EL
AMOR Y OTRAS CUESTIONES
EN
LA PREGUERRA, LA GUERRA Y LA
POSGUERRA
ESPAÑOLAS
“Lo
súbito requiere, tanto en lo bueno como en lo malo,
de
un largo tiempo de gestación”.
Martin Heidegger a Hannah Arendt,
1953
«La gloria sigue a la virtud como a su sombra».
Cicerón
Hombres necios, que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Estos versos tan
sentidos los escribió sor Juana Inés de la Cruz, hija de un noble español, habida
fuera de matrimonio, y sin que sepamos quién era la madre. Quería ser
reconocida por su progenitor, pero no solo él se negó, sino que toda la
hidalguía que había en el nuevo mundo lo hacía en casos semejantes. Y hay que
ver la forma que tiene la nobleza de despreciar a quien no pertenece a su clase
social; se siente uno ignorado y ausente. Sor Juana no quiere bajar ni un
peldaño de la clase que según ella es la suya y decide entrar en religión. Los
conventos están llenos de mujeres que prefieren la libertad encerradas que
estar en ricas casas bajo la férula de un hombre, y desde su pedestal escribir
todo lo que piensa de los hombres sin que ni siquiera la Iglesia pueda
contravenir sus palabras. ¡Son esposas del Señor! Además son madres sin haber
parido. Hay hermanas de algunas religiosas que, hartas de tanto hijo, envían al
convento algunas niñas recién nacidas, que serán educadas por sus tías y ya no
saldrán: profesarán en religión. Unos cuantos siglos han pasado después de la
existencia de esta admirable mujer, y otros tantos hasta que se dé la situación
a la que nos referimos ahora: la preguerra, la guerra y la posguerra civil
españolas.
fff
El
ser humano es curioso por naturaleza y le apetece averiguar qué ocurrió en el
pasado: batallas, guerras de religión, gestiones diplomáticas, motines… y esto
lo encuentra en la Historia. Pero esta no enseña cómo eran las personas que
participaban en los acontecimientos, cómo se relacionaban, cómo era su trato
amoroso, de qué tipo eran las normas de educación… Para saberlo hay que acudir
a las historias de la Historia, periódicos, libros de memorias, correspondencia
privada…
Antecedentes
La II República Española
trata de abrir esta sociedad tan masculina en que transcurre la vida de la
mujer y, cuando acaba la contienda, está a la espera de que surjan nuevas leyes
que determinen cuál ha de ser la conducta ética de la nueva sociedad que se
forma.
Durante
este tiempo, la mujer goza de las libertades que en España tienen en el mundo
actual, pero en la posguerra se prohíbe el divorcio y se ponen en vigor leyes
que constriñen la menor libertad de la mujer frente al varón. Un dato curioso
de las pensiones de viudedad de un hombre divorciado y vuelto a casar; no se le
daba a la primera mujer porque se había prohibido el divorcio y tampoco a la segunda
porque no se reconocía esta unión. Se podía haber realizado un reparto proporcional
como se hace a veces en la actualidad.
En
la legislatura franquista, y dado que se había vuelto a prohibir el divorcio,
aparece una nueva figura que es la “separación de bienes y cuerpos” –favorable
a la mujer-, la cual no anula ni el matrimonio religioso ni el civil, pero sí
autoriza el que los cónyuges puedan “vivir” legalmente separados y disponer por
sí solos de sus bienes.
La
posguerra es distinta para quien
pertenece al bando del perdedor o del ganador, pero las leyes son iguales para
todos: las relaciones entre hombre y mujer están reguladas, la propaganda
oficial, las normas de conducta hacia el Gobierno y la Iglesia. A través del
B.O.E., el púlpito, la prensa, la radio y la Sección Femenina –especialmente para
las mujeres-, nos informaban sobre las normas de comportamiento social. Se
aconsejaba el ahorro y estaba condenado el despilfarro. Las palabras claves
eran restricción
y racionamiento,
como eran frecuentes los apagones de luz, y el llenar bañeras y barreños de
agua cuando anunciaban por la calle que iban a cortar el suministro de esta.
En
la actualidad nos preguntamos: ¿por qué triunfa la República en España el 14 de
abril de 1931? La Reina Madre ya se lo había dicho a su hijo Alfonso XIII
cuando este acepta la dictadura de Primo de Rivera, o sea cuando incumple la
constitución vigente. Afortunadamente ella no lo ve porque muere en 1929. Y
seguimos preguntándonos: ¿por qué los españoles somos así y todo lo arreglamos
por la vía de lo tremendo?
Emilio
Castelar, cuarto presidente de la I República Española –que dijo aquella frase
tan sublime de “por un beso de la mujer
amada se puede dar hasta la eternidad”-, con lo cual lo único que demostró
es que no se casó nunca. Al perder las elecciones dijo “no lo entiendo, pero lo quiere el pueblo español, pues así lo sea”.
Castelar (1832-1899) de padres alicantinos, estos tuvieron que huir a Andalucía
por causa de la política, nació en Cádiz; por eso hablaba con acento andaluz.
En Valencia, aun sin estar en ella, fue siempre querido y recordado, y lo que
es hoy la Plaza del Ayuntamiento llevó su nombre hasta el final de la guerra.
En 30 años han cambiado mucho las cosas.
Jesse Owens
En
lo que se refiere al deporte, los últimos Juegos Olímpicos que se celebraron en
el mundo, fueron en 1936. Hitler, que los presidía, sin dar los premios, se
retiró al ver que ganaba un negro. Lo curioso, es que en Estados Unidos, cuando
se celebraba la victoria de Owens, éste tuvo que entrar por la puerta de
servicio porque los negros, en aquel momento, no podían entrar por la puerta
principal. En España se celebraron por vez primera en 1992, aunque desde 1900
participa como país con sus deportistas.
Emilio Castelar
No
fue solo el “Directorio” del marqués
de Estella el que la trajo. Estaba también lo que el pueblo llamaba la posterior
“Dictablanda” del general Berenguer,
pero sobre todo la situación del agro español, el hambre endémica –cuando se
representa la obra de García Lorca, Yerma,
el doctor Marañón dice:
“El problema de Castilla no es no
tener hijos, sino tenerlos, porque hay que darles de comer”.
Y sobre todo la “centralidad” de Madrid. Los reyes viajan mucho a las distintas regiones
españolas, pero las periféricas –Galicia, Cataluña, País Vasco…- no ven que sus
problemas tengan rápida solución. Hay que tener en cuenta que el rey era
constitucional –reina pero no gobierna-. No podía decidir en asuntos que
competían al gobierno.
El
general Miguel Primo de Rivera, a pesar de su diabetes y de su soledad, huye a
París donde dicen que es envenenado.
Los republicanos ven en
la República –tan bien recibida por el pueblo- la ocasión que les da la
libertad para acabar con estos asuntos. Solo la presión de los sindicatos
obreros anarquistas y socialistas, y muchas de sus justas aspiraciones se
dejaron sentir, y sobre todo las amenazas de Largo Caballero. El sindicato de
intereses representados por los financieros catalanes, los industriales vascos,
los terratenientes andaluces y extremeños, y una parte principal del Ejército –preparado
para defender un imperio que ya no existe y las desavenencias del número
excesivo de oficiales- pasó a la ofensiva.
A
partir de 1934, el Sindicato de Intereses se da cuenta de que no hay forma de
arreglar las cosas por las buenas, sobre todo después de la cuestión religiosa
y de la actuación de Largo Caballero que escribe “¿Armonía? ¡No! ¡Odio a muerte a la burguesía criminal!”. Largo
Caballero había amenazado abiertamente en una guerra civil si perdían las
elecciones de 1936, “si ganan las
derechas tendremos que ir a la guerra civil”. Tanto las derechas como las
izquierdas, empezaron a armarse en el extranjero y ambas –izquierda y derecha-
fueron muy poco respetuosas en el proceso democrático y con el imperio de la
ley. José Antonio Primo de Rivera presidía mítines en los que no cesaba de
hablar de la “dialéctica de las pistolas”,
como ocurrió en el primero de estos celebrado en el Teatro de la Comedia en
1933. Largo Caballero escribía “Tenemos
que luchar como sea, hasta que en las torres y edificios oficiales ondeen
nuestras banderas”.
