lunes, 8 de enero de 2024

 

 

JOSÉ DE RIBERA, PINTOR, DIBUJANTE Y GRABADOR VALENCIANO

Xàtiva 1591-1652

 


 

Ribera, Velázquez y El Greco

forman la trilogía de la pintura

española del XVII.

 

Su nombre en valenciano es Josep. Al llegar a Italia, lo italianiza y lo convierte en Jusepe, pero la gente ya le ha puesto un apodo: Lo Spagnoletto, por su origen de nacimiento y por su menguada estatura. Era común que firmara sus obras como español, valenciano y setabense, o bien simplemente como español. En ocasiones lo hacía empleando la terminología latina: Josephus Ribera. Hispanus. Valentinus. Setaben o Civitatis Setabis.

 

Un inciso.-

En general, a los que llevan el nombre de José se les llama Pepe en un plano totalmente familiar. ¿Cuál es el origen? En reproducciones de San José en estatuas y cuadros, debajo de su nombre pone P. P. que en latín significa pater putatibus, el destino que Dios le ha puesto a San José, o sea, proteger a Jesús.

 


 

Xàtiva se encuentra como dormida en la ladera de un monte. Si se utiliza el tren, llega uno a la estación que está en el llano y se empieza a subir hacia la cumbre donde se halla el castillo.

 

Es una ciudad histórica situada en una área donde, desde antiguo, ya había asentamientos, como lo atestigua el yacimiento conocido como la “Cova Negra” –Cueva Negra-, con importantes restos arqueológicos del paleolítico medio.

 

En época ibérica ya era un municipio organizado, conocido con el nombre de Sait, perteneciente a la zona denominada Contestanía, y que disponía de un comercio activo y emitía moneda propia.

 

Esta ciudad, así como su área geográfica, fue pronto romanizada. Situada junto a la estratégica Vía Augusta, que iba de Roma a Cádiz, tenía la categoría de municipio de derecho latino y su nombre era Saetabis Augusta. Existía una importante industria de fabricación de tejidos de lino.

 

Xàtiva tuvo obispado en época visigótica, muestra de la importante población existente, lo bastante numerosa como para tener abierta una iglesia al culto. Hay conocimiento de que varios obispos setabenses firmaron las actas de los Concilios de Toledo en el siglo VI d.C.

 

En época musulmana consolidó su importancia, constituyéndose en capital de Kora o distrito administrativo. En el siglo XI se estableció en Xàtiva la primera fábrica de papel de Europa. Xàtiva se incorporó a la civilización occidental con el rey Jaime I El Conquistador, el 22 de mayo de 1244, domingo de Pentecostés. Dentro de la nueva organización política y administrativa, Xàtiva se constituye como “sotsgovernació dellà lo riu Xùquer fins el riu de Xixona” –“bajo gobierno desde el río Júcar hasta el río de Jijona”-, con un territorio que comprendía unos 500 pueblos. Era la segunda ciudad del Reino, votando en Cortes después de València. En 1347, el rey Pedro IV El Ceremonioso le concedió el título de Ciudad, por su fidelidad en la Guerra de la Unión.

 

La ciudad fue cuna de los dos únicos papas que España ha dado a la iglesia en los siglos XIV y XV: Alfonso de Borja –Papa Calixto III- y Rodrigo de Borja –Papa Alejandro VI-, los papas Borja, personajes de reconocida importancia en la política internacional de su tiempo.

 

Un inciso.-

Roma –y en general Italia- bullía de valencianos que acudían en busca de favores, y que naturalmente en la época hablaban su lengua: y el apellido de los papas se convierte en Borgia. Por tanto, esta pronunciación es debida a la lengua de Valencia y no a la italiana como mucha gente erróneamente lo considera.

 

Jaime I está formando sus mesnadas a fin de empezar la conquista de Valencia. Él no quiere que vayan catalanes porque son muy interesados, pero han oído decir que las alquerías con propiedades de frutos y huertos son muy ricas y como pertenecen a los moros, se puede pedir algo al expulsarlos. Don Jaime prefiere a los de un pueblo de Aragón llamado Borja. Una parte de estos quedará en Madrid o en Valencia y los que han de nacer todavía construirán palacios en Xàtiva y vivirán allí.

