martes, 30 de mayo de 2017

Endogamia (I)



A Joaquín Sapena, cuya trayectoria personal y pública lo hacen merecedor de todo elogio

Primera Parte:
-Endogamia, exogamia e incesto
-Casa de Austria
-Príncipe Carlos
-Leyenda Negra
-Guerras de religión
-La Inquisición
-Siglo de Oro
-Clases de monarquía
-Carlos II

Segunda Parte:
-Borbones en España
-Guerra de Sucesión Española
-Almansa
-Valencia
-Utrecht
-El "caso de los catalanes"


ENDOGAMIA.- del griego endon·(dentro) y gamus (casamiento). Es un neologismo creado en el siglo XIX para significar el matrimonio, unión o reproducción entre individuos de ascendencia común: familia, linaje.

EXOGAMIA.- del griego ekso (fuera) y gamus (matrimonio). Significa lo opuesto a la definición anterior. Es el matrimonio entre personas de distinta casta, comunidad. Desde el punto de vista biológico se refiere al cruzamiento entre individuos no emparentados y genéticamente conduce a una descendencia cada vez más heterogénea.

La razón de ser de todo el sistema endogámico es defender la homogeneidad de un grupo, de manera que este se mantenga siempre igual a sí mismo y diferenciable de todos los demás. El motivo supremo es la unidad del clan. Debido a la herencia genética, la endogamia representa un riesgo en cuanto que multiplica las probabilidades de las combinaciones negativas, mientras que la exogamia permite la revitalización gracias a las mezclas genéticas externas.

LÓGICA HABSBURGICA: FIDELIDAD A LA FAMILIA Y A LA DINASTIA

La mayoría de las enfermedades genéticas se producen cuando se unen dos genes defectuosos que suelen ser recesivos; esto significa que si alguna persona la padece es porque los padres son portadores. Si seres humanos llevan genes que no se manifiestan, pero se unen a otros en las mismas condiciones y esto durante siglos, existe la más alta posibilidad de que los descendientes desarrollen enfermedades que pueden ocasionar hasta la muerte en las últimas generaciones.

INCESTO.- del latín in (no) y castus (casto).

El incesto es el trato sexual entre aquellos que están emparentados por consanguineidad o matrimonio. Se produce por línea directa (padres, hijos, hermanos). En otros grados se puede pedir dispensa para un matrimonio religioso, que la Iglesia pide para los emparentados hasta en cuarto grado.

En nuestra sociedad, el incesto y la poligamia son duramente condenados tanto por la ley como por la moral.



Este cuadro sinóptico o árbol genealógico se presenta de la forma más esquemática posible. Los Austrias eran muy prolíficos, pero aquí solo interesan los actores que por vía directa producen la endogamia a causa de la política matrimonial.

Américo Castro comenta en un ensayo dedicado a Don Juan, hijo varón único de los Reyes Católicos, “el joven de dulce carácter, impregnado de saber aristotélico y latinidad con un pueblo en un momento de plenitud vital y de una corte que se dirigía hacia nuevas cumbres”.

Con la desaparición del Príncipe, quién sabe lo que se extingue de la raza española. Reinando él, la intervención hispana en Europa Central hubiese sido mínima, quizás tangencial, porque la política de España era mediterránea y ultramarina.

                                                                                   El Príncipe Juan estudiando

En el siglo XV en España, nacen dos seres extraordinarios cuya idea política maestra es unir a su país y extender sus dominios por el resto de Europa, siempre en defensa de sus posesiones mediterráneas: España e Italia, pero existe un imponderable como es la muerte, contra la que no se puede luchar.

Los Reyes Católicos pertenecen ambos a la dinastía de los Trastámara; aunque en segundo grado, son primos. Por parte materna hay un ascendiente de locura.

Casan a su hija Isabel con el rey de Portugal, a su hija Catalina con el heredero del trono inglés y a sus hijos Juan y Juana con los hermanos Margarita y Felipe de Habsburgo, hijos de Maximiliano, Emperador Electo del Sacro Imperio Romano Germánico y de María de Borgoña, con la intención de defender de la amenaza francesa las posesiones del Reino de Aragón en Italia. ¡Francia, la eterna enemiga!

                                                                                Fernando de Aragón e Isabel de Castilla

Se unen los Habsburgo (Alemania y Países Bajos), los Avís (Portugal) y los Trastámara (España). La muerte de Juan (sin herederos), de Isabel y su hijo Miguel y la situación tan peculiar de Catalina, hacen que todo aquel esplendor soñado por los regios padres varíe completamente y sea una dinastía extranjera, los Austrias, quienes dominen en España. A causa de la endogamia (ver cuadro) se extingue esta noble casa, pues muere sin hijos el último de ellos: el rey Carlos II, que era portador de importantes alteraciones genéticas.


                                                                                       Carlos V pintado por Tiziano

Dos siglos (XVI y XVII) transcurren desde que ejerce un poder absoluto el mítico Carlos de Austria, sobre quien recae la responsabilidad de gobernar los territorios más extensos de la Cristiandad; hasta que reina, sin ejercer casi el poder, aunque el poder sea suyo, el patético y desdichado Carlos II. En esos momentos se produce una profunda crisis económica y social que lleva a la pérdida de la hegemonía política: España ya no volverá a ser quien era en Europa.







Príncipe Carlos de Habsburgo y Avís o Carlos de Austria y Portugal
(el Don Carlos de la Leyenda Negra)

                                                                                                     Príncipe Carlos

1543.- 14 de noviembre; se celebra el matrimonio entre el futuro Felipe II (1527-1598) y María Manuela de Avís o de Portugal (1527-1545). Son primos hermanos de doble vínculo. (Ver cuadro)

1545.- El 8 de julio viene al mundo el Príncipe Carlos. Muere la madre.

Su infancia fue precaria: aspecto físico desgraciado; pequeño, feo, con un cuerpo frágil que apenas podía sostener una descomunal cabeza y asimétrico: un hombro más alto que otro y pies desiguales.