Las
ideas políticas que se barajaban en el mundo en ese momento eran: el fascismo,
el comunismo y el socialismo. Y de ellas se enfrentó el primero contra los
otros dos. Cada uno de estos lo desarrolla a su manera, pero tienen un fondo
común.
Durante
la guerra, los soldados republicanos que estaban en el frente cobraban 10
pesetas diarias, y los funcionarios al servicio de la República, 12 pesetas. En
el bando fascista, no se habla de dinero porque cada uno se paga lo suyo o hay
financieros que cubren el gasto total. O sea, que no solo hay un problema
ideológico, sino también económico.
¿Por qué hay tantos
intelectuales en el bando republicano? Es natural que personas cultas tengan
más posibilidad de pensar y ver soluciones. A parte de que los intelectuales,
fuesen de las ideas políticas que fuesen, mantenían su amistad y su trato a
través de los años. Solo lo que ocurre en 1934 y la inminencia de la guerra, es
lo que hace que cada uno se ponga en su campo, según su forma de pensar.
Alianza
intelectuales antifascistas
La República da un giro
hacia la izquierda y contra la religión, como se recoge en su Constitución, basada
en el anteproyecto y los votos particulares, que
sirvieron de base al debate parlamentario, pero redactada por Luis Jiménez de Asúa,
lo que le da un estilo literario que no tienen otras Constituciones. Este
hombre tuvo una gran influencia sobre Azaña, especialmente en lo que atañe a su
laicidad.
PROTAGONISTAS
Manuel Azaña
(1880-1940)
Alcalá-Zamora es
sustituido por Azaña, “un escritor sin
lectores y que haría lo posible por
tenerlos”, según Unamuno, odiado por el Presidente, y que rápidamente lo
destituye de todos sus cargos. El general Cabanellas lo repone a continuación y
Franco lo vuelve a destituir ya definitivamente.
Niceto Alalá
Zamora
Lo que sí que interesa
del presidente Azaña, hasta a las derechas, son sus memorias; parte de ellas
las tenía su cuñado Rivas Cherif, guardadas en la Embajada Española en Suiza.
Las roba un agente de los que sirven a tres o cuatro países y aparecen en poder
de Franco. ¿Por qué le interesa leerlas? A la muerte de este, su hija las
entrega al Estado Español.
Azaña
está enterrado en el cementerio de Montauban. El Conde de Barcelona y su hijo
don Juan Carlos, ya declarado Príncipe de España, y recién casado, van a México
a saludar a la viuda de Azaña, para demostrar que desean con su actitud que se
cierren las heridas del pasado.
Lo que más se le
reprocha a Azaña es que haya permitido la quema de iglesias y conventos, y
cosas de mal gusto con las personas de vida consagrada, a las que se saca de
sus sepulturas. También prohíbe la enseñanza impartida por órdenes religiosas y
a los Jesuitas los expulsa de España. ¿Por qué? Porque esta congregación tiene
hecho un voto de obediencia a otro Jefe de Estado, con lo cual ya no se les
puede considerar españoles. Es cuando se producen los “paseos” y los registros
domiciliarios y caen las primeras bombas sobre Madrid –cuando Le Petit Parisien ha publicado una
entrevista a Franco donde este ha prometido que jamás bombardeará Madrid-. El
presidente de la República demuestra que es un cobarde y ordena el traslado del
Gobierno a Valencia. A la altura de Albacete ya hay bandas incontroladas que
creen que son fugitivos y los reducen. Finalmente se aclara todo y llegan a la
ciudad levantina. En Valencia se requisan fincas campestres para colocar a tan
ilustres personajes, que se encuentran en un lugar donde la vida discurre como
si no pasase nada, a pesar de que los miembros de los sindicatos han sido
armados, registran las casas y encarcelan a sus habitantes.
Uno
de los primeros “paseados” y asesinados es el duque de Veragua, Cristóbal Colón
de Carvajal, no siendo militar, ya perseguido y encarcelado hace cuatro siglos
siendo inocente.
Azaña les pide a los
franquistas: “paz, piedad y perdón”
–la famosa frase de las tres pes-.
Una religiosa que cuida
a Azaña en Francia, avisa al obispo de Tarbes, Monseñor Pierre-Marie Théas, que
su enfermo está en peligro de muerte. El obispo se desplaza y no lo deja hasta
que le cierra los ojos.
Monseñor
Pierre-Marie Théas
En la embajada de
Francia en Madrid, el embajador y su señora dan una cena a la que está invitado
dicho obispo. Una señora se dirige a él y le pregunta: “Monseñor, ¿es cierto que usted asistió a Azaña en sus últimos
momentos?”. Al contestarle que sí, prosigue la señora, “entonces, ¿tenemos el peligro de encontrarnos a ese monstruo en la
otra vida?”. El obispo le contesta: “No
se preocupe señora, que USTED no se lo encontrará”.
Juan
Negrín (1892-1956)
De profesión médico, es
comunista y nombrado Jefe de Gobierno. Primero ha sido ministro de Hacienda,
período en el que ha construido la Ciudad Universitaria con el dinero que, para
este efecto, dejó Alfonso XIII.
Carmen de Zulueta
Carmen de Zulueta,
sobrina de Besteiros, nos cuenta una historia amorosa que le contó su tío sobre
Negrín. Según ella, Negrín obliga a su hijo a casarse con su amante, Rosita
Díaz, actriz de cine, y a prohijar al hijo que ha tenido con ella.
Negrín está con Azaña
ya en Barcelona y ha alquilado los servicios de un capitán y su barco, en donde
va depositando tesoros de España: pinturas, imaginería, muebles…, para poderse
embarcar con rumbo a México cuando se disuelva el Gobierno. Pero no hay que
desestimar la inteligencia ajena. Indalecio Prieto, socialista que ha sido
ministro del ejército, hace tiempo que conoce estos entresijos y le pide a
Azaña que lo nombre embajador de España en México. Allí convence a las
autoridades de que el receptor de ese barco tiene que ser él, y así sucede, y
él vive de la venta del contenido de la nave. Todavía hay gente que está
buscando parte de ese tesoro, porque creen que no ha podido venderlo todo.
¿Es posible que Negrín
esté de acuerdo con Prieto? Porque tanto viaje y en Inglaterra funda con los exiliados
que hay allí, que son bien numerosos, un centro de acogida.
Negrín ha depositado el
oro español en Rusia, donde compra también armas muy defectuosas para nuestra
guerra. Cuando logra entrar en el Banco de España, ya hay alguien que se le ha
adelantado. Todas las cajas de seguridad están abiertas y ha desaparecido su
contenido. No es cierto que al acabar la guerra Franco pida joyas a los
españoles, pide solamente oro que, llegado el momento, se devolverá a sus
propietarios (dicen).
Cementerio del
Père-Lachaise
Negrín, después de su
exilio por Francia, Londres, México, y vuelta a Francia, terminó sus días en
este último país, en el año 1956. Está enterrado en el Cementerio del
Père-Lachaise.