 

Los Borja cambian su apellido por el nombre del pueblo donde nacieron, o sea Borja. Cuando nace Rodrigo Borja en esa ciudad, su tío Papa decide que será una persona con altos estudios: sus estudios medios y luego pasará a estudiar a la localidad de Bolonia para pasar por una universidad. Rodrigo quiere ser Papa. Tiene muchos enemigos. De los que forman la conjura en aquel primer momento hay cinco que están prisioneros en el castillo de Santangelo con un alcaide de toda confianza del próximo Papa. Tiene el favor de Felipe II y por supuesto de Fernando el Católico.

 

Los Reyes Católicos tienen que pedir permiso para lograr una dispensa y es gracias a don Fernando que la obtendrán y una vez casados legalmente, podrán empezar las luchas contra los nobles que se lo impiden. Al mismo tiempo Rodrigo divide el mar dejando una parte a los brasileños y otra parte a los españoles. En ese momento es cuando se hacen las pinturas que no se verán hasta época actual.

 

El segundo Papa Borja es un hombre plateresco más que de la Edad Media y gasta más sus energías, que no es un gasto inútil, que en solucionar los pleitos de su familia. Le gustan mucho las fiestas y las ocasiones de jolgorio que no son propias de un Papado y escandaliza muchas veces a los romanos, sin que eso importe y muchos de ellos asistan si son invitados. También la nobleza clásica, como son los embajadores, forman parte en los carnavales. A don Rodrigo no le gustan los apartamentos papales y hace construir el palacio de Bellvedere que lo deja para su solo empleo y el palacio de San Marco que usará la clase alta eclesiástica para sus trabajos. El segundo Papa Borja es el que da a los españoles el título de catolicísimos, y a los franceses, otro Papa, los califica de cristianísimos. Entre tanto, Carlos I ha ido a Roma y ha estado a sobre sus puntos de vista en religión, que ya podemos imaginar. Durante este tiempo, llegan de las Indias verdaderos cargamentos de oro y el rey los emplea en dorar la iglesia de Santa María.

 

El Papa mandó realizar también obras mitológicas, como El Silenio ebrio, que está en El Prado. En 1625, en el Museo de Capodimonti nos encontramos con el primer cuadro de Ribera firmado y fechado, con representaciones alegóricas de los sentidos. En 1630 figuran cuadros de filósofos como Arquímedes.

 

Papa Alejandro VI

 

Los siglos XV y XVI representan la época de máximo esplendor de la ciudad de Valencia –el llamado “Siglo de Oro”-. En 1409 se funda en Valencia el primer manicomio del mundo debido al mercedario Padre Jofrè –que estudió Derecho en Lleida junto con el dominico Vicente Ferrer-. Durante los convulsos tiempos sociales llamados de las Germanías, aparece el famoso personaje conocido como “L'Encobert” –“El Encubierto”-. Pretende que es nieto de Fernando el Católico y en Xàtiva fue protagonista importante.

 

Xàtiva participó activamente en el conflicto sucesorio a la Corona de España –llamada “Guerra de Sucesión”-, apoyando mayoritariamente al pretendiente de la Casa de Austria, el Archiduque Carlos de Austria, frente a su rival Borbón, Felipe V de Anjou. En 1707, su fidelidad le costaría cara al resistir duramente a los Borbones. En represalia, Felipe V mandó incendiar y destruir la ciudad, y expulsar a sus habitantes, cambiando el nombre de Xàtiva por el de “Colonia Nueva de San Phelipe”. En señal de desaprobación, la ciudad mantiene en la actualidad el retrato de Felipe V cabeza abajo, en su Museo de Bellas Artes, que no es por obra demoniaca ni angélica, es sencillamente un curita, llamado Paco, que acaba de llegar a su parroquia y le pide al alcalde que le deje un grupo de setabenses que le ayude, porque el cuadro es de tamaño natural y un marco muy grueso. Entre todos aquellos jóvenes lo descuelgan y lo ponen cabeza abajo y así se le puede ver hoy en día.

 

La ciudad es cuna de personajes famosos –aparte de los papas citados y “El Españoleto”-, como: el Diputado en las Cortes de Cádiz de 1812, Joaquín Lorenzo Villanueva y su hermano Jaime; Francisco de Paula Martí, inventor de la taquigrafía y de la pluma estilográfica; San Jacinto Castañeda, etc.