Inteligencia escasa; tardó en hablar y, cuando lo hizo, aquejado de un permanente tartamudeo, con voz atiplada. Sufre fiebres persistentes. No era aplicado, ni mostraba gran despejo. Lo peor era el fondo moral: terco, caprichoso, colérico en extremo, extravagante… De pequeño se complacía en torturar a los animalillos indefensos; de adolescente sus accesos de ira iban contra las personas de su relación a las que castigaba de forma cruel, sobre todo si le contradecían en sus caprichos. A su zapatero le hizo comerse unas botas recién cosidas porque no le gustaban; hacía azotar a doncellas por causas sexuales… Al Cardenal Espinosa, presidente del Consejo, lo persiguió, daga en mano, porque no le placía una disposición eclesiástica.

Triste situación que amargó al padre, a los súbditos y a la familia real. No se podía pensar en la época que el hecho de que los padres fuesen primos de doble vínculo y compartiesen una abuela común, bisabuela del infante, Juana la Loca, pudiese tener relación con los desarreglos del príncipe.

                                                                                          María Manuela de Portugal

Sin madre y con el padre ausente de España durante años por motivos de gobierno, el niño vive con sus tías María y Juana, que lo miman, como el resto de la familia real y todo el entorno. Nadie le corrige. Su abuelo el Emperador, aterrado por su aspecto y su conducta, se niega a verlo y a que le acompañe en su retiro de Yuste.

Don Felipe, consciente desde el primer momento de la anormalidad de su hijo, se preocupa por su educación y crianza. Hay que nombrar a preceptores cualificados, cuyo trato sea eficaz en la corrección de sus naturales instintos.

1554.- El Príncipe tiene 9 años. Don Felipe parte a Inglaterra para contraer matrimonio con María Tudor. Don García de Toledo es nombrado ayo a fin de instruirlo en el comportamiento para el cargo de rey que ostentará en el futuro. Como preceptores tiene a Juan de Matienza y al valenciano Honorato Juan, quien siempre advirtió al rey que la locura de su hijo era progresiva.

1556.- El Príncipe cumple 11 años. Los diplomáticos tratan de arreglar su boda con Isabel de Valois que tiene 12, pero el compromiso se rompe por motivos políticos. No llegaron a conocerse personalmente, por lo que no pudo nacer entre ellos ni el más ligero afecto.

1559.- El enlace matrimonial anterior, conveniente ahora por diferentes motivos políticos, se vuelve a concertar, pero… ¡entre Isabel y Felipe!

1560.- Se celebra en España la boda de Don Felipe e Isabel de Valois.


                                                                             Isabel de Valois con miniatura de Felipe II

Madrastra e hijastro se conocen en aquel momento: son dos jóvenes de la misma edad, que se llevan bien, y participan en las diversiones que la recién llegada reina organiza en su nueva Corte, no tan divertida como la francesa. Nada demuestra que nazca entre ellos un amor pasional y pecaminoso, que podría llegar al incesto, como quiere demostrar la Leyenda Negra. Isabel sentiría por aquel ser tan desgraciado el cariño y la pena que él debía provocar.


                                                                                                       Felipe II

En la corte francesa todo son parabienes; primero se habla del compromiso de Carlos con María Estuardo, reciente viuda de Francisco II y posteriormente Catalina de Médicis aspira a unir al Príncipe con su hija pequeña Margarita. ¡Tate con el francés!, se dice Don Felipe, y para evitarlo, concierta el enlace de su hijo con su prima Ana de Austria, boda que, las continuas enfermedades y estado mental del novio, van postergando. Esa prima se convertirá en la cuarta esposa de Don Felipe (ver cuadro) y que dará a la corona el heredero tan buscado.

1560.- El joven Príncipe es jurado por las Cortes como heredero al Trono de España. Recibe el título de Príncipe de Asturias.

1561.- A fin de convalecer de unas cuartanas y continuar sus estudios, se le envía a Alcalá de Henares. Le acompañan dos muchachos de su edad: Juan de Austria y Alejandro Farnesio.


                                                                                         Juan de Austria

                                                                                                Alejandro Farnesio

“Quod natura non dat, Salamanca non praestat”. No son los libros lo que le interesa a Carlos, sino las chicas. Acudiendo a una cita amorosa, cae por unas escaleras y queda gravemente herido. Su padre hace venir al famoso cirujano Vesalio quien le practica una trepanación: le salva la vida, pero su salud mental y física quedan más deterioradas.

1562.- Acompaña a su padre a las sesiones del Consejo de Estado, del que le nombra Presidente. Los consejeros, elegidos entre las personas más notables del Reino, tienen que soportar su temperamento y obstinación, así como su indiscreción política.

1564.- Al heredero se le ponen Casa y servidumbre propias, de acuerdo con su rango. El Príncipe, con motivo del accidente, ha hecho testamento en el que manifiesta su adhesión a la fe católica, aunque en su vida ordinaria se niega a recibir los Sacramentos; se muestra violentísimo en su afán por celebrar su boda con la prima y acompañar al Rey a los Países Bajos, cuyos habitantes se muestran descontentos.

1566.- Se sublevan los flamencos calvinistas. Hay pruebas de que el Príncipe simpatiza con ellos, por la correspondencia mantenida con el conde de Egmont y la presencia del Barón de Montigny en España, a donde viene para encontrarse personalmente con Don Carlos. Este noble es encarcelado y su muerte poco explicada.

Don Carlos pide dinero al Príncipe de Éboli y a Don Juan de Austria, los cuales lo ponen en conocimiento del Rey.

1568.- Se encuentra muy deteriorada la situación en Flandes; el Rey envía al Duque de Alba para que aplaste la revuelta y el Príncipe, al verlo partir, se lanza violentamente sobre él con la intención de matarlo para evitar que cumpla su misión.


