jueves, 28 de septiembre de 2017

Semblanzas de mujeres singulares. II. María de Nazaret



                                                                                               Madonna in Glory. Carlo Dolci

María de Nazaret es la mujer más singular para los creyentes en la religión católica. Se la conoce por diferentes advocaciones según los pasajes de su vida terrestre y por su actuación celestial.

El día 15 del pasado mes de agosto se celebró la Festividad de la Asunción de María a los Cielos: “assumptio beatae mariae virginis”. Es una de las de más raigambre en la historia de María, así como la más antigua y solemne del ciclo marial.

En su Ascensión vuelve el Hijo a los Cielos, la Madre vive con Juan el Evangelista y posteriormente retorna a Jerusalén donde se reúne con los apóstoles.

Una leyenda piadosa, personificada en un testigo de la época, nos cuenta cómo María se sumió en dulce paz, acompañada de ellos, que procedieron a su entierro. Tomás (siempre conflictivo) estaba ausente en aquellos momentos, realizando un viaje apostólico por las Indias, y a su vuelta exigió a Pedro que abriese el sepulcro donde yacía la Señora, pues quería besar su mano como despedida y homenaje de agradecimiento. Y así se hizo, pero fue para quedar asombrados: el cuerpo allí depositado había desaparecido.


                                                                                                        Ascensión del Señor

Se dice que hay un paralelismo y al tiempo una asonancia entre Ascensión y Asunción. Con ambas empleamos los verbos “subir”, “ascender”, pero en el primer caso en activo (“subió”, “ascendió”) porque el Señor lo hizo por Sí mismo, por su propia fuerza, mientras que con su Madre empleamos la forma pasiva: “fue subida”, “fue ascendida por los ángeles”.

           Asunción de la Virgen. Francesco Botticini

En 1898, el Káiser Guillermo II estuvo en Jerusalén y por 120 mil marcos oro compró un terreno en el Monte Sión, cercano al Monasterio de los benedictinos, compatriotas suyos, a quienes se lo regaló. Los monjes construyeron una “Iglesia del Tránsito” y mientras se realizaban los trabajos se hicieron excavaciones que demostraron ser aquel el lugar de la Dormición de María. Sus constructores pasaron por muchas peripecias y penalidades. Finalmente, aunque siguen siendo alemanes, están bajo la directa supervisión del Abad Primado de la Orden en Roma.

La actual Basílica es una construcción de forma circular y en su cripta se encuentra el lugar descrito como aquel en el que la Virgen cayó en plácido sueño. Su cuidado está nuevamente encomendado a los cercanos benedictinos, que lo llevan a cabo de manera exquisita y está abierto tanto al público como al culto.

Basílica de la Dormición. Jerusalén

¿Qué es un misterio? Según la palabra griega “mysterion” quiere decir encerrar, restringir; en general significa lo que es imposible de conocer.


             Dormición de la Virgen. Basílica de la Dormición. Jerusalén

En la antigüedad se usaba para designar ciertas doctrinas esotéricas y los primeros cristianos empleaban este término para referirse a las enseñanzas religiosas.

Para la Iglesia Católica y en sentido estricto, un misterio es una verdad sobrenatural, que por su misma naturaleza está por encima de la inteligencia finita. La existencia de los misterios teológicos pertenece a la doctrina de la fe católica definida por el Concilio Vaticano I, el cual declara literalmente: “Si alguien dice que en la revelación divina no están contenidos ningunos misterios propiamente dichos, sino que son desarrollados a través de la razón natural, que todos los dogmas de la fe pueden ser entendidos y demostrados a partir de principios naturales, sea anatema”.

       Icono de Cristo con la Virgen en brazos

No hay textos bíblicos en que basarse para dar consistencia a esta creencia mariana (aparte del Magnificat y en el primitivo oficio divino romano de este día, que se inspira en el Cantar de los Cantares, y en lo que posteriormente aportaron los Evangelios Apócrifos), pero tienen mucha fuerza los escritos de los Santos Padres y la profunda devoción de los fieles.

De ambos encontramos manifestaciones en Oriente al comenzar el siglo IV, época en que empieza a celebrarse la fiesta llamada el Recuerdo de María que conmemora la entrada de la Señora en el Cielo.

En el siglo VI los orientales prefieren utilizar el nombre de Dormición al de Asunción y representar la imagen en los iconos de forma yacente.

Hacia el siglo V aparece un libro de Juan Evangelista (el Teólogo) de gran influencia sobre los escritos de los autores orientales, como San Juan Damasceno.