José Ortega y Gasset
Gregorio Marañón
Ortega
(1883-1955-9, Marañón (1887-1960) y Pérez de Ayala (1880-1962)
Los pertenecientes a la
Generación del 98, la única actitud que han tomado ha sido manifestarse en
contra de la situación social e ir a La Sacramental de San Justo a rendirle un
homenaje floral a Larra. La Generación del 14 ya obra de otra manera: Ortega,
Marañón y Pérez de Ayala, fundan la “Agrupación
al Servicio de la República”. No así Salvador de Madariaga, que había sido
el representante de España en Suiza ante la Sociedad de Naciones y embajador en
Estados Unidos. Declaró siempre el ser liberal y los compañeros de Generación
no lo reconocen como representante de la suya, porque siempre dice que
pertenece a la “Tercera España”, que
es a esta vía a la que acabarán perteneciendo los intelectuales al acabar la
guerra, sin que lo puedan manifestar de obra, por la situación política a la
que la conduce Franco. Ayudó a la Generación del 14 a fundar la Liga de Educación Política, a pesar de
lo cual, sus compañeros no estaban de acuerdo con él. A un amigo que les dice: “Habla cinco idiomas” y contesta Ortega:
“Mejor me lo pone. Es tonto en cinco
idiomas”.
En
el Congreso se suceden las intervenciones de Azaña y Ortega y Gasset, a
propósito de un asunto importantísimo para España: resulta ya la “cuestión
catalana”. Las clases en su Universidad ¿se darán en castellano o en catalán?
Ortega es partidario de lo primero y Azaña cree que la Universidad oficial debe
utilizar el idioma catalán y crear una universidad particular que utilice la
lengua castellana. Estas disquisiciones o maneras de perder el tiempo están
recogidas en un libro titulado Dos
visiones de España.
Recordemos la expresión
de Ortega: “¡No es eso! ¡No es eso!”,
lo que lleva a los tres amigos a escribir cartas a Franco, para poder volver a
España acabada la guerra, lo que les vale humillaciones y desdenes por parte de
los franquistas y del mismo Franco. Ortega escribe: “Las notas de Franco son cada día más acertadas y en su punto” y en
1939 “Alborozo y felicitaciones” por la
entrada de Franco en Madrid. Hay gente que califica a Franco de masón, cuando
las consignas de este son ir contra los judíos, los masones y los separatistas.
A Ortega le coge la
entrada del general en Madrid en Lisboa y le hace muy feliz. En 1944 vuelve a
España y funda un Instituto de Humanidades, donde explica cursos libres para
aficionados a la filosofía. En 1946 interviene por primera vez en un acto
público como es la Reapertura del Ateneo, y dice: “Mientras los otros pueblos están enfermos casi todos, el pueblo
español lleno de defectos y de hábitos torpes, ha salido con una sorprendente
salud”.
Ortega está ya
desengañado por lo que ocurre. El que esté contra la monarquía, no quiere decir
que no sea un liberal. En el año 1934, María Zambrano, considerada por el mismo
Ortega como intelectual excepcional, le obliga a suscribirse como republicano y
quieren que hable en Radio América
para explicar a las antiguas colonias la bondad del Nuevo Régimen. Ortega huye
y desde Alicante puede llegar a París. Establecido allí con su familia, recibe
una invitación del filósofo holandés Huizinga, para que dé conferencias en
Holanda y Alemania. Él acude acompañado allí por su hijo José, que lo deja para
alistarse con el ejército de Franco. Mientras su otro hijo, Miguel, que es
médico, va a Salamanca para ponerse al servicio de la sanidad franquista. “¡Cosas veredes amigo Sancho, cosas veredes!”.
Marañón, médico lleno
de bondad y humanidad, pero arrogante e influyente, nos habla de la nueva y
grande España. El doctor Marañón ha acompañado al conde de Romanones –por ser
médico personal suyo- a comunicar al Rey que debe salir de España antes de que
caiga el sol. El ilustre médico puede salvar algunas personas de derechas
metiéndolas en embajadas y después le falta tiempo para irse a París. Su hijo
luchará con las tropas nacionales y Franco le recompensa dándole la presidencia
de Cultura Hispánica –organismo
dedicado a favorecer a estudiantes sudamericanos-.
Miguel
de Unamuno (1864-1936)
En
1934, Sánchez Mazas, pariente de don Miguel, presenta a este y a José Antonio
–que ha ido a Salamanca a dar una conferencia para presentar su obra política-.
No olvidemos que el padre de José Antonio es quien ha metido a Unamuno en la
cárcel. Entre personas educadas, todo se disimula y Unamuno es invitado a oír a
José Antonio y a comer con ellos.
El 12 de octubre, que
Franco ya ha titulado “Día de la
Hispanidad o de la Raza”, en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca,
Unamuno preside la celebración en lugar del general, por estar este ausente. En
el discurso de clausura dice: “Venceréis
pero no convenceréis”, lo cual hace que todos los presentes –falangistas-
se levanten contra él, y es José María Pemán el que salva la situación haciendo
que ofrezca su brazo a la señora de Franco, acompañándolos a la salida. El general
firma un decreto por el que Unamuno pierde todos sus cargos y se le pone policía
a la puerta de su casa, que le sigue en sus salidas.
José María Pemán
El
ilustre escritor se duerme sentado en un sillón, con los pies dentro de la mesa
camilla pegados al brasero de la época, y la familia se da cuenta de su muerte
por el olor que desprenden sus zapatillas de fieltro al quemarse.
Unamuno
ha sido el que más se ha opuesto a la dictadura del general Primo de Rivera,
públicamente contra él y contra el Rey, lo que le vale el encierro en
Fuerteventura. Desde ese momento será republicano, pero no presidente de la
República que es lo que él desea.
Próximo
a su muerte escribe:
“Cual sueño de despedida
ver a lo lejos la vida
que pasó,
y entre brumas y en el puerto
espera muriendo el muerto
que fui yo”.
Actuase
como lo hiciese, don Miguel de Unamuno debe ocupar un sitio muy alto dentro de
la literatura española.
La
República sabe hacer muy bien su propaganda, sobre todo en el extranjero. Son
numerosos los intelectuales europeos y norteamericanos que apoyan a la
República, pero entre los ingleses son solo los obreros los que vienen a
luchar. Los escritores franceses que apoyan a Franco, mejor no hablar de ellos.
Antonio Cánovas del Castillo
No nos resistimos a
copiar unas palabras de don Antonio Cánovas del Castillo, pronunciadas en el
Congreso en 1869: “La templanza es una de
las más grandes virtudes civiles, la energía y el vigor en la lucha, cualquiera
los tiene. Lo que no todo el mundo tiene y solo es dado a los verdaderamente
fuertes, es la templanza. De suyo es templado el hombre cuando tiene la
conciencia de su propio derecho, cuando siente en sí la fuerza bastante para
hacerse respetar a todas horas, de quien quiera y en todas partes”.
Existen
personas “templadas” como el escritor
Chaves, cuyos relatos no son bien vistos por ninguno de los dos bandos, y al
final tiene que exiliarse. Consigue el puesto de Cónsul en Glasgow, donde
finalmente muere sin volver a España.
Ramón Menéndez Pidal
(1869-1968)
Presidente de la Real
Academia de la Lengua, es confirmado en su cargo al volver de Francia a
Salamanca, pero al llegar a Madrid, Franco lo sustituye y José María Pemán
interviene y es repuesto. Pemán ha creído que al final de la guerra Franco llamaría
al Rey. Como sabemos, no ocurre así, pero el escritor gaditano goza siempre de
cierta libertad ante el Jefe de Estado. Muy católico y muy querido por Acción
Católica por ser el autor de El divino
impaciente; ahora cambia y les indigna, por escribir una obra titulada Paca Almuzara, magníficamente
interpretada por Lola Membrives y Rafael Rivelles. Esa será desde entonces su
tónica, junto con artículos en defensa de la monarquía.
Pérez de Ayala
Tan amigo de Marañón,
que son como hermanos. Embajador de la República en Reino Unido, y que hace
hablar a los jóvenes diplomáticos en latín, se pone a los pies de Franco cuando
este ha tomado el poder y nos habla de su sonrisa… Sus dos hijos también luchan
en el ejército vencedor.