                                                                                                  Duque de Alba

1568.- 17 de enero; el Rey tiene noticias verosímiles de que su propio hijo quiere asesinarle y vuelve rápidamente a Madrid. Comprueba que ha preparado su fuga pidiendo, nuevamente a los nobles, dinero y caballos para realizarla. Por la noche entra en el cuarto de su hijo, ya acostado, hace que lo reduzcan a prisión, clavando puertas y ventanas y llevándose todos sus papeles. Los guardias de vista se preocupan de impedir que se suicide, como ya ha tratado de hacerlo en un rapto de desesperación.

El Príncipe tiene poca salud y una conducta indebida respecto a su forma de alimentarse y de tratarse a sí mismo: llena su cama de nieve para combatir los calores de las fiebres; hace huelgas de hambre seguidas de atracones…

1568.- El 25 de julio, a las 4 de la mañana, muere el Príncipe después de recibir con gran devoción los Sacramentos y la bendición de su padre. El proceso por la enfermedad, la prisión y muerte del desventurado Carlos se desconocen, puesto que muere antes de que se dicte sentencia.

Para Felipe II no se trataba solo de la relación entre un padre y un hijo, sino que era una cuestión de Estado: o desheredarlo o el confinamiento perpetuo. Y se ve en la obligación de dar explicaciones pertinentes a algunas personas de su entorno, entre ellas el Papa.

1568.- 9 de mayo (3 meses antes de morir el príncipe), he aquí lo que le escribe a Pío V:

“…la pasión ni la falta del príncipe, ni intento mío de castigarle o corregirle, pues si ésta hubiera sido la motivación, hubiera tomado otras medidas, sin llegar a este extremo… Pero como que por mis pecados ha sido la voluntad de Dios que el príncipe tuviera grandes y numerosos defectos, unos mentales, otros de condición física, privado absolutamente de las condiciones necesarias para gobernar, vi los grandes riesgos que se seguirían si se le diera la sucesión y los claros peligros que se multiplicarían; por tanto, luego de prolongada y cuidadosa consideración y de haber probado todos los otros remedios en vano, era claro que había poca o ninguna esperanza de mejoría en su situación, para evitar los males que razonablemente se pueden prever. En resumen, mi decisión era necesaria.”


                                                                                                         Pío V




Leyenda Negra

1590.- Antonio Pérez (1540-1611) huye a Aragón para ampararse en sus Fueros. Sabe que el Rey Felipe es conocedor de su participación en el asesinato de Juan de Escobedo, secretario de Juan de Austria, de su labor de espionaje y de su tráfico de documentos. Los aragoneses se arman ante la simple sospecha de que tropas castellanas puedan invadirlos y presentan a su Justicia Mayor como el único que puede juzgar en sus tierras. El Rey respeta sus privilegios, como siempre ha hecho y el fugitivo llega a París sano y salvo, en donde muere en la miseria y sin amigos.
                                                                                                   Antonio Pérez

Para vengarse escribe las Relaciones: Ha empezado la leyenda negra sobre Felipe II.

Friedrich Schiller (1759-1805) encabeza el grupo de filósofos del idealismo alemán dentro del movimiento Sturm Und Drang (ver el capítulo dedicado a HAYDN).

Su filosofía es la expresión de su concepción idealista de la Historia: el hombre no tiene por qué estar sujeto ni a la religión ni a la autoridad. Los grandes sentimientos, llevados al límite, crean las esperanzas puestas en el ser humano, que es autónomo.
                                                                                                Friedrich Schiller

Con estas premisas se produce su expulsión de las cátedras porque atentaba contra la autoridad y el orden social.

1727.- En Hamburgo se estrena su drama en 5 actos titulado “Don Karlos, infant van Spanien” (“Don Carlos”). Argumento: con el fondo de los Países Bajos, que luchan por su libertad, se presenta un trío amoroso; el infame Rey Felipe manda ejecutar de forma arbitraria a su esposa y a su hijo por sus amores (incestuosos, por cierto). Es un canto a la amistad, al amor y a la libertad.

Giuseppe Verdi (1813-1901), basándose en esa pieza teatral, escribe su ópera “Don Carlo” que es también un canto a la libertad, pero a la que desea el pueblo italiano frente al invasor austriaco.


                                                                                    Giuseppe Verdi 

Para este grupo de pensadores, el republicanismo encarna la libertad y la fuerza del espíritu, puesto que la monarquía supone el absolutismo, la opresión, la dictadura.

1789.- Revolución Francesa. Los filósofos idealistas la aplauden hasta que ejecutan al Rey Capeto. Porque, ¿en qué se diferencia que el autoritarismo venga de parte de un rey, un emperador o del Terror? “El hombre no está educado para la libertad”, dice un pensador alemán de la época.

Finalmente y desengañados deciden que no es el hombre sino los valores los que entrañan la perfección moral y la belleza. Asumidos individualmente son los que determinan el progreso de la sociedad. Es desde el arte desde donde el hombre halla la liberación.

Pero, ¿alguien ha dicho que “Don Carlos” no es lo que parecía ser? ¿Un estudio crítico, unas disculpas…?

Durante los siglos XVI y XVII, España, bajo los Austrias, fue la potencia contra la que lucharon más enemigos de toda clase y condición, concertados o aisladamente, situación a la que finalmente no pudo hacer frente, a pesar de los medios de que disponía y que con dificultad alcanzaban ya a cubrir sus enormes necesidades.

Los fracasos y pérdidas ocurridos en esos tiempos, condujeron a que en los posteriores se cebara la maledicencia en las tierras hispanas, de tal manera que hasta opiniones y juicios de extraños las hiciesen propias los historiadores españoles.



Guerras de religión

Se llaman guerras de religión a los enfrentamientos armados, violentos, crueles, que provocan innumerables muertes y asolan terrenos, causando hambre y miseria. En ellas distintos grupos sociales se encuadran en bandos nobiliarios que mantienen opuestas pretensiones políticas, dinásticas y de alianzas exteriores.

Son enfrentamientos de tipo social en los que todos los bandos enarbolan la religión como causa de la guerra, a la que llaman justa o santa.