No es tanto el rigor historicista lo que la iglesia cristiana aprecia en ellos, sino la expresión del fondo teológico que existía ya en los corazones de los creyentes.

Y entretanto, ¿qué pasaba en Occidente? A partir de este mismo siglo V, los occidentales quieren ponerse a la par con sus hermanos orientales, pero unas relaciones tensas y el deficiente conocimiento del griego impiden que la plena unión no se realice hasta el siglo XII.

Agustín (siglo IV) ya reconoció en su tiempo la Asunción corporal de María y le siguen, pasados los siglos, Tomás de Aquino (siglo XIII) y los mejores teólogos del momento.

Llegado al siglo XVI el dominico Pío V (siempre ataviado con el hábito de su Orden, al que nunca renunció y que fue origen de que los Papas posteriores adoptaran para siempre el blanco como color oficial), anunció solemnemente que reformaba el Breviario para poder poner más citas que avalasen la Asunción de María en cuerpo y alma, pero no pudo vencer la oposición de los monjes que estaban dispuestos a creer en el cuerpo incorrupto, pero no en que este había ascendido al Cielo junto con su alma.

Esta doctrina mariana le parece a Benedicto XIV (siglo XVII) “pía y digna de tenerse en cuenta”, pero él no se muestra dispuesto a dar un paso adelante.

Los católicos siguen creyendo en la completa Asunción y a partir de 1849 empiezan a llegar cartas al Vaticano solicitando que el Santo Padre eleve esta creencia a la categoría de dogma.

En 1946, Pío XII consulta al Episcopado y recibe una contestación afirmativa casi unánime, por lo que el 1.º de noviembre de 1950 publica una Constitución Apostólica, por medio de la cual el Papa, basándose en la tradición de la Iglesia, los testimonios de la liturgia, la creencia de los fieles, la aportación de los escritos de los Santos Padres, la Doctrina y el consenso de los Obispos de todo el orbe, declara dogma de fe la Asunción en cuerpo y alma a los Cielos de Santa María Virgen.

“Por tanto, después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces e invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para acrecentar la gloria de esta misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, por la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y por la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma de revelación divina que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste”. (Munificentissimus Deus)

Pío XII dejó este dogma “en abierto” sin especificar si María fue llevada al Cielo después de su muerte o sin haber pasado por ella.

Es justo añadir que, conocida como el “Voto de Elche”, los ilicitanos enviaron directamente al Vaticano una solicitud pidiendo la proclamación del dogma de la Asunción. Con ello se unían al clamor popular y al mismo tiempo se singularizaban por ser su patrona la Virgen en su Asunción a los Cielos, representada por una imagen llegada a ellos de manera poética y envuelta en el misterio.

                Asunción. Tiziano

Una idea, una creencia, una manifestación de fe, que ocupan el intelecto, se suelen representar de manera visible para que, contempladas por los sentidos, queden impresas en el alma la belleza y la piedad que conmueven el corazón.

Junto con la creencia espiritual de los fieles en la Asunción de María, empiezan a surgir las representaciones materiales.

En Oriente se imponen los iconos y entre los más primitivos aparecen las vírgenes yacentes acompañadas por imágenes de la época: apóstoles, personajes célebres, eclesiásticos de la iglesia oriental…

Icono (del griego: imagen) es una obra de arte religioso del cristianismo oriental, representación gráfica en papel, relieve, metal, piedra, repujado… Los iconos no son milagrosos: es Dios quien ejecuta los milagros a través de los iconos.

                                                                               Virgen de Vladimir

Mosaicos: tanto en oriente como en occidente; Santa María la Mayor, Ravena…

Pintura sobre lienzo o tabla; retablos policromados, mármol, alabastro.

Esculturas y bajo y alto relieves.

Música: Misas solemnes, motetes, canciones antiguas y modernas.

Imágenes, estampas, litografías, libros, oraciones, novenas…

Catedrales, iglesias, edificios, ciudades.- Catedrales de Jaén, Salamanca, Barbastro, Segovia, Sevilla, Ciudad de México, San Francisco (EE.UU.). Patrona de ciudades como Asunción (capital de Paraguay), Guatemala de la Asunción (Paraguay), Sábaco (Nicaragua), Cabo Frío (Brasil), Cayey (Puerto Rico), Oruro (Bolivia)… y tantas otras iglesias y poblaciones que están puestas bajo su patrocinio a uno y otro lado del Atlántico.