 

Xàtiva fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1982, por la riqueza monumental de su casco antiguo en general, y a la significación particular de sus monumentos más emblemáticos, declarados igualmente Bienes de Interés Cultural.

 

Entre sus monumentos más representativos están: el Castillo, con restos de distintas épocas; la Colegiata de Santa María, S. XVI-XX; el Hospital Mayor de Pobres, S. XV-XVI; las ermitas de San Félix, S. XIII, de San José, S. XVIII, y de Santa Ana, S. XVI; la iglesia de San Pedro, S. XVII, la de San Francisco, S. XIV; la puerta gótica de los Trinitarios, S. XV; la casa natal del papa Borja –Alejandro VI-, S. XVI; la Casa de Alarcón, S. XVIII, o numerosos palacios urbanos de la nobleza setabense de distintas épocas.

 

El Castillo de Xàtiva (en valenciano, Castell de Xàtiva) es una doble fortaleza situada en la sierra Vernisa sobre la ciudad.

 

Escudo de Xàtiva

 

Esta doble fortaleza aparece en el escudo de Xàtiva, que tiene como elemento central una torre, de la que parten dos brazos amurallados que acaban en un castillo cada uno, que representan los dos castillos de Xàtiva. Su estilo arquitectónico es el gótico valenciano. El castillo de la izquierda recibe el nombre de “Castillo Menor”, mientras que el castillo de la derecha recibe el nombre de “Castillo Mayor”.

 

Castillo de Xàtiva

 

Delante de la Colegiata se encuentran unas columnas coronadas por las estatuas de los papas. Al primero, siendo pequeño Vicente Ferrer, le predijo que sería papa; al ser cierto, el primer acto público del papa fue nombrarlo santo. En cuanto al segundo, sabemos que llevaba una vida un poco frívola, pero era amantísimo de la Virgen, la cual lo mantuvo con vida hasta que le dio tiempo para recibir los últimos sacramentos.

Colegiata de Xàtiva.

 

Fachada de la Catedral de Valencia.

 

 


De fama en Valencia, aunque pasó casi toda su vida en Italia, José de Ribera estudió con Ribalta y pasó a Italia siguiendo a Caravggio. Lo hallamos en Roma desde su adolescencia en la Escuela de este y en la de Correggio, aunque ambos imprimieron su sello en la Escuela de Ribera.

 

Es José de Ribera hijo de Luis Ribera y Margarita Gil. Se traslada a Valencia desde Xàtiva, donde había nacido, según consta en su partida de bautismo, sacramento que le fue administrado el 17 de febrero de 1591 en la Iglesia de Santa Tecla, donde se le impusieron los nombres de José Juan, y su muerte ocurrió en Nápoles en 1652, donde está enterrado.

 

Tuvo un hermano que se llamó Juan, que también fue pintor, pero no se conoce nada de su vida.

 

Su padre era zapatero, oficio artesano de la época que generaba buenas ganancias, ya que toda la alta sociedad llevaba calzado que era toda una creación de belleza.


Su padre observa que tiene un hijo muy inteligente y dotado para el estudio, por lo cual quiere que siga los de latinidad, a fin de inclinarse por las letras, pero el hijo prefiere las bellas artes.

 

¿Cuál es la lengua en la que habla? El valenciano será su lengua materna, ya que es la que se habla en Xàtiva, aunque los setabenses saben hablar castellano para entenderse con los que son de otras tierras. Con el tiempo que estuvo en Italia, hablaría perfectamente el italiano, y el latín, si no hablarlo, por lo menos lo entendería y escribiría.

 

Un inciso.-

Francisco Ribalta es nacido en Lérida, pero en su juventud se traslada a Madrid para estudiar con el pintor Navarrete. Ribera se convierte en pintor, dibujante y grabador español del siglo XVII. Ribalta ha sido contratado por el Patriarca de Antioquía, Juan de Ribera, para que decore la iglesia de su seminario. Ribera al dejar Xàtiva y trasladarse a Valencia entra a trabajar en el taller de Ribalta, el cual le enseña el arte del claroscuro.