Guerras ocurridas en Europa durante estos siglos a que se hace referencia:
-Guerra de los 80 años.
-Guerra de los 30 años.
-Guerras de religión en Francia.
-Guerras que enfrentan a los reinos ingleses.
-Reforma protestante y Contrarreforma católica.
-Enfrentamientos de los príncipes alemanes por causa de la religión.


                                                                           Guerra de los 30 años

¿Tienen los súbditos libertad de culto, o están obligados a seguir el que su príncipe practica?

El absolutismo, desarrollado durante estos siglos es de 2 clases:
-absolutismo confesional o religioso. Los soberanos temporales creen tener derecho a imponer su religión, sea la católica o distinta a ella (reforma, falsa reforma, contrarreforma);
-absolutismo no confesional o de ideas. Los soberanos no conceden la libertad de conciencia, pero tampoco ejercen un poder absoluto en nombre de un principio religioso.

Los Austrias españoles no solo son católicos practicantes, sino que obligan a todos los que viven en sus dominios a que lo sean (Carlos V deja escrito en su testamento que se persiga con todo rigor los focos protestantes en España y que se mantenga en los Países Bajos la religión católica). Esa violencia engendra contra ellos una violencia mayor y genera un odio que, pasados los siglos, todavía no se ha extinguido.

Isabel Clara Eugenia (1566-1633), la hija fiel, predilecta y primogénita.



Felipe II e Isabel de Valois no tienen hijos a pesar de que han transcurrido siete años desde que se celebró su matrimonio. La Reina ha hecho traer de París las reliquias de San Eugenio, que fue obispo mártir de la ciudad, para pedirle que, por su mediación, el Cielo le conceda descendencia.

El 12 de agosto de 1566 llega por fin el deseado niño. ¡Es una preciosa niña! ¿Nombre? Isabel por la madre; Clara, por el santo del día, Eugenia en honor al supuesto intercesor. Y por su nombre completo la ha conocido siempre la Historia.

Pasa el tiempo y padre e hija se quedan solos, ella colaborando en trabajos de despacho, acompañando y ayudando al Rey.

1589:- Muere Enrique III de Valois, rey de Francia, sin herederos directos. En su testamento señala como sucesor a Enrique de Borbón o de Navarra (a fin de cuentas un cuñado es, supuestamente, lo más parecido a un hermano), pero, ¡horror! Este Enrique es hugonote. Guerra civil al canto.

Felipe II no puede consentir que Francia pierda su fe y propone a su hija I.C.E. como futura reina: es hija de una hermana del rey muerto y por tanto su sobrina carnal. ¿Mujer y española? ¡Hum…! los franceses no están por la labor. ¿Y qué dice el Papa? Clemente VIII tiene demasiado cerca el Cisma de Inglaterra como para permitir que se arme otro “cirio” en su cristiandad, y dice que si realmente está arrepentido, él no tiene inconveniente en absolverle de pecados pasados, presentes y… futuros: no está lejano el día en que el nuevo monarca deje a su esposa, la encantadora reina Margot (siempre habrá algún tecnicismo ¿no?) y, por razones de Estado se case con María de Médicis.

1593.- Dijese o no aquello de “París bien vale una misa”, Enrique IV (1553-1610) sube al trono inaugurando la casa de Borbón. Francia con aquel reinado camina hacia la “grandeur”.

1598.- Se publica el Edicto de Nantes: libertad de cultos. El rey es prudente y práctico y sabe de lo que es capaz un estómago agradecido. Dice: “Una gallina en el puchero de cada hogar” e inaugura una época de prosperidad. Se ha  salvado un importante escollo y Francia continúa siendo católica.


                                                                         Archiduque Alberto de Austria

1598.- Felipe II nombra a su hija I.C.E. y al Archiduque Alberto de Austria (1559-1621), hijo de Maximiliano II de Habsburgo y María de Austria (que ha renunciado previamente a sus privilegios eclesiásticos), Gobernadores de los Países Bajos, con derecho a sucesión en sus hijos. De no tenerlos, el territorio vuelve a la Corona. Siempre que se mantenga la religión católica, tal como ordenó el Emperador en su testamento.

1621.- Muere el archiduque; él y la infanta han quedado bastante desengañados por la situación. Ella queda como gobernadora y a su muerte, se reanuda la guerra.

1648.- Paz de Westfalia: independencia de los Países Bajos. Guerras entre católicos y protestantes, todos independientes ya de España



La Inquisición

Institución judicial creada en la Edad Media por el Pontificado. Su finalidad: encontrar, juzgar y sentenciar a quienes se considera herejes (no obedientes al “Dogma” oficial de la Iglesia Católica).


                                                                                                     Auto de Fe

En España este Tribunal conservó el nombre, pero por Bula Pontificia actuó con total independencia de Roma.

En países protestantes no existían estos organismos: eran los propios reyes, los tribunales civiles o las personas (ver el caso de Calvino y Lutero), los que actuaban de la misma manera, con la misma crueldad y dureza, contra católicos y judíos.


                                                                                   Lutero y Calvino

En momentos de reflexión se puede pensar si la religión a veces no es una excusa, un pretexto; si lo que mueve en ocasiones la actuación del ser humano, más que creencias religiosas, no es la cultura en que está inmerso o las conveniencias.





La cultura de los Austrias y el Siglo de Oro Español

Siglo es un lapso de tiempo y oro un metal valioso. Como expresión simbólica y aplicada a España se refiere “al período que con más esplendor y fuerza florecen determinadas disciplinas artísticas que en su conjunto tienen un valor no alcanzado ni anterior ni posteriormente”.

Este momento de auge coincide con el reinado de los Austrias en España, grandes mecenas y protectores de las artes, y con un interés especial por cualquier manifestación de la belleza, ya que todos ellos tuvieron una formación adecuada a través de ayos y preceptores.

Pintores y escultores de otras tierras vinieron para trabajar en obras españolas. Hay una especial atención de los monarcas hacia objetos subastados en el extranjero y que fueron adquiridos para las colecciones reales.