                    Torre "Icono". Asunción. Paraguay

Los Austrias españoles, tan amantes del buen arte y de la devoción a María Assumpta, quieren que sus nuevos súbditos la conozcan y la amen como los hispanos y a tal efecto se ordena que la primera iglesia construida en cada uno de los distintos territorios conquistados de las Indias, se la ponga bajo su patrocinio.

En algunos lugares del Nuevo Mundo celebran la “gritería de penitencia o chica”: los vecinos sacan en procesión las imágenes yacentes de María Assupta de su propiedad y se visitan unos a otros.

Los recién llegados gritan:
¿qué causo tanta alegría?
Y los de dentro contestan:
¡La Asunción de Maria!
Y a continuación se sirven dulces típicos.

Por deseo del Rey D. Jaime, conquistador de Valencia, la catedral de la ciudad llevó su nombre, así como unas 2.000 iglesias de nueva planta o mezquitas transformadas.

En toda la Comunidad es tan grande la devoción a la Mare de Deu d´Agost (Virgen de Agosto) que es raro no encontrar en cualquier iglesia de pueblos y ciudades una imagen de Ellla.

¿Y qué decir del nombre de las mujeres que lo llevan como el suyo propio, ese gracioso Sunsioneta?


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A partir de mediados de la época que conocemos como literatura medieval empiezan a escribirse piezas de teatro, muy representadas sobre todo las que se refieren al aspecto teológico o religioso.

Es un fenómeno cristiano nacido en la iglesia como institución y como edificio; aunque haya que salirse al pórtico por cuestión de espacio, se mantiene el ámbito sacro. Temas: sagrada escritura, vidas de Cristo, de María, de los santos…

En la dramaturgia medieval, el texto literario no pasaba de ser un mero hilo conductor. Lo que importaba, tanto a autores como a espectadores, era el efectivismo de la música y la puesta en escena. No se dirigía al intelecto, sino a los sentidos. Para la iglesia del Medievo, lo verdaderamente efectivo no era que el pueblo gozase del placer de la belleza, sino de algo más trascendente: su salvación eterna.

Estas obras de teatro que se ponían en escena, no eran manifestación de pena o tristeza por parte de los cristianos de la época, siervos de la gleba en su mayoría, sujetos de hambre y enfermedades, víctimas del poder real o del señor del lugar, aterrorizados por los grandes males del momento: muertes violentas, guerras, pestes, invasiones… Para ellos era un consuelo saber que la Virgen estaba “arriba” y les esperaba.

Obras famosas de este tiempo fueron especialmente la Leyenda aurea (Europa); El Canto de la Sibila (Valencia) y el Llibre de la Festa de Nostra Senyora de la Assuptio dita vulgarmente la Festa de la Vila de Elig (Libro de la Fiesta de Nuestra Señora de la Asunción, vulgarmente llamada de la Fiesta de la Villa de Elche).

Durante la celebración del Concilio de Trento (1545-1563), Pablo III prohíbe que se sigan representando obras teatrales dentro de la iglesia, lo cual hubiese sido un fuerte golpe para que continuase poniéndose en escena esta del Misterio de Elche. En 1632, y a petición de los ilicitanos, Urbano VIII, mediante la promulgación de la bula Rescriptio Pontificio, exime de esta prohibición a la obra ilicitana.

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El Misterio de Elche es una pieza teatral que pertenece a la segunda mitad del siglo XVI. Es un drama lírico medieval que recrea la Dormición, Asunción y Coronación de la Bienaventurada Virgen María.

Tesoro cultural del pueblo de Elche y una preciada joya del patrimonio valenciano, en cuya lengua está escrita originalmente, y que, haciendo honor a su origen y a su época, se representa en la actualidad dentro del lugar sagrado de la Basílica de Santa María de Elche.

Durante la República se le reconoció como Monumento Nacional y en el año 2001, la UNESCO le dio el título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de las Humanidades.

El Misterio de Elche es la única pieza religiosa medieval que ha llegado a nuestros días y sigue representándose. Su público es internacional.

La acción dramática comporta un gran ceremonial y el ritualismo propio del teatro medieval.


Leyenda

En el invierno del año de 1370, Francesc Cantó, cumpliendo el oficio de vigía o guardacostas, ocupa su puesto en la playa de Tamarit (hoy en día Santa Pola), por ser natural de Elche, distante unos 5 km del mar. Con las luces del alba alcanza a vislumbrar entre las aguas un arcón; avisa a los soldados de su compañía de lo encontrado y entre todos pueden sacarlo y depositarlo en un lugar seco y escondido.