Ramiro de Maeztu
(1874-1936)
De los primeros de
derechas, que en su momento tuvo vital importancia, es hecho prisionero y
fusilado en octubre de 1936. Se distingue por su obra Defensa de la Hispanidad.
José Calvo Sotelo
(1893-1936)
Hombre de fuerte
carácter, no rehúye hablar con los guardias de asalto, uno de los cuales –Luis
Cuenca- lo fusila. Esta muerte desencadena la guerra. El ejecutor se va
enseguida al frente, donde lo matan a los pocos días.
Eugenio Montes
(1900-1982)
Filósofo gallego, es
íntimo amigo de Franco desde la adolescencia. Tanto es así, que le tutea, pero
al llegar a rendirle pleitesía se encuentra con que su antiguo amigo le
pregunta: “¿Cómo está usted?”. Y
Montes se dice para su coleto: “Este ha
nacido para mandar”. Al acabar la guerra, los falangistas imponen el tuteo.
Lo que no sabemos es si molesta a Franco, pero sí a todos los caballeros con un
título universitario. Sin embargo, le ayudó mucho en sus colocaciones, a pesar
de la irregularidad de su matrimonio. Montes puso su pluma al servicio de él.
Ernesto Giménez
Caballero (1899-1988)
Perteneciente a la corte
de escritores liberales de José Antonio, deja esta y se acerca a Franco, porque
piensa que ese refugio será más provechoso. Al acabar la guerra se dedica a
arengar a los presos políticos del Valle de los Caídos y a proponer que
trabajen al son de música de Wagner. Pero cuando el Jefe de Estado ya no le
necesita, le envía como embajador a Paraguay. Cuando vuelve, nadie le quiere.
El drama de estos
hombres fue no ser de derechas sino ser liberales en un momento en que no se
aceptaba el liberalismo.
Hay muchos escritores
norteamericanos partidarios de la República española. John Dos Passos en 1937
viene a España y la guerra le decepciona: “se convierte”. La señora Roosevelt y
su acólito Hemingway no le perdonan y le prometen que en veinte años no podrá
editar, como así ocurre.
Ramón
Serrano Súñer (1901-2003)
A
Mussolini se le recuerda como lo que fue, un “creído”, culto y de fácil
palabra, asomado en el Palacio Venecia –histórico porque había sido residencia
de la madre de Napoleón Bonaparte-, con las manos en la cintura, arengando al
pueblo. ¡Pobre Mussolini! No supo elegir a sus compañeros de ruta y tuvo una
muerte miserable junto a su amante Claretta Petacci, que en su bolso de mano
solo llevaba el rosario. Los milaneses los arrastraron por toda su ciudad, acto
vergonzoso del que estaban arrepentidos a los diez años, y se dedicaron a
excavar por los muros de las casas capillitas donde estaban sus fotografías y
pedían perdón por lo que habían hecho.
Se
cuenta que entre las hermanas De Icaza, que son visita habitual de las hermanas
Polo, hay una llamada Sonsoles, casada con Díez de Rivera, marqués de Llanzol,
es la musa de Balenciaga y tiene una relación amorosa con Serrano Súñer, de la
que nace una hija que es común, pero que el marqués adopta como propia. Los
niños se hacen jóvenes y Carmen Díez de Rivera se enamora de un hijo de
Serrano, que es su propio hermano, y hay que decírselo. Serrano se niega a
darle su nombre. Carmen construye su propia vida convirtiéndose en una ayudante
de Adolfo Suárez, escribiendo un libro y muriendo joven víctima de un cáncer. No
es que lo tomamos a broma, pero un señor valenciano ya decía: “Qué lío se armará en el Valle de Josafat
cuando Dios diga cada hijo con su padre y cada peseta a su bolsillo”.
Mussolini
dice que las tropas españolas deben llamarse nacionales en vez de nacionalistas,
y así quedó para siempre.
El
general Franco se encuentra con Hitler en la estación de Hendaya. A las 15:20
horas del miércoles 23 de octubre de 1940 hacía su entrada en la estación de
Hendaya el Erika, el tren
oficial en el que viajaba Adolf Hitler desde París. Por su parte, el
convoy en el que iban Francisco Franco y sus colaboradores llegó con ocho minutos de retraso, según parece
debido al mal estado de las líneas ferroviarias españolas.
Cuando
Franco bajó del vagón en el que viajaba junto con Ramón Serrano Súñer, ministro de Asuntos Exteriores, un impaciente
Hitler y Joachim von Ribbentrop, el responsable de Exteriores alemán, ya
le estaban esperando al pie de la escalerilla.
Tras las
presentaciones de rigor llevadas a cabo por el embajador en España, el barón
Eberhard von Stohrer, ambos mandatarios procedieron a revisar las tropas que
estaban formadas en el andén.
Saludo en la estación fronteriza francesa de Hendaya
entre Francisco Franco y Adolf Hitler.
La reunión
entre ambos líderes tuvo lugar en el vagón de Hitler y a ella no asistieron ni
el embajador español en Alemania, Eugenio
Espinosa de los Monteros, ni tampoco el embajador alemán. Así pues, los
asistentes a la reunión fueron solamente Franco, Hitler, Von Ribbentrop,
Serrano Suñer y dos intérpretes.
Por fortuna,
no hubo fortuna.
Franco,
al empezar la guerra, solo subió en avión una vez: la que le trajo de África a
la península, y no salió más de España, porque cuando fue a Portugal, se quedó
en la frontera y el que la cruzó fue Oliveira Salazar.
José Antonio Primo de
Rivera (1903-1936)
Échale
amargura al vino
y
tristeza a la guitarra,
camarada,
que se ha muerto
el
mejor hombre de España.
Esta
copla nace en el frente y se propaga por toda España a partir del 20 de
noviembre de 1936. Naturalmente Franco tiene que oírla, pero ¿cómo va a
prohibirla si es algo que le favorece tanto? Además, Franco tiene unos oídos
suspicaces muy alerta y esa muerte que le favorece a él, hombre primero sin
ideología, le permite adoptar la de un hombre que le traerá la suya y su
carisma, pero le proporciona el mando único, asentado sobre la manipulación
pero también un mito: el del “Gran
Ausente”, que no supuso nada, pero no para una persona acostumbrada a las
componendas.
José
Antonio fue un intelectual. Había estudiado en casa con profesores particulares
y la carrera de Derecho la cursó en la Universidad Central. Trabajó en su
despacho como letrado y constructor de una nueva doctrina política que se
conocía como “La revolución pendiente”,
que naturalmente nunca dejó de serlo. Era un hombre alto, guapo, atractivo y
muy sociable. Antes de empezar la guerra todos los intelectuales se juntaban,
ya que lo que los separó fue la ideología política. José Antonio y los suyos
iban a tomar café a un bar llamado La Ballena
Alegre. En la mesa de al lado lo hacían Lorca y los muchachos de la
Residencia de Estudiantes y se pasaban el tiempo insultándose pero entre
carcajadas: “¡Rojos! ¡Maricas!
¡Fascistas!…”. También coincidían en exposiciones, representaciones
teatrales…, ya que Madrid, en aquellos momentos, tenía el tamaño de una ciudad
pequeña.
Como
signo de humildad “joseantoniana” se
forma una Corte Literaria, y que,
cosa extraña, no nace en Madrid sino en el País Vasco. En su testamento deja
como sucesor suyo de esta Corte a Sánchez Mazas. Lo curioso en este grupo de
escritores es que ninguno toma parte en la contienda ni muere.
José Antonio de húsar
José
Antonio da a conocer sus ideas políticas fascistas en un mitin que pronuncia en
el Teatro de la Comedia en 1933. Hombre de gran cultura, lector acérrimo, en un
artículo sobre Ortega y Gasset escribe: “Llegará
un día en que el paso triunfal de esta generación, de la que fue lejano
maestro, tenga que exclamar complacido, ‘esto sí es’, en contraposición a su
‘no es eso, no es eso’”. Ya Ortega había escrito en 1925: “El cariz que en todos los órdenes va
tomando la existencia europea que anuncia un tiempo de varonía y juventud, un
tiempo durante el cual habrá que ceder el gobierno de la vida a los muchachos”.