                                                                                               Antonio de Nebrija

1492.- Publicación de la “Gramática Española” de Antonio de Nebrija.

1681.- Muerte de Pedro Calderón de la Barca.


                                                                                            Calderón de la Barca

Se considera que el “siglo de oro español” se desarrolla entre las dos fechas anteriores, por lo que comprende el Renacimiento y el Barroco.

Estilo plateresco.- Corriente estilística, especialmente arquitectónica, desarrollada con prioridad en España y sus dominios. Su trabajo recuerda el modo de cincelar los plateros la plata. Salamanca es la ciudad ‘plateresca’ por excelencia (Catedral de Valencia: la Puerta de los Hierros se llamó hasta hace pocos años Puerta Plateresca, por el trabajo de las columnas).


Salamanca. Plaza Mayor 

                                                                          Valencia. Puerta Plateresca

El estilo popular, realista; los géneros literarios y estéticos que distinguen al siglo español, han servido de inspiración a autores de otros países, incluso hasta en la actualidad.

La picaresca española es única, tanto desde el punto de vista literario como real.
(Ver el artículo Jofré: comentario sobre “Los locos de Valencia” de Lope; El Quijote, y Calisto y Melibea)


                                                                                       Niños comiendo fruta. Murillo

Los autores de ese momento son clásicos, pero clásicos de la literatura universal:
Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Velázquez, Murillo, Cronista Díaz Bernal, etc.


                                                                                            Corrala de Almagro

Edad de plata.- En España se da este nombre al período creativo intelectual que comprende 3 generaciones:
Generación del 98, Generación del 11 (o 14) y Generación del 27. Especialmente a esta última se la considera única en el mundo.



Clases de monarquía

-Compuesta u horizontal
-Centralista o vertical

Monarquía compuesta es el conjunto de reinos, estados y señoríos que tienen un mismo monarca pero manteniendo su identidad institucional y legal.

El Príncipe o Rey es el mismo de todos ellos, pero los gobierna como si lo fuera de cada uno de ellos.

Pueden ser reinos:
-respecto a su situación geográfica: juntos o separados por el mar u otras tierras;
-respecto a su estatus: conservan su estatus anterior o lo pierden.

1479.- Por el matrimonio de sus representantes se unen las Coronas de Aragón y de Castilla, que son el embrión de la Monarquía Hispánica, a la cual se van uniendo “reynos, estados y señoríos” hasta convertirse, con la Casa de Austria, en la monarquía más poderosa de su tiempo.

1578.- Felipe II incorpora Portugal a la Corona de España.

1609.- Quevedo, en su libro España defendida dice: “Propiamente España se compone de tres Coronas, Castilla, Aragón y Portugal”.


                                                                                        Quevedo

La monarquía centralista es la forma de gobierno del absolutismo monárquico. Todos los poderes se concentran en el monarca, que es gobernador, legislador y juez. La administración central se reorganiza de forma que el poder político lo detenta el rey y los funcionarios públicos son sus representantes, pues de él reciben nombramiento y autoridad.

Las administraciones (reinos, estados, señoríos) se convierten en lo que un siglo después serán provincias y, con los decretos de Nueva Planta, pierden fueros, usos y costumbres.

Con la instauración de la Casa de Borbón en España solo conservan sus privilegios Navarra y las Vascongadas, porque se habían mantenido “fieles al Borbón”.












Carlos II

1646.- Muere el príncipe Baltasar Carlos (1629-1646), hijo de Felipe IV e Isabel de Borbón, Príncipe de Asturias; a falta de herederos varones, recae el título en su hermana M.ª Teresa.


                                                                             Príncipe Baltasar Carlos

1649.- Felipe IV (ya viudo) se casa con Mariana de Austria (1634-1696), que había estado prometida al difunto príncipe Baltasar Carlos (ver cuadro).

1656.- El Cardenal Mazarino pide la mano de la infanta M.ª Teresa para Luis XIV. Felipe IV se opone al matrimonio por ser su hija en esos momentos la heredera del trono español.

1657.- Nace el príncipe Felipe Próspero (1657-1661), en quien recae el título de Príncipe de Asturias.
                                                                             Príncipe Felipe Próspero

1659.- Ante la nueva situación, se reanudan las conversaciones sobre el matrimonio entre la Infanta M.ª Teresa (1638-1683) y el Rey Luis XIV (1638-1715).

1660.- Se celebra con gran pompa la boda.

En años anteriores su padre había tratado de casarla con el Emperador Leopoldo (1640-1705), que finalmente lo hizo con la Infanta Margarita Teresa, hija de su propia hermana (ver cuadro).

1661.- El domingo 6 de noviembre, Doña Mariana se pone de parto y, asistida por Don Andrés Ordoñez (protomédico de la Real Cámara) y de Inés Ayala (comadrona de las reales personas desde 1638) alumbra a un niño “endeble y quebradizo”.

La Gaceta de Madrid da noticia del nacimiento del tan esperado heredero e informa de que se trata de un "robusto varón, hermosísimo de facciones, cabeza proporcionada, pelo negro y algo abultado de carnes".

                                                                                           Carlos II recién nacido

Las Cancillerías de París y Viena muestran un interés desmedido por la viabilidad del nuevo ser, dado lo que supone desde un punto de vista político.

El Conde Pötting, embajador del Emperador, recibe un despacho de su país en el que se muestran dudas sobre el sexo del recién nacido.

Luis XIV manda a España a un enviado especial, Jacques Sanguin, para que presente sus respetos y parabienes a sus Majestades y averigüe si es infante… o infanta.

Felipe IV deja ver a su hijo, pero siempre vestido.

“…parece extraordinariamente débil. Tiene en las mejillas una erupción, la cabeza cubierta de costras; debajo del oído derecho una especie de canal o desagüe que supura. De esto último nos hemos enterado por otros conductos, ya que un gorrito hábilmente puesto impide ver esa zona”. Dice el embajador francés.