Antes de abrirlo inspeccionan los alrededores para comprobar su soledad, tras lo cual y viendo que esta era total, levantan la tapa. Asombro les causa lo que encuentran en su interior: una imagen de la Virgen de Agosto y una consueta que contiene versos, compases de música e indicaciones escénicas para la representación de lo que luego sería el Misterio de Elche.

Rápidamente Cantó alcanza su montura y a uña de caballo parte para comunicar su portentoso hallazgo al Consejo Ilicitano. Se transmite la noticia al pueblo y enseguida, sin perder ni un minuto, salen todos hacia la playa para hacerse cargo de aquel excepcional regalo.

Pero… ¡maldición!… (dicho sea sin ánimo de ofender a la celestial Señora), al llegar allí el panorama que se presenta ante sus ojos es aterrador: los pocos amigos que había dejado Cantó vigilando el arcón, luchan a brazo partido contra los habitantes de los pueblos cercanos, conocedores ya de la misteriosa aparición y que, alegando tener más derechos por la proximidad, pretenden quitarles lo que con tanto celo custodian.

Sus conciudadanos los liberan y consiguen poner paz mientras examinan con todo cuidado el arcón… ¡Ah, qué maravilla!... La Virgen que es mujer y, como tal, previsora, había tenido la precaución de escribir sobre la tapa “soc per a Elig” (soy para Elche). Alegría para unos y desencanto para otros, pero estaba claro que Ella había venido para estar con los ilicitanos y con ellos se fue.

Y para eterna memoria, cada 28 de diciembre, los descendientes de aquellos elegidos organizan una romería, cuyos componentes marchan a pie y, antes de romper el día, ocupan la antigua playa de Tamarit iluminados solamente por las hogueras que se encienden sobre la arena... Música, canto del Ternari…, aparece el caballista que representa a Cantó con sus vítores de: ¡Vixca la Mare de Déu! (¡Viva la Madre de Dios!), coreados por los presentes, que enardecidos y emocionados ven llegar otra luz en medio del mar iluminando un arcón como aquel donde iba la Patrona hace siglos.

                                                                                              Asunción. Michel Sittow

Realidad

Desde aquel momento se representa el Misterio todos los años, siguiendo las indicaciones de la consueta.

Consueta: libro donde se relacionan las costumbres a seguir en las ceremonias religiosas de una iglesia; por extensión hace referencia a los manuscritos con el texto y las indicaciones para la puesta en escena de una obra dramática medieval.

Caixa de les tres claus (Caja de las tres llaves): para guardar las consuetas. La original desaparecida; la de 1625, también desaparecida; hay tres copias (1639, 1709, 1722).

Mucho se ha polemizado sobre esta singular pieza: autoría, fecha, original. Los estudios e investigaciones llevados a cabo han establecido la total autenticidad de la obra.

En 1924 el compositor Óscar Esplá (Alicante.- Escuela Levantina)
-fija el texto y la música que se utilizan actualmente;
-crea el maestro de capilla;
-crea el maestro de ceremonias; actual director de escena.

La música está indicada por la consueta:

-Bloque medieval propio del gregoriano
-Polifonía renacentista y barroca
-Contrafactum: uso común de cantos que estaban de moda y conocían espectadores e intérpretes (Juan del Encina, Cancionero Musical de Palacio…)
-Siglo XVI: reforma polifónica de la Festa (Lluis Vich, 1560-1594)
-Sonidos música árabe
-Guitarra y harpa, órgano, campanas, artillería; todo de reciente aparición

La Tramoya: complicada y difícil como todo el teatro medieval en que se utilizaba la Plaza o la iglesia. En 1648 la Imagen de la Virgen se traslada a la Basílica y es allí donde tiene lugar la representación.

Se contraponen dos mundos:
-celestial o vertical con personajes celestiales (Araceli, Magrana (Granada), Coronación y Trinidad),
-terrenal u horizontal con personajes humanos (Andador y Cadafal (Catafalco o Tarima).
Quienes representan a los personajes son aficionados, habitantes de siempre del pueblo; algunos tienen el “rol” toda la vida. Como en el teatro medieval todos los cantantes son hombres o niños, sin que puedan actuar mujeres.

Óscar Esplá se permite una licencia: graba un disco en el cual el papel de la Virgen está interpretado por una soprano en vez de un niño.

La representación:

-La Vespra (la víspera), 14 de agosto y la Festa (la fiesta), 15 de agosto.

-Por el privilegio papal hay otra representación los inviernos de los años pares.

                                                                                                          Basílica Anunciación. Moscú