrido daño alguno durante la última conflagración, porque los aliados prometieron que no la bombardearían y la Iglesia católica, años antes, ya había cubierto con paneles de madera todas las vidrieras. 

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HUIDA A EGIPTO

13 Cuando ellos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: 'Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estáte allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.'

14 Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto;

15 y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera lo dicho por el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo”. (Mt 2, 13-15)

 

El sueño de San José. Vicente López Portaña

 

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JESÚS VISITA EL TEMPLO Y DISCUTE CON LOS DOCTORES

Los judíos iban al Templo tres veces al año: en Pascua, en la fiesta de las Cabañas y en la celebración de la entrega de la Ley por parte de Dios a Moisés.

 

Jesús entre los doctores. Alberto Durero

 

41 Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua.

42 Cuando cumplió los doce años, subieron como de costumbre a la fiesta.

43 Al volverse ellos pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres.

44 Creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos;

45 pero, al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.

46 Al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas;

47 todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.

48 Cuando le vieron quedaron sorprendidos y su madre le dijo: 'Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.'

49 Él les dijo: 'Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?'

50 Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio.

51 Bajó con ellos, vino a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.

52 Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres”. (Lc 2, 41-52)

 

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Venid y vamos todos,

Con flores a María,

Con flores a porfía,

Que Madre nuestra es.

 

Flores. Juan de Arellano