Se procede a elegir a amas de cría. Es contratada María González de la Piqueta, madre de hijos bien robustos y cuya leche se examina todos los días por personal competente, así como su estado de salud y sus comidas.

1562, día de Reyes.- Se despide a la nodriza por pensar que es ella la que produce el raquitismo del infante, y así es sustituida por otras amas, hasta llegar a 14. Cuando Don Carlos cumple 4 años y por decoro, se suprime definitivamente la lactancia.

Siempre encerrado, sin ver el sol que tan beneficioso hubiese sido para su salud, por temor a que el contacto con el aire lo constipara o hiciese que le lloraran los ojos. El traqueteo del coche le producía vómitos, no podía permanecer mucho tiempo de pie y había que buscarle rápido acomodo.

Se mantiene con él una actitud excesivamente proteccionista que debió perjudicarle.

Aficionado a los toros y de natural bondadoso, aunque, como es habitual en los débiles, a veces exaltado por la ira.

1661, 21 de noviembre.- El neófito recibe el sacramento del Bautismo que se celebra en la Capilla de Palacio.

Una cortina en el lado del evangelio oculta a Don Felipe (no es costumbre que los padres acudan al bautizo de sus hijos y Doña Mariana se ha quedado en sus aposentos). El padre quiere verlo todo, aparte de que entre él y los servidores palaciegos han organizado una vigilancia estricta para disuadir a los curiosos de que se muevan del puesto asignado.

Delante del altar un alzado cubierto de tafetán negro con la pila bautismal de Santo Domingo y en una jofaina el agua del Jordán; a su lado el Patriarca de las Indias, ministro del sacramento y rodeándole lo más granado de la nobleza española, portadores de la vela, el salero de plata, la toalla de seda y encajes, el riquísimo aguamanil. Entra en el recinto sagrado el aya, Marquesa de los Vélez, llevando en sus brazos al infante cubierto por manto de seda azul y se lo entrega a la madrina, la infanta Margarita, su hermana que ya ha cumplido 10 años a quien acompaña el Duque de Alba, que oficia de padrino.

-¿Cómo habrá de llamarse….? pregunta el Patriarca y la Infanta le entrega un pliego donde van escritos los nombres de 16 santos que le van a amparar.

La Capilla se ha llenado con nobles españoles, representantes del Cuerpo Diplomático y de los altos puestos de organismos políticos y administrativos. Todos a la expectativa de ver la cabecita del bautizado, pero la ceremonia es frugal y rápida y nadie logra apercibirse de lo que desea.

Al lado del aya, en actitud modesta y con los ojos bajos, permanece María González de la Piqueta, dispuesta a cumplir con su cometido al menor bostezo del Infante, como tiene mandado. El oficiante y la marquesa de los Vélez le entregan cada uno 500 reales de a 8; la Reina la obsequia con un lazo azul de seda y una bolsa de doblones y la madrina le ofrece un broche de brillantes.


                                                                                   Infanta Margarita

1665.- Muere Don Felipe, dejándole heredero bajo la tutoría de su madre hasta su mayoría de edad, establecida en los 14 años. Se rumoreaba que Don Juan José de Austria, hijo bastardo y reconocido por el difunto Rey, podría ser el nuevo monarca o por lo menos el tutor; pero el testamento es bien tajante a ese respecto. Don Juan se retira de la Corte y el rencor entre él y doña Mariana se mantendrá hasta su muerte.


                                                                                                 Carlos II, joven

¡Qué triste debió de ser la infancia del infantillo, sin amigos, ni hermanos, es decir niños con los que compartir juegos y confidencias: solo le acompañaron bufones y perros y un sinnúmero de mujeres en las frías y aburridas estancias de Palacio.

Era torpe e indolente; a los 9 años todavía no sabía leer y escribir. Ni los mejores preceptores lograban que aprendiese lenguas, ni los conocimientos esenciales que un buen rey necesita para ejercer la gobernabilidad de sus reinos.

La madre era terca, voluntariosa y de escasas entendederas; sin embargo su buen deseo le hubiese permitido aceptar la ayuda de cualquier persona notable, descollante y con carisma, pero por desgracia este no era bien que se prodigase en aquel momento en tierras españolas.

Se apoyó en su confesor, el jesuita alemán Padre Nithard, el cual era recto, austero y laborioso, apacible y bien intencionado pero sin las suficientes energías, preparación ni conocimientos para ocupar altos cargos. Ni hacer frente a una situación política tan deteriorada.


                                                                                 Mariana de Austria

1668.- La Reina madre es conocedora de una conjura contra ella: ruedan cabezas. Don Juan José es su instigador y huye a Aragón amparándose en sus Fueros.

1668.- Doña Mariana reconoce la independencia de Portugal.

1669.- El P. Nithard sale de Madrid en un carruaje, rodeado y apedreado por una multitud enfurecida. Su único equipaje: el breviario. Naturalmente nunca volverá a pisar España.

Se ven la Reina y Don Juan José y se funda la “Junta de Alivios”, para tratar de resolver la situación política y económica en que está inmerso el país. Cuando el pueblo esperaba que Don Juan José se pusiese al frente del Gobierno, Doña Mariana colma de prebendas a sus amigos y a él le nombra virrey de Aragón, mientras Clemente X le concede el título de Cardenal.

1670.- El Rey sana de una enfermedad que se consideraba mortal y su restablecimiento es acogido con grandes muestras públicas de alegría.

1675.- Mayoría de edad regia; Su Majestad siente gran afecto por su hermano de padre y lo hace llamar a espaldas de la Reina para que tome las riendas del gobierno. Esta se deshace en lágrimas y logra que el hijo revoque su decisión. Sube al poder un oscuro personaje, Fernando de Valenzuela, que pagará bien cara su osadía.