 

Ribera se establece en la calle de Los Pescadores, en cuyos barrios bajos tendrá ocasión de ver a mendigos, personas esqueléticas por el hambre o deformadas por la enfermedad, que luego plasmará en sus cuadros.


Un inciso.-

En el barrio de los pescadores, en el siglo XIX, los vecinos piden que se cambie el nombre de la calle por el de Ribera, en honor del pintor. No sería hasta 1872 cuando tomaría su nombre. El cronista de la ciudad Vicente Boix fue el encargado de realizar esta petición, y desde ese año lleva el nombre que homenajea al pintor. La calle tiene el siguiente trayecto: empieza en el edificio modernista de La Telefónica y a la izquierda se encuentra la conocidísima “Casa Balanzá” y termina en la calle Xàtiva frente a la plaza de toros.

 

Tanto la calle de Ribera como las transversales fueron elegantes, llenas de establecimientos distinguidos, edificios de los años veinte y treinta: Almacenes Cuadrado, Cine Lírico, Teatro Eslava, pequeñas boutiques que actualmente se han convertido en el colmo de la vulgaridad, pero si eso genera dinero…

Se dice que durante su época, en Valencia pintó unos cuadros de su mano, colocados en la librería del convento del Temple.


 

 

Alrededor de 1606 –cuando todavía no ha acabado su adolescencia- Ribera se traslada a Italia, de donde ya no volverá a España, sino en visitas esporádicas, y dejándose a un buen maestro como lo es Ribalta. Es en ese país donde se convierte en famoso, primero en Venecia y Parma, luego Roma y finalmente en Nápoles, donde muere y está enterrado.

José de Ribera está sepultado en la iglesia de Santa María del Parto en el barrio Mergellina de Nápoles.

 

Los italianos, al ver su nuevo estatus social, pretenden que Ribera es natural de Galipolli, en la provincia de Lecce, del reino de Nápoles, pero estos deseos no prosperan porque en el grabado de Baco –escrito de su propia mano- dice así: “Joseph à Ribera Hisp.s Valent.s setab.f. Partenop.1628”.


Grabado de Baco

 

No se sabe por qué causa Ribera decide trasladarse desde Valencia a Italia, ni tampoco la fecha exacta, pero examinando el conjunto de sus obras se puede decir que fue alrededor de 1606. Visita Cremona, Venecia, Parma y en 1615 llega a Roma, donde queda asombrado ante los cuadros de Caravaggio –muy conocido y admirado en la época-, de donde aprende el tenebrismo. Ribera fue uno de los primeros seguidores de este pintor, incluso se ha conjeturado que pudo conocerle personalmente, y hasta se dice que lo hizo. La producción de Ribera fue tan grande que lo mantuvo alejado de su patria, adonde nunca regresó, pero se sintió como en ella porque en aquel momento Nápoles era un virreinato español: fue su punto de encuentro entre dos culturas figurativas, la ibérica y la italiana, de forma que cuando le preguntan por qué no regresa a su país, él contesta:

-“En Nápoles me siento bien apreciado y pagado, porque sigo el adagio tan conocido: ‘quien está bien, que no cambie’.”.

 

 

“España es madre amantísima para los forasteros y madrastra cruel para los hijos”. Añade Ribera.

 

 

El apoyo de virreyes y otros altos cargos de origen español explica el que sus obras llegaran a Madrid, lo que el total de ellas supone uno de los mayores compendios de su obra, incluyendo varias piezas maestras. Hasta Velázquez le valora y le visita en Nápoles en 1630.

 

En 1616 desembarca en la famosa metrópoli a la sombra del Vesubio y se establece en la casa del pintor Azolini, mediocre desde este punto de vista, pero con una fortuna muy grandiosa y que hizo también muy grandiosa la de su afortunado yerno, pues con su única hija casó.

 

En pocos años Ribera alcanza el apogeo de su arte y en 1992 se celebran sendas exposiciones en Nápoles, Madrid y Nueva York que celebran al mismo tiempo su triunfo. Poco antes se ha celebrado la publicación en la serie Clasici dell’Arte de un catálogo casi completo de las pinturas que a Ribera se le atribuían. Con ello se puso a disposición pública un enorme caudal de obras que a Ribera se le atribuían y superar los prejuicios que al pintor se le atribuían y distorsionaban su valoración. En 2011 también hubo sendas exposiciones en Madrid y Nápoles. En esos once años se habían identificado como suyos más de treinta óleos sin firmar, y que nos demuestran su precoz maestría y su puesto entre los primeros difusores del tenebrismo de Caravaggio. Prolífico y de éxito comercial.