Miguel Primo de Rivera y familia
José
Antonio es hijo de don Miguel Primo de Rivera, marqués de Estella y de doña
Casilda Sáenz de Heredia. Son sus hermanos Miguel –que se echa en brazos de
Franco, y a quien este hace Ministro y Duque; antes de morir va a Estoril y
pide perdón a don Juan por su conducta-; Fernando –víctima marxista-; Carmen
–marquesa consorte de Rianzuela-, y Pilar. Esta última fue la que pareció
interesarse por las ideas de su hermano. Y este la eligió para que transmitiese
su mensaje –aunque malas lenguas dicen que cuando Pilar tomaba la palabra, su
padre decía: “Esta que se calle, que es tonta”-.
La madre muere joven y los educa una hermana de don Miguel, que tendrá mucha
influencia sobre ellos y será muy querida. Como buen andaluz –su padre es de
Jerez de la Frontera-, José Antonio no tiene buena opinión sobre el valor de
las mujeres.
En
aquella época en Andalucía, sobre todo en Córdoba, es corriente decir al paso
de una mujer de buena presencia: “¡Vaya
jaca!”, y se da el caso de maridos que van detrás dando las gracias.
José
Antonio ve que su hermana Pilar lo admira y absorbe su doctrina, por lo que le
deja heredera de ella. Estaba en la cárcel de Alicante y es fusilado en su
patio el 20 de noviembre de 1936. Se le entierra en una fosa común y en cuanto
acaba la guerra se le pone en una tumba particular. Una vez obtenido el permiso
de Franco, sus amigos le llevan a pie en ocho jornadas hasta El Escorial, desde
donde pasa al Valle de los Caídos. Actualmente sus restos reposan en el
Cementerio Sacramental de San Isidro en Madrid, por deseo familiar.
Tumba de José Antonio
Largo
Caballero, en 1934 escribe: “¿Armonía?
¡No! ¡Lucha de clases! ¡Odio a muerte a la burguesía criminal!”. Y la CEDA
reparte millones de octavillas en las que se lee que la victoria de la
izquierda llevaría “al armamento de la
canalla, incendio de bancos y casas particulares, reparto de bienes y tierras,
saqueos en forma…”. Palabras que responden a otras frases de Anthony
Beevor: “La izquierda fue tan poco
respetuosa con el proceso democrático y con el imperio de la ley, como lo fue
la derecha”. Lo hace pensando tanto en “la
dialéctica de las pistolas” –que preside los mítines de José Antonio- como
en las de Largo, que trataban de incendiar el país.
¿Qué
supone José Antonio para Franco, aun muerto? A veces una sombra pesa más que un
cuerpo vivo. Franco se apresura a adoptar sus símbolos con el nombre de FE y
Falange de las JONS: camisa azul, boina roja y hasta el brazo derecho levantado
en alto. Los falangistas se pasaron a
Franco y tuvieron su premio. Los “cuatro” camisas
viejas que fueron fieles al recuerdo del “Gran Ausente”, no tuvieron nada y
estuvieron vegetando el resto de su vida. Bien es verdad que en ayuntamientos,
diputaciones y colegios públicos se pusieron fotografías de Franco y José
Antonio, con el crucifijo en medio, lo que dio pie a que la gente comentase “Cristo entre dos ladrones”. Su nombre
se pone en multitud de calles, plazas y avenidas y en los muros de iglesias
donde reza: “Caídos por Dios y por
España, ¡presentes!”. Consta primero el nombre de José Antonio y luego las víctimas
del lugar donde se encuentra la iglesia. Pero no olvidemos que a este se le
fusila no por sus ideas políticas, sino por una cuestión que va contra el orden
público. ¿Cómo hubiese sido José Antonio como político? Es dudoso que lo
hubiesen dejado llegar a tal grado y poner en funcionamiento unas normas que no
conocía ni él mismo.
La Falange tiene su propio himno con
sus palabras:
“Cara al sol con la camisa nueva
Que tú bordaste en rojo ayer
Me hallará la muerte si me lleva
Y no te vuelvo a ver
Formaré junto a mis compañeros
Que hacen guardia sobre los luceros
Impasible el ademán y están
Presentes en nuestro afán
Si te dicen que caí, me fui
Al puesto que tengo allí
Volverán banderas victoriosas
Al paso alegre de la paz
Y traerán prendidas cinco rosas
Las flechas de mi as
Volverá a reír la primavera
Que por cielo, tierra y mar se espera
Arriba escuadras a vencer
Que en España empieza a amanecer”
La
letra fue escrita por José Antonio Primo de Rivera, Agustín de Foxá, José María
Alfaro, Dionisio Ridruejo, Pedro Mourlane, Rafael Sánchez Mazas y Luis de
Urquijo. La música es de Juan Tellería.
Su
íntimo amigo y albacea, Ramón Serrano Súñer, nos cuenta que el secretario del
magistrado que lo condena a muerte, le ha relatado que hubo que ponerle una
inyección antes de fusilarlo, porque se desmayó. Serrano es el que presentó en
la boda de un hermano suyo a Franco y José Antonio, que desde entonces se
mostraron su antipatía.
De Pilar Primo de
Rivera –a quien su hermano había dejado sucesora de su pensamiento político- se
decía: “De una camisa vieja ha hecho una
combinación eterna”. Comentario más bien de mal gusto, tratándose de esta
pobre mujer y siendo prendas que en la época se usaban, pero hace mucho que
dejaron de utilizarse.
Dionisio
Ridruejo la describía así: “Era una
muchacha sencilla, poco preocupada de su arreglo y agradablemente tímida,
hablaba con voz de niña. Más que una solterona era una ‘novia eterna’, de ojos
redondos y mirada triste”.
Franco
instituyó la Sección Femenina de Falange para que la dirigiese Pilar,
ocupándose de su formación como mujer y como falangista. Los hombres no
necesitaban formarse, porque con solo leer los “veinte puntos” de la doctrina política joseantoniana, ya la entendían y podían explicársela a las mujeres
en los tiempos adecuados. Además, las mujeres estaban obligadas a hacer el “servicio social” que duraba seis meses
y sin el cual no se podía obtener el pasaporte. Las asignaturas de las que
había que rendir examen eran las siguientes: Religión, Cocina, Formación
familiar y social, Conocimientos prácticos, Nacional-sindicalismo, Corte y Confección,
Floricultura, Ciencia doméstica, Puericultura, Canto, Costura y Economía
doméstica.
Pilar y Sánchez Mazas
¡Pololos!
No es una palabra despectiva, define un “pantalón
bombacho corto, usado por niñas y mujeres para hacer gimnasia” –ahora consta
en el diccionario de la RAE, pero entonces no-. Doña Pilar preconiza la vida al
aire libre y la gimnasia, pero ¡atención!, la Iglesia no está de acuerdo con
este vestuario y tanto aire libre. Pero ahí su inventora no cede y las madres y
costureras españolas empiezan a coser ese vestuario en una tela difícil de
manejar y también de moverse con ella. La parte de la sociedad contraria a la
Sección Femenina, que es numerosa, rechifla de este nuevo invento que no
prospera.
En
uno de los mejores colegios de Valencia se recibe todo lo que proviene de
Falange de malos modos, y se cumple porque es obligatorio. Los pololos no
llegan a usarse y se dan cuatro saltitos y estiramientos de brazos con el
uniforme puesto, lo cual es antihigiénico. Una religiosa, a la que se ve muy
inclinada a las instituciones nazis, se la devuelve al noviciado para que se
dedique a la meditación.