1676.- Se pide al Rey que vuelva a llamar a Don Juan José, el cual demostró ser justo lo contrario de lo que se esperaba de él: mezquino, vengativo, ocupado en nimiedades y asuntos baladíes. Y era pena porque estaba instruido en asuntos políticos y de Estado, liberal, con don de gentes, hablando varios idiomas, con cierta delicadeza, pero su supuesta valía no se demostraba en la práctica.


                                                                                            Juan José de Austria

Don Alonso de Cárdenas, antiguo embajador español en Inglaterra, lo definía diciendo: “la agudeza de su ingenio se parece a la de las navajas, que en cortando una rebanada de pan, pierden sus filos”.

Era un Austria bastardo, como los que habían prestado tan buenos servicios a la Corona, pero en decadencia, como estaban sus miembros ahora.

1679.- 31 de agosto. Se celebran los desposorios entre el Rey y M.ª Luisa de Orleans, la reina hermosa y extravagante, sobrina de Luis XIV.
                                                                                           María Luisa de Orleans

 1679.- 17 de septiembre. Muere muy cristianamente Don Juan José, que deja sus bienes a su hermano y sus joyas a la Reina madre.

1680.- Los regios esposos hacen su entrada en Madrid en medio del contento y la alegría de todos.

En general la Nobleza y el Clero se ocupan de su propio bien, poco hacen para que la situación del pueblo mejore.

1680-1685.- Sube al poder el Duque de Medinaceli.

1685-1690.- Lo hace el Conde de Oropesa.

1689.- Muere la reina M.ª Luisa, tan bien recibida cuando vino a España y que se ha hecho tan impopular por su frivolidad y su injerencia en los asuntos políticos. La protección a los franceses que han venido con ella, provoca un estallido de odio al gabacho. Se les expulsa de España  

Causa de la muerte: ¿apendicitis, veneno? Según parece fue un atracón de ostras. Esto sí que es un “¡ostras, Pedrín!”

El pueblo exasperado, mostraba su descontento llenando Madrid de pasquines con sátiras y coplillas.
He aquí la dedicada a M.ª Luisa en que se le echaba en cara su infertilidad.

Parid, bella flor de lis,
que en fortuna tan extraña,
si parís, parís a España,
si no parís, a París.

La Reina se justificaba diciendo que su matrimonio no se había consumado porque el Rey padecía de eyaculación precoz y no llegaba a depositar el semen en su vagina.

Parece de mal gusto comentar secretos de alcoba, pero peor es la actuación del embajador francés que sobornó a una lavandera de palacio para obtener ropa interior del Rey y sábanas de la Reina a fin de obtener pruebas de la existencia de espermatozoides.

Lo cierto es que la real esposa comprendía a su marido y le profesaba un verdadero afecto:

-¿Os doléis señor?- Le pregunta.
-Señora, me duele todo el cuerpo- contesta él.

1689.- Don Carlos se casa con Mariana de Neoburgo, hija del Elector Palatino, perteneciente a familia muy fértil y cuya hermana es Emperatriz de Austria por su matrimonio con el Emperador Leopoldo. El poco tiempo que estuvo casada trabajó a favor de la causa de su sobrino, el Archiduque Carlos.


                                                                                           Mariana de Neoburgo

Todos se muestran deseosos de “salvar a España”, pero nadie acepta medidas restrictivas, ni invertir dinero en la industria nacional. Crece el malestar por el alza de precios, debido a la escasez y la carestía en la producción, pero cuando los gobernantes quieren poner tasas o medidas restrictivas, el pueblo se rebela. No hay solidaridad, los distintos reinos que forman la monarquía Hispana no se ayudan entre ellos.

La corrupción se encontraba en todos los niveles. La misma Condesa de Oropesa fue acusada de practicar el mercado negro.

1690.- Motín de Oropesa o de Los Gatos. En un despacho de pan se encuentra una señora quejándose de que ha de dar de comer a su marido y a sus seis hijos y un Regidor público que se encuentra a su lado, le comenta con ironía “señora, haced capar a vuestro marido y así no tendréis más bocas que alimentar”. Al oírlo, el pueblo (los gatos) se amotina y corre a casa del Conde; hay tiros y muertes. Después de haberla desvalijado corren a Palacio Real y la Reina viuda suelta unas lágrimas, como de costumbre. En ese momento sale el Rey y el pueblo le pide perdó y se retira. Naturalmente el Conde hace mutis.

Los gastos de la Casa Real consumen casi la mitad de los ingresos ordinarios del reino. Las guerras externas para defender las posesiones españolas son una sangría difícil de soportar.

Ya no hay gobierno sino circunscripciones, al frente de las cuales se pone a políticos ambiciosos. La penuria obliga a pedir donativos a los súbditos según su clase social y a los funcionarios según su sueldo.

Hay historiadores que comentan que, aun estando mal, el Rey no lo estaba tanto por lo larga que fue su vida, dada la media de la época, y su estado de salud, y la situación no era tan deplorable. Hubo hombres en su reinado que reflotaron la economía y dejaron la Hacienda Pública más saneada que algunos Austrias anteriores. Lo que sorprendió gratamente al Borbón que le sucedió.

1693.- El embajador del Emperador escribe: “nunca se oyó hablar con tanta libertad de los soberanos. Ningún príncipe alemán toleraría que se dijese impunemente ni la mitad de lo que en Madrid se dice”.

1695 y 1696.- El Cardenal Portocarrero emite informes, quizás exagerados, sobre el agotamiento del reino.

1697.- Muere la Reina madre, a quien el pueblo llama despectivamente “la alemana”. No es muy llorada.

1698-1699.- El pueblo le dio al Rey el sobrenombre de “El Hechizado”, porque creía que sufría un hechizo o estaba endemoniado. Su confesor, el dominico Froilán Díaz de Llanos, quiso dirigir los exorcismos para liberarle. Su actuación le valió al fraile un proceso por parte de la Inquisición, causa que fue sobreseída en tiempos de Felipe V.