 

Para realistas como León Bonnat, Ribera fue un referente imprescindible y pintores de distintos siglos copiaron sus cuadros: Fragonard, Manet, Fortuny, Matisse, y varios más.

 

Ribera destacó en Italia y es allí donde se hizo su obra pues no se conoce ningún cuadro que se haya pintado en España y diga que pertenece a la Escuela Española. Se le quiso etiquetar como sombrío y truculento, pero este prejuicio ha desaparecido con las exposiciones y las investigaciones que se han hecho.

 

Cultivó un estilo naturalista que evolucionó del tenebrismo de Caravaggio hacia una estética más colorista y luminosa, influida por Van Dick y otros maestros. Contribuyó a forjar la gran Escuela Napolitana: Giovanni Gianfranco, Massimo Stazione, Luca Giordano, que le reconoció como su maestro indudable y sus obras fueron enviadas a España desde fecha muy temprana. Influyeron en técnica y modelos iconográficos a los pintores locales, entre ellos Velázquez y Murillo. Circularon por media Europa y consta que hasta Rembrandt los conocía. Puede que poseyese alguno.

 

Estando en Roma comienza a copiar las estatuas de la antigüedad y las pinturas de los grandes maestros, con tanto tino, que habiendo sido notados sus dibujos con admiración por los demás jóvenes y maestros, pobre y desnudo se mantiene con los restos de comida que le dan sus condiscípulos. Andaba estudiando y copiando por las calles de esta ciudad.

 

Es recogido por un cardenal que lo admira y lo lleva a su mansión, poniéndolo a vivir con su familia. Esta ventajosa situación, que debía animarle a hacer mayores progresos, le convirtió en perezoso y holgazán, mas haciendo una introspección dentro de sí mismo conoció su ruina moral, haciéndole huir de la morada cardenalicia y volver al estado de pobreza, que considera más apropiado para sus adelantamientos. El cardenal sintió mucho esta acción, que atribuía a ingratitud y deseo de libertad, pero habiéndole encontrado estudiando, quedó convencido y admirado de su virtud con la respuesta que le dio.

 

Con este contacto prolongado con la naturaleza en toda su verdadera expresión, se crea el hombre y se modela el artista, tomando esa orientación tan personal que hace que se distingan sus cuadros de los de sus compañeros.

 

Después de haber copiado las obras de Rafael de Urbino –que muchos consideran sobrevalorado-, hallaba más placer en el efecto del claroscuro de las de Miguel Ángel Caravaggio, por lo que hizo cuantas diligencias pudo hasta lograr ser su discípulo, y aunque le duró muy poco tiempo, porque Caravaggio falleció cuando Ribera no tenia más de 20 años de edad, se encastró de tal modo en su estilo, que no se distinguían las obras del maestro de las del discípulo.

 

Es en Parma donde empieza a copiar la mayor parte de las obras de Correggio, con lo que se formó de una manera más tierna y agradable, dulcificando la fiereza que había adquirido en casa de Caravaggio.

 

Restituido a Roma, extrañaron los demás pintores su nuevo estilo y, bien fuese por envidia bien por el temor de la aceptación que conseguiría con él, fue el momento para que decayese el aplauso de las del Dominichino –pintor de la época de estilo barroco-.

La Cabeza del Bautista de Dominichino

 

La propensión que tenía a pintar asuntos hórridos y melancólicos, que no podía realizar con la blandura y suavidad de Correggio, le movió más que todo a adoptar el consejo de los que tenía por amigos. Para desembarazarse de ellos y conseguir mejor fortuna se trasladó a Nápoles, sin más recomendación que solidaridad de su habilidad. En la capital tropezó con un comerciante de pinturas, hombre rico e inteligente en el arte, el cual, conociendo su mérito, le ofreció en matrimonio a su única hija, heredera de todos sus caudales. Ribera aceptó la proposición y tuvo un suegro que se dedicó a publicar por la ciudad las habilidades de su yerno, de manera que en poco tiempo llegó a ser el pintor más famoso que había en la capital del virreinato.