¡Pobre
José Antonio! Tan educado y tan caballero y se ve colgado en una pared al lado
del General y de un Cristo de buen tamaño. En cuanto pudo, uno quitó al otro. Y
al final, la última aventura “azul”: la División
Azul, que va a luchar contra los “malos” y vuelve diezmada sin los mejores
–ya se sabe que los dioses los prefieren jóvenes-, y con ella se rehabilitan
los de izquierdas que han ido por motivos políticos.
Pilar
Primo de Rivera es, como todo el mundo, hija de sus circunstancias:
económicamente es lo que se llamaba una mujer muy apañada y en cuestiones de
relación entre hombre y mujer, defensora acérrima de la virginidad de la mujer
hasta que se consume el matrimonio. En una reunión familiar en que se habla de la
dote de la novia, le preguntan al futuro esposo qué opina sobre el camisón. Él
contesta que le da igual porque se lo va a poner de corbata. Risas,
exclamaciones de escándalo: pero es verdad que se vive un tiempo en que la
mujer no se desnuda plenamente en su noche de bodas.
Francisco Franco
Bahamonde (1892-1975)
Aunque
se ha escrito y se ha hablado tanto sobre él, ¿sabrá alguien cómo era en
verdad?
Franco, más bien bajito
y de voz atiplada, se compromete en matrimonio con una señorita ovetense, cosa
que no se comprende porque la familia Polo tiene más categoría social que la de
Franco. La boda se pospone dos o tres veces por compromisos ineludibles del
novio. Finalmente se casan el año 1923. La novia y sus amigas, vista la corta
talla de él, se ríen y le llaman el “comandantín”.
No sabemos cómo sería entonces doña Carmen, solo la conocemos cuando es ya
esposa del Jefe del Estado.
¡Vivan los novios!
Poco simpática, incapaz
de acariciar a un niño, no se conoce que ayude a la gente pobre del Pardo, cuya
parroquia es la iglesia del palacete, y que los regalos dobles o triples que
recibe a causa del nacimiento de los nietos, en vez de regalarlos a quienes los
necesitan, va a la tienda de la calle Del Arenal a cambiarlos. La gente se mete
con ella diciendo que tiene la sonrisa de la mula Francis y que su afición a
los collares es excesiva. Es difícil saber estar, y en el bautizo del rey de
España actual, se nota al juntarse la reina Victoria Eugenia con el matrimonio
Franco. Cuando su nieta Carmen se casa con Alfonso de Borbón, duque de Cádiz,
acaricia la idea de que llegue a ser reina de España, ya que el esposo es hijo
de don Jaime de Borbón, mayor que don Juan, conde de Barcelona. Lo que sucede
es que es sordomudo por una mala intervención en los oídos siendo pequeño, lo
cual consideran los monárquicos que le inhabilita para subir al trono.
Franco de Alférez. 1910
Doña Carmen, viviendo
en África con su marido, es como cualquier otra esposa de los militares que
había allí. La mujer de un Capitán General que hubo en Valencia, se ausentaba
de esta ciudad cuando doña Carmen aparecía por ella, diciendo: “No tengo por qué rendirle pleitesía, ya que
hemos tenido la misma costurera”. La esposa de Franco, lo único que tiene
es mucho amor a la Iglesia católica y mucha decencia. Cuando cualquier película
ya expurgada y estrenada en España llega al Pardo para que la vea ella, alguien
se encarga de verla primero para quitar escenas que puedan ofenderla
moralmente. Le dice a su marido, más bien tibio en cuestiones religiosas, que
sin la Iglesia no podrá hacer nada en España. “Nuestra revolución –dice el mismo Franco en 1945- hizo posible la
vuelta de España a su verdadero ser”. Y se recuerda la profecía popular de
la madre Ràfols que dice “Un joven
general español detendrá al comunismo en los Pirineos”. Su Excelencia se
convierte en un príncipe cristiano asociándose con el concepto de “españolidad”. Se dice que en El Pardo
brilla una lucecita mientras el Jefe del Estado está sumido en sus oraciones,
pidiéndole al Señor que no nos deje volver a la maldad pasada, y así ocurre.
El martes 14 de octubre
de 1957 se produce una riada en Valencia. Martín Domínguez da la noticia en Las
Provincias, de la que es director, y la apostilla comentando que en la anterior
–en 1897, durante el reinado de Alfonso XIII-, la reina Victoria Eugenia dio su
sarta de perlas para que se subastase y el producto se diese como ayuda a los
afectados. Del Pardo llega inmediatamente una orden de que la familia Doménech
cese inmediatamente al director del periódico. La familia se niega y se les
amenaza con negarles el cupo de papel. Ante esta situación, se prescinde del
señor Domínguez. Es una vergüenza la coba que el obispo de Madrid-Alcalá da a
doña Carmen, siempre sentado al lado de ella en actos oficiales. Bien está que
los caballeros a una señora la ayuden a ponerse el abrigo, pero precisamente,
que el obispo de la diócesis lo hiciera, no creo que fuese costumbre.
Carmen Polo de Franco
dejó el palacio de El Pardo el 2 de febrero de 1976. Se va a vivir a la casa
situada en Hermanos Becquer, de 1.000 metros cuadrados de superficie; y dicen
que no tiene caja fuerte sino habitación blindada. Muere en 1988 y está
enterrada en el cementerio de Mingorrubio en Madrid.
En
1936, Franco era lo que se sabía de él: un militar como muchos de los otros
militares republicanos, con un historial guerrero, prestigioso en las luchas
africanas. Cuando muere en 1975, para muchos no es sino un pobre ancianito, al
que los médicos han hecho sufrir mucho con tal de salvarle la vida. Pero, ¿hay
alguien que recuerda al hombre que ha mantenido a España bajo el dominio de una
férrea dictadura?
Un
diplomático hispanoamericano asegura que Franco tiene encuadernadas en piel las
obras de Ricardo León, con lo que da pie a pensar que su idea de la dictadura
española es mediocre.
Nace
en 1892 y muere en 1975. Su madre Pilar Bahamonde representa para Franco el
ejemplo de la mujer virtuosa. Su padre, militar también, es más bien de
conducta casquivana y cuando habla de su hijo dice: “¡Ay Paquito!” y se echa a reír. Sus relaciones no debieron ser muy
buenas. No se habla de él en ningún momento. Cuando muere en 1942, un
entrecomillado en mitad de los periódicos que da noticia de ello, sin
especificar nada más.
Libro escrito por Franco
Franco
dirige la Academia Militar de Zaragoza, clausurada por Azaña en 1931. Es un
africanista. En 1922 publicó un libro titulado Marruecos, diario de una bandera, siendo comandante. Su
prologuista, Millán Astray, era teniente coronel. En 1936 Franco, ya general, y
Millán Astray su subordinado, fueron inseparables durante toda su larga vida.
Fue el general más joven de España y el rey Alfonso XIII le demostró su afecto
apadrinándolo en su boda. No se sabe por qué Franco le tenía esa inquina que le
demostró durante toda su vida. Don Alfonso murió en Roma el 28 de febrero de
1941 y se produjo una situación un poco violenta en el mundo escolar, puesto
que el gobierno, léase Franco, no sabía si era conveniente declararlo día de
luto en el mundo oficial y de la enseñanza. Finalmente sí lo hizo y los alumnos
a media pensión se volvieron a casa. A partir de ese momento, todos los años se
celebraba en El Escorial una misa por el alma de todos los reyes y reinas de
España, presididas por Franco y su corte.
Alfonso XIII condecora a Franco
En
un colegio de religiosas, al oír una alumna que las mediopensionistas se
volvían a casa, empezó a dar saltos de alegría y la monja que daba la noticia
dijo: “La muerte de un rey de España no
es motivo para estar alegre”. La gozosa alumna tenía 10 años.