Se llamó también a Fray Mauro Tonda, capuchino, quien vino desde Viena. Convenció al Monarca de que era pecado poner debajo de su almohada, al acostarse, un saquito lleno de dientes, huesecillos y cosas extrañas y que, según parece, era el mismo que utilizaba el difunto Felipe IV, sin que nadie se lo recriminase. El exorcista aprovechó los pecadillos del Rey para intrigar a favor de la causa austríaca. Fue detenido y expulsado.

1698-1699.- Se producen en Europa la Primera y la Segunda partición de los reinos de España. Carlos II monta en cólera y deja como heredero a su sobrino nieto José Fernando de Baviera.

1699.- Muere su heredero. Dicen que envenenado.


                                                                                         José Fernando de Baviera

En Eurpopa el emperador y el rey francés claman por la herencia: el primero la quiere íntegra y el segundo “el todo o la parte”. El resto de interesados (encabezados por los ingleses, que son los más interesados por el declive de España para ocupar ellos la supremacía) dice: “No peace without Spain”. Es decir, no es España quien decide, pero ellos ya han decidido que no se anexionará a ninguno de los dos países que la reclaman, que no se volverá a producir un exceso de poder como en la época de Carlos V.

Vivo el pequeño José Fernando, tanto él como su primo francés podían alegar el mismo derecho al trono español; el primero porque su madre y su abuela no habían renunciado a transmitir a sus herederos ese derecho, y el segundo porque su abuela sí que había renunciado, pero a condición de que se pagase toda la dote nupcial, cosa que no había ocurrido.

En cuanto a los otros herederos, menos directos (Archiduque Carlos, Príncipe de Saboya…), Carlos II los nombra, pero como subsidiarios.

1699.- 2 de octubre. El Rey testa a favor de su otro sobrino nieto, el duque de Anjou; aconsejado por Inocencio XII y según el parecer de alguno de sus consejeros.


                                                                                                      Carlos II

“13. Y reconnociendo, conforme à diverfas Confultas de Miniftros de Etado, y Jufticia, que la razon en que fe funda la renuncia de las Sénnoras Donna Anna, y Donna Maria Terefa Reynas de Francia, mi Tia, y Hermana, à la fuccelion de eftos Reynos, fue evitar el perjuyzio de uniere à la Corona de Francia; y reconociendo, que viniendo àcear ete motivo fundamental, fubfifte el derecho de la fucceion, en el Pariente mas inmediato, conforme à las leyes de etos Reynos; y que oy fe verifica ete cafo en el hijo fegundo del Delfin de Francia. Por tanto arreglandome à dichas leyes, declaro fer mi Suceor (en cafo que Dios me leve fin dexar hijos) el Duque de Anjou, hijo fegundo del Delfin; y como à tal le Ilamo à la fucceion de todos mis Reynos, y Dominios fin excepcion de ninguna parte de ellos; y mando, y ordeno à todos mis fubditos, y Vafallos os mis Sennorios, que en el referido de que Dios me lleve fin fucceion legitima, le tengan, y reconozcan por fu Rey, y Sennor natural, y fe le de luego, y fin la menor dilacion la poleion actual precediendo el juramento que debe hazer de obfervar las leyes, fueros, y cotumbres de dichos mis Reynos, y Senorios; y porque es mi intencion, y conviene afi à la paz dela Chriftiandad, y dela Europa toda, y à la tranquilidad de eftos mis Reynos, que fe mantenga fiempre defunida eta Monarquia de la Corona de Francia; declaro configuientemente à lo referido, que en cafo de morir dicho Duque de Anjou, ô encafo de heredar la Corona de Francia, y preferir el goze de ella al de efta Monarquia; ental cafo deba palar dicha fufeceion al Duque de Berri, fu hermano, hijo tercero de el dicho Delfin, en la mifma forma; y en cafo de que muera tambien el dicho Duque de Berri, o que venga à fuceder tambien en la Corona de Francia, en tal cafo declaró, y llamo à la dicha fucceion al Archiduque, hijo fegundo del Emperator mi Tio, excluyendo por la mifma razon, e inconvenientes contratios à la falud publica de mis Vafallos, al higo primagenito del dicho Emperator mi Tio; y viniendo à faltar dicho Archiduque, en tal cafo declaro y llamo à la dicha fucceion al Duque de Saboya, y fus hijos; y en tal modo des mi voluntad que fe execute por todos mis Vafallos, como fe lo mando, y conviene à fu mima fin que ermittan la memor defmembracion, y menofcabo de la Monarquia, undata con tant à gloria de mis Progenitores. Y porque defeo vivamente que fe conferve la paz, y union que tanto importa à la Chriftiandad entre el Emperator mi Tio, y el Rey Chriftianifmum; les pido, y exorro, qué eft rechandy dicha union, con el vinculo del Matrimonio del Duque de Anjou con la Archiduquea logre por ete medio la Europa el foffiego que neceffita.”

                                                                        Carlos II adorando la Sagrada Forma

En España se han formado dos partidos: el austracista, capitaneado por la Reina Neoburgo, y el francés, que dirige Portocarrero. Se llega hasta ofrecerle a la próxima viuda dos posibilidades matrimoniales: casarse con el Duque de Berry (que ha perdido a su mujer y es hermano de Felipe de Anjou y primogénito del Gran Delfín) o hacerlo con su sobrino el Archiduque, que todavía está soltero.

1700.- 1 de noviembre. A las 3 de la tarde, habiendo vivido 39 años y reinado 35, muere Carlos II, el último rey de la dinastía Austria, rama española. Se le hace la autopsia, costumbre inhabitual con las reales personas y los resultados son verdaderamente horrorosos: órganos corroídos, corazón minúsculo, la cabeza llena de agua, el cuerpo sin sangre…

En realidad, más que de una enfermedad concreta, de lo que se trata es de un agotamiento general, dice el embajador francés.
                                                                                        Catedral de Santa Gúdula

En esos momentos, en Santa Gúdula de Bruselas se está rezando un Te Deum, en agradecimiento por la recuperación del Rey, cuando en verdad acaba de fallecer. Todo un símbolo.


















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