 

Un día se reunió mucha gente porque “Lo Spagnoletto” acababa de pintar un San Bartolomé que su suegro había situado en un balcón de la casa. Sabiendo esta circunstancia por el Virrey –cuyo palacio estaba a poca distancia-, mandó que subiesen el cuadro que le agradó sobremanera. Quiso conocer al autor y tuvo gran satisfacción cuando supo que era español, nombrándole su pintor con sueldo decente y estancia en palacio. Por este motivo, desde la buena educación de Ribera, este contrajo muchas amistades de las personas de la mayor distinción.

Martirio de San Bartolomé por José de Ribera

 

El señor Perafán de Ribera 1508-1571, Marqués de Tarifa, duque de Alcalá de los Gazules, Virrey de Nápoles, era muy querido por los italianos y con una gestión muy eficiente para España. El Virrey había estado casado dos veces pero sin sucesión, que la tuvo en el tercer matrimonio.

 

Un inciso.-

Juan de Ribera 1532-1607 era hijo ilegitimo suyo y con esta característica los hijos no podían heredar los títulos de sus padres, sino dedicarse a la clerecía; esto lo hizo San Juan de Ribera muy cumplidamente. Tenía el título de Patriarca de Antioquía, Arzobispo de Valencia, y fundó un seminario cuya iglesia pintó, en parte, Ribalta, por lo que hay que pensar que si Ribera no se hubiese ido a Italia, hubiese ayudado a Ribalta. Al no hacerlo, el joven pintor y el Patriarca no llegaron a conocerse.

 

En su iglesia se celebró el matrimonio de Felipe III, hijo de Felipe II, con Margarita de Austria, junto con el de su hermana Isabel Clara Eugenia, que lo hizo con Alberto de Austria, y fueron nombrados gobernadores de los Países Bajos.

 

Hay algo muy curioso en este matrimonio: Felipe II había prometido que, si Isabel Clara Eugenia tenía hijos, serían estos los que heredarían los Países Bajos, quedando estas tierras completamente liberadas del yugo español. Y sí que hubo hijos: 3, pero nacieron muertos, por lo que al fallecimiento de los infantes, las cosas siguieron como antes.

 

San Juan de Ribera

 

No se ofrecía pintar obra alguna de cierta consideración en Nápoles, que no se le encargase a Ribera. Los Jesuitas le encargaron obras en los Colegios de San Javier y en el de Iesunuovo, y en la Capilla del Tesoro en la Catedral pintó a San Genaro.

San Genaro saliendo ileso del horno.

 

Los Jesuitas es una orden que irrumpe. Hasta entonces los fundadores de colegios lo han hecho para santificarse ellos, mientras que los jesuitas lo hacen para que se santifiquen aquellos a quienes guían y gustan mucho a las madres porque en los colegios se representan obras de teatro que tienen mucho éxito y no pegan a los niños. El primer colegio de Valencia fue donde está ahora el Instituto de Luis Vives.

 

Para los Cartujos pintó un famoso descendimiento de la cruz, y este y otro cuadro en Santa María la Blanca, pintados con una suavidad no acostumbrada, por lo que algunos creen que esos dos cuadros son de Correggio, pero está bien probado que son de Ribera.

Descendimiento de la Cruz

 

Son infinitas las obras de Ribera para Felipe IV y otros nobles que le llenaron de riquezas y de fasto, ya que siempre salía en carrozas y su mujer llevaba escudero.

 

Retrato de Felipe IV

 

Dedicaba solo 6 horas al día a la pintura, siempre por la mañana; el resto del día lo empleaba en el paseo y la tertulia que tenía con los personajes de la corte napolitana.

 

En el año 1630, la Academia de San Lucas de Roma lo recibió como académico de número y en ese mismo año tuvo el placer de encontrarse con Velázquez, cuando este fue a Nápoles, y le mostró todas las cosas dignas de verse en aquella ciudad. Al año siguiente, el Papa le distinguió con “El Hábito de Cristo”.

 

En el año 1649 de nuevo se encontró con Velázquez, que regresó a España y ahora volvía a dar otra vuelta por Italia.

 

Un inciso.-

Velázquez tenía muy buena opinión de Ribera y sus obras. Se trasladó hasta Nápoles para ver sus pinturas, ocasión que aprovechó Ribera para enseñarle todo el Reino Napolitano.

 

Velázquez en esta ocasión había ido a Italia con el cortejo que se formaría en Milán para acompañar a Mariana de Austria como nueva esposa de Felipe IV, que había quedado viudo de su primera esposa Isabel. Velázquez –ya célebre- aprovecha la ocasión para hacer un viaje largo y conocer bien la pintura italiana, especialmente la de Tiziano. Este opina de Velázquez “Un caballero que respira dignidad, que podría aplicarse también a su arte”. Esta frase es la que aplicaría Velázquez a Ribera.

 

En el año 1656 Ribera falleció en Nápoles entre honores, riquezas y satisfacciones.

 

Un inciso.-

Como hay gente que disfruta calumniando a los demás, se dice que la muerte se la produjo el que don Juan José de Austria le sedujo a una hija, pero no hay nada que refuerce esta indignidad.


Don Juan José de Austria pintado por Ribera. Palacio Real

 

Ribera hizo un aguafuerte de este cuadro, que fue el último que produjo en su vida y en ediciones tardías fue modificado para darle la identidad de Carlos II.

 

Don Juan José era hijo ilegítimo de Felipe IV y la gran actriz de teatro María Calderón. El rey utilizó sus servicios porque no había ningún otro Austria de quien echar mano.

 

Don Juan José debió conocer a Ribera en la tertulia de nobles y los dos simpatizaron. El pintor invitó al príncipe a su casa y ahí empezó la calumnia. Enterado don Juan José, y no queriendo causar un perjuicio a Ribera, desapareció de Italia. En realidad, parece que con quien huyó fue con una sobrina, no con una hija del pintor.

 

Fue Ribera uno de los más insignes pintores naturalistas que ha habido en Italia. Aventajó a su maestro en el dibujo, pero no en la suavidad del pincel, bien que le igualó en la fuerza del claroscuro. Ninguno hubo más adicto natural, pues expresaba hasta las arrugas y demás accidentes del cuerpo humano, y ninguno que representase con más verdad a los ancianos y los asuntos desagradables; las manos son algo especial merecedores de un tratado pictórico aparte.

 


 


 


 Se acerca a veintiséis las “estampas” que grabo al aguafuerte con la misma delicadeza y corrección. Se encuentra entre ellas un San Genaro, un Sátiro atado a un árbol, dos San Jerónimos Penitentes, San Pedro llorando, El Martirio de San Bartolomé, el retrato de don Juan de Austria, y sobre todo la rara y muy apreciable de Baco, a quien un sátiro corona de pámpanos y otro le echa vino de un odre a la copa, y otras figuras de faunos y de niños.

 

El pintor Francisco Fernández grabó al aguafuerte unos principios de diseño, sacados de las estampas y dibujos de Ribera de 1650, que publicó en París un cuaderno de estos mismos principios con el título “Livre de portraiture, recuille des oeuvres de Josef de Ribera, dit l’Espagnolet, et gravé al eau par Louis Ferdinand”, que hechas varias ediciones andan en manos de todos los aficionados de los profesores.

 

Ribera tuvo Escuela de la que salieron muchos buenos discípulos: Lucas Giordano –conocido en español como Jordán-, del que hay muchas obras en España.

 

¿A qué se debe que haya tantos cuadros de Ribera y Lucas Jordán en España, si vinieron tan pocas veces? Causaron mucha admiración y desde España, los españoles ricos y acomodados, los encargos reales y de los virreyes, enviaban a la patria estos que habían hecho a través de ellos.

 

Jesús Aguirre, un intelectual del pasado siglo, descubrió en el Palacio de Monterrey, Salamanca, dos cuadros de Ribera de forma apaisada. Existen cuatro, solo que los otros dos no se han descubierto todavía. Los únicos que se han descubierto mientras que los otros se conoce su existencia. La casa de Alba los ha regalado al museo de El Prado.

 

entras que los otros, puesto que todos los demás tienen forma vertical.

 

Un inciso.-

En ese palacio existen unos semisótanos para las cocinas y parte del servicio. A través de la parte alta, unos cristales permiten ver la calle, y el paseante también puede ver el suelo de las habitaciones, y a veces las botas de los guardas que vigilan el recinto. Además de pinturas y obras de arte del palacio, la duquesa también guarda allí sus joyas y cuando ha de lucir algunas por algún acontecimiento, manda un helicóptero para recogerlas y devolverlas.

 

 

Obras destacadas:

 

Sileno ebrio (1626).

El lienzo se encuentra en el Museo de Capodimonte en Nápoles.

 

 

Escudo del marqués de Tarifa y virrey de Nápoles.

Se le atribuye a Ribera entre 1629-1633.

 

 

San Andrés (1630).

Se encuentra en el Museo del Prado.

 

 

San Pedro en penitencia (1630-1640).

Se encuentra en el Museo de Soumaya en Ciudad de México.

 

La Inmaculada Concepción, (1630). Restaurada.

Se encuentra en El Prado.

¿Se inspiró Murillo en él para pintar sus numerosas Inmaculadas?

 

La mujer barbuda (Magdalena Ventura con su marido. 1631).

El lienzo se encontraba hasta hace unos años en el Hospital Tavera de Toledo y actualmente en El Prado.

 

 

La Trinidad (1635-1636).

Este cuadro se encuentra en El Prado.

Existe una réplica de calidad casi idéntica en el monasterio de El Escorial.

 

 

Asunción de la Magdalena (1636).

Este cuadro se hallaba en El Escorial pero hoy día está en la Academia de San Fernando.

 

 

El martirio de San Felipe (1639).

Se encuentra en El Prado.

 

 

El sueño de Jacob (1639).

Este cuadro se encuentra en El Prado.

 

 

Magdalena Penitente (1641).

Se encuentra en El Prado.

Existe otra versión casi idéntica (tal vez anterior) en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

 

 

Santa Inés en la cárcel (1641).

Se encuentra en el Museo de Dresde, Alemania.

 

 

El pie varo, El patizambo, El lisiado o El Zambo (1642).

Se encuentra en el Museo del Louvre.

 

 

Santa Teresa de Jesús (1644).

Se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

 

 

Santa Cecilia (1647).

Considerado uno de los dibujos más bellos de toda su producción. Se encuentra en El Prado

 

 

Santa María Egipcíaca (1651).

Se encuentra este cuadro en el Museo Cívico Gaetano Filangeri de Nápoles.

 

 

La pintura de Ribera se caracteriza por ser austera o gloriosa y dentro de su tenebrismo utiliza un estilo dramático de la luz y la sombra.

 

 

San Jerónimo penitente 1652.

Ribera tuvo que sentir mucha admiración por este santo, ya que lo reprodujo varias veces –diez o doce-. Aquí nos encontramos con el cuadro que está en el Museo Nacional de España (Ver)

 

 

 


De La Sagrada Familia tiene dos cuadros de buen tamaño. Uno se conserva en El Prado con solo los personajes de La Sagrada Familia, 1648.

 

El otro, de 1648, la acompañan dos santas y se encuentra en el MOMA.

 


El pintor José Ribera, se presume que utilizaba a su esposa e hija como modelos para pintar caras jóvenes.

 

El grabador Francisco Fernández lo hizo al aguafuerte en 1650.

 

Ribera formó escuela, de la que salieron muchos y buenos pintores discípulos suyos: el italiano Luca Giordano, el nombre al llegar a España sus obras, se españoliza y se le llama Lucas Jordán. ¿Cuál es el motivo de que tantos cuadros de Rivera y Jordán estén en España si ellos vinieron tan pocas veces? Causaban mucha admiración y desde su patria, los españoles ricos hacían sus encargos.

 

 

 Señor Alcalde, las letras que preceden no son simplemente de alabanza sino la realidad. Por ello, tanto valencianos como resto de españoles, nos gustaría ver una exposición del pintor Ribera que radique en Xàtiva y comprenda el mayor número de sus obras. Ya sabemos que esto es muy caro pero solo está en las manos de usted. Si se lleva a término mi deseo será para gloria de Xàtiva, de José de Ribera y del Consistorio que ahora preside.