Muerto José Antonio,
Hedilla, casado con una señora de la nobleza valenciana, se declara heredero
del fundador de Falange, hasta que se produce el Decreto de Unificación –los
partidos de izquierda (anarquistas, socialistas, comunistas, republicanos,
nacionalistas y poumistas) luchan cada uno por su cuenta, mientras los
nacionalistas meten en un solo partido a carlistas, monárquicos, fascistas, falangistas
y cedistas-; desde abril de 1937 la Falange se llamará Falange Española
Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista: los
falangistas llevarán la boina roja y los carlistas la camisa azul. Esta
Unificación fue ideada por Serrano Súñer y escrita por Giménez Caballero. Los “camisas viejas” se oponen, pero se les
sedujo con “regalías” que duran 40
años. A Franco se le nombra Jefe del Partido y su primer acto fue condenar a
muerte a Hedilla; luego condona la pena por prisión perpetua.
¿Y
qué es una regalía? Darle el cargo de embajador, gobernador civil, vamos, lo
que se suele llamar una sinecura.
A
un ministro se le permite construirse una mansión muy cerca de la costa
mediterránea, que por ley está prohibido. Su cocinera va en un PMM –Parque
Móvil Militar- y cuando se bañan en la ensenada próxima a su casa, dos señoras
que son la mujer y la hija del ministro, ataviadas con el bañador de Acción
Católica; previamente han ido varios guardias civiles para impedir que el resto
de los bañistas esté en el agua al mismo tiempo que ellas. O sea, que el Mare
Nostrum se convierte en una piscina privada. Los guardias civiles, todos muy
jóvenes y todavía llenos de ideales, ponen unas caras que hay que verlas,
cuando los niños pequeños les preguntan “¿y
yo porqué no puedo entrar?”.
Los
niños de la guerra, hemos aprendido a mirar y no hablar durante los registros
que hacen los elementos de los sindicatos, por eso, cuando vemos los tranvías
llenos de anuncios de
“Aceite
Inglés.
Todo
el mundo sabe para lo que es”,
los niños piensan por qué sus padres se
quejan de que no hay aceite. Bien es verdad que en Inglaterra no hay olivos.
Hasta años después no nos enteramos de que sirve para el tratamiento de las
ladillas. Hay muchos hombres y mujeres con enfermedades venéreas y con
tuberculosis. A estos últimos, si la familia es pudiente, se les lleva a la
casa de campo si tienen. En caso contrario se les lleva a los sanatorios que se
construyen con este fin y que se sufragan con un sellito de correos.
Prácticamente todos los enfermos mueren. ¡Y pensar que el doctor Fleming,
acabada la Guerra Mundial en 1945 ya está ofreciendo la penicilina en Estados
Unidos! Hasta 1948 no se consideró de interés nacional la producción de este
fármaco.
Al
entrar los nacionalistas en Valencia, entran también una serie de camiones
llenos de panecillos, que reparten las señoras de la buena sociedad entre la
población famélica. Hay que alimentar a mucha gente y por eso surgen los “Comedores de Auxilio Social”, adonde
van todos los necesitados. Las mujeres que sirven, lo hacen gratuitamente.
Entre
el final de la guerra española y el inicio de la mundial hay un hecho poco
frecuente. Se nombra al Mariscal Pétain Embajador extraordinario de Francia en
España. ¿Es por qué sus ideas políticas son afines a las de Franco? ¡No! Es por
causa de la forma de ser de los franceses. Las guerras entre Francia y España
terminaron con la “paz de las damas”.
Francisco I vuelve a su país diciendo: “Todo
se ha perdido menos el honor y la vida que son salvos”, pero se queda en
España su tienda de campaña. Eso no lo pueden tolerar los franceses. El
Mariscal viene con un magnífico trofeo que se llevó el mariscal Soult cuando
dejó España en la Guerra de la Independencia: una Inmaculada de Murillo. Los
españoles estábamos demasiado ocupados para preocuparnos de esas minucias.
Franco explica a Pétain –el héroe de Verdún- cómo se lleva una guerra.
El matrimonio Franco
tiene una única hija, la cual necesita ayuda intelectual, por lo que le
acompaña una hija de la Congregación del Padre Poveda. Franco pospone su
dirección de la guerra a que esposa e hija estén fuera de España. El aviador
Bolín se las lleva, no se sabe bien si a Inglaterra o al sur de Francia.
Igualmente, es otra
señorita de esta orden la que educa a los nietos de Franco en El Pardo. La
única mujer que ocupa un cargo político es una directora general de la misma
orden, que forma parte de un Consejo de Ministros. La señorita educa a esos
niños –aunque ella siempre insiste en que debían de ir a los mismos colegios a
los que van los niños españoles-, les explica que su abuelo se retira durante
dos horas todas las tardes para ocuparse de lo que llaman familiarmente “la
firma”. Revisa todas las condenas para confirmarlas o cambiarlas.
Llegado a Madrid, el
General ocupa el Palacio Real para sus trabajos como Jefe de Estado, pero para
vivir utiliza El Pardo. A fin de cuentas, es un palacete real construido para
la caza por Enrique IV, que a su muerte heredará su hermana, Isabel la Católica,
o sea que pertenece a la Corona de Castilla. Cuando sale de “gran parada” lo
acompaña la guardia que tenía en África, y resulta de gran belleza plástica. De
repente desaparece dicha guardia y es sustituida por españoles montados también
a caballo. ¿Qué ha pasado? Se dice que a los españoles no les gustaba, pero
¡cualquiera sabe por qué hace las cosas un dictador! ¿Cómo es posible que el
Jefe de Estado y del Gobierno esté tan lejos de la capital? Hay ciertos trayectos
que están cortados determinados días, de forma que permitan el paso rápido
tanto de Franco como de su mujer.
Pío
XII (1876-1958)
En
su tiempo ocurrió un hecho muy luctuoso. En un barrio bajo, María Goretti no
aceptó los requerimientos de su novio Alejandro diciendo “no, porque eso es pecado”, y el novio la mató de una puñalada. A
la Iglesia, y en especial al clero español, solo les interesa una cosa: la
pureza y la castidad de la mujer.
La Iglesia española se
empeña en que lo que hemos pasado es una cruzada, pero como dice el Padre Pedro
Poveda: “Cristo nos ha enseñado a amar,
pero no a odiar”. Todos los católicos españoles se encuentran como en una
devoción en perdonar al verdugo, de tal forma que cuando se viaja al extranjero
y aún a personas de vida consagrada se las oye manifestar ese odio contra los
nazis, no se le entiende.
Durante la semana en
las misas no se hace homilía, solo los domingos desde el púlpito, al igual que
los novenarios. Se tienen muy en cuenta que los domingos es obligatorio ir a
misa y no la suplirá la del sábado por la tarde hasta el Concilio Vaticano II.
Igual que por disposición del mismo, se podrá comulgar a cualquier hora.
El
Concilio Vaticano I lo han deshecho las fuerzas armadas de Mussolini, por tanto
el Papa solo se considera un prisionero. Sale de la ciudad solamente una vez hacia
el barrio de San Lorenzo, para consolar a sus habitantes que han sido
bombardeados por los aliados a fin de que Italia acabe la guerra. Este barrio
es objeto de estudio de los niños por la doctora Montessori, primera mujer
médico italiana y fundadora del método de enseñanza que lleva su nombre: trata
de educar al niño en libertad. Funciona en todo el mundo menos en España,
porque ¿para qué quiere el niño la libertad?
No
había bancos en las iglesias y en fiestas solemnes, como la Pascua de Navidad,
cada uno se llevaba silla o banquito, comúnmente llamado “catrecito”. Por ello
se armaba mucho jaleo en la iglesia y había que ir con anticipación de una hora
para poder colocar el asiento, dada la multitud de personas que después de 3
años con las iglesias cerradas y quemadas, quería darle gracias a Dios por
estar vivos. Como los asientos los han de pagar los fieles, en todas las misas
se pasan dos cepillos: el de los bancos y otro para recoger las limosnas que
los fieles quieran dar. Por largo tiempo, los donativos son de 10 céntimos para
los bancos y 10 para la parroquia.
Nada más acabar la
guerra, en Valencia, en la Iglesia de San Martín, se celebró la primera
confirmación después de la guerra. Estaba llena de banquitos que no se sabe de
donde los habían sacado. La misa de una estaba llena de matrimonios que iban a
cumplir con el precepto. Los canónigos tenían sus habitaciones en la parte
adosada a la catedral, entrando por la iglesia. Posteriormente, cada uno tuvo
su domicilio particular. Confesaban durante toda la mañana y los pecados
reservados a la Santa Sede solo los perdonaba el sacerdote Penitenciario. Lo
que sí que daba pena era el hijo fuera de matrimonio. Había grupos de mujeres
que recibían a las madres en una casa; por ejemplo en Valencia “El santo celo”,
las recibía de otra provincia siendo los padres quienes las enviaban fuera de
casa y corrían con los gastos, inscribiendo a los nietos como hijos propios. La
madre salía posteriormente a pasear al niño diciendo que era su hermano.
Mientras estaban en la casa, salían con la cara tapada para no ser reconocidas.
Esto
por lo que se refiere a salud espiritual. Por lo que se refiere a salud
corporal, todos los niños debían ser operados de garganta y algunos de nariz,
ya que los médicos decían que de no hacerlo en la infancia, podían producir
muchos males en la edad adulta. Lo contrario de hoy en día.
“Yo
envío una bendición especialísima a las familias de los mártires españoles. De
España ha salido la salvación del mundo”. Ecclesia.
Estas palabras las dice en abril de 1939 –recién terminada la guerra civil
española- Eugenio Pacelli (1876-1958), que accede al papado y toma nombre de
Pío XII, al tiempo que las tropas nacionalistas están a punto de entrar en
Madrid. Este Papa se convierte en el soporte ideológico del régimen de Franco.
Pertenece a una familia de juristas y diplomáticos.
Al
principio de proclamarse la República en España en 1931, parece ser que el Papa
anterior, Pío XI, estuvo a favor del nuevo régimen político, asombrando a todo
el mundo, dándose cuenta enseguida de su actuación, volviéndose en contra. Con
las palabras del nuevo Papa, nos damos cuenta de que él sí que conocía la
situación y la cantidad de mártires que habían sido sacrificados por el nuevo
régimen, tanto consagrados a la vida religiosa como laicos. Al grito de ¡Viva
Cristo Rey!, ninguno de los elegidos había faltado a su cita con el Señor.
No
se sabe lo que piensa su Santidad del nuevo Rector de España, ni se sabe en qué
concepto lo tiene el general Franco. No se sabe en qué concepto se tienen el
uno al otro. En cualquier caso, el clero español se siente salvado por Franco y
a disposición. El general Franco sigue los consejos de su mujer: la Iglesia
para él seguirá siendo algo prioritario, siempre que se pliegue a sus deseos.
Por de pronto, pide para sí dos mercedes que tenían los reyes y a las cuales
habían renunciado: el ir bajo palio y el derecho a presentar una terna para que
el Santo Padre elija a los obispos. En esto último no se da cuenta de lo que
supone para él ni le advierte ninguno de su entorno.
Don
Ángel Herrera Oria ha salido de España antes de la guerra y se refugia en
Friburgo, donde se convierte en sacerdote. Vuelto a España, sin que tenga
ningún inconveniente, es contrario al régimen político español y nombrado por
el Papa Pío XII obispo de Málaga, donde hace una gran labor social y predica en
misa de una, haciendo que el templo se abarrote todos los domingos.
Pío
XII encuentra la tumba de San Pedro, a la que acompañará la de los Papas que
vayan muriendo desde entonces. El Pontífice tiene mucha devoción sobre los
matrimonios, de los que ha escrito un libro adecuado para regalar en las bodas.
El
Nuncio Tedeschini se disgusta de que se nombre tanto al santo Padre para justificar
situaciones, y el primer Concordato entre España y la Santa Sede no se firma
hasta el 27 de agosto de 1953, porque el Papa piensa que un concordato une un
país con la Santa Sede y falto de él puede derivar hacia otras versiones.
La
Acción Católica ha sido muy fiel y renace también con la nueva situación. Edita
una revista llamada Asunción, en la
que relata cuentecitos que nos presentan una joven muy casta, que en cuanto en
un guateque empieza a sonar la música para bailar, se va. Naturalmente el joven
ingeniero que asiste allí se da cuenta y se casa con ella. El que sí que se da
cuenta de la situación en España es Pablo VI, que de las ternas que le
presentan elige siempre al menos franquista de los tres. Y como tienen derecho
a ser nombrados a alguna diócesis como obispo titular, pronto en toda España la
Iglesia ya no es tan adicta al régimen político vigente.
«Nuestro
Santísimo Padre el Papa se ha dignado conceder para el año próximo el indulto
Apostólico de la ley de abstinencia y ayuno, especialmente los viernes de
Cuaresma…» Así comienza el texto de
un papel que muchos de ustedes habrán visto alguna vez y que seguramente repose
en algún viejo cajón de su casa. Les hablo de la popularmente conocida como «bula de carne», una dispensa
eclesiástica que a cambio de un precio convenido permitía comer carne y sus
derivados en muchos de los días que el calendario católico marcaba como de
abstinencia. Esta especie de arreglo nos puede parecer ahora antediluviano,
pero fue de uso corriente en casi todos los hogares españoles hasta el año
1966, cuando la Conferencia Episcopal Española ordenó su desaparición, después
de que el Concilio Vaticano Segundo suavizara las normas de ayuno y abstinencia
para los católicos. San Pío V se concede a sí mismo un privilegio: como es
dominico, conservará el hábito blanco y hará que sus sucesores lo lleven
también, pues es desde ese momento que el Papa irá vestido de blanco.
GUERRA
Vinieron los sarracenos
y nos molieron a palos.
Que Dios ayuda a los malos
cuando son más que los buenos.
Este
dicho es del siglo XIV y hay que entenderlo con la ironía que conlleva.
El Gobierno dice, a
través de la radio: “Parte de algún
territorio en África se ha levantado en contra de la República. Habrá que hacer
tumbas, porque vamos a levantarnos en contra de ella”.
A partir del 16, 17 y
18 de julio de 1936 hay aires de guerra en toda España y se van decantando por
un bando u otro, según la zona. Valencia queda en la republicana, con lo que
las personas que han ocupado las casas de veraneo, deben abandonar sus hogares
obligados por las nuevas autoridades. Ante la situación de peligro, toda la
gente que se encuentra cerca de Silla se desplaza a su estación para subir al
tren de Madrid que llegará a Valencia a media tarde. Hay pasajeros que van
literalmente colgando de los asideros de las puertas, sobre los escalones de
acceso al vagón. Al día siguiente estarán matándose, pero en aquel momento son
hijos de su tiempo: ningún hombre va sin chaqueta e inmediatamente han dejado su
sitio para permitir que las mujeres se sienten con los niños en sus brazos.
La
guerra ha empezado ya, dirigida por Mola (1887-1937) desde Asturias. Es
Director de la Policía, lo cual no agrada mucho a los militares. Muere en un
accidente de aviación inexplicable e inexplicado, estrellándose contra un monte
yendo a Valladolid. ¿Sucesor? El general Cabanellas (1872-1938) –Jefe de la
Junta de Defensa Nacional, embrión del Estado que se aproxima- no puede serlo
porque es republicano. ¿Y Sanjurjo (1872-1936)? Ha tenido una reunión en casa
del doctor Marañón con personal de la Casa Real, afirmando que está ofendido
con el Rey –por causas que desconocemos- y que no quiere participar en la
contienda. En aquel momento es Director de la Guardia Civil y se siente
implicado a participar en la guerra, tomando el puesto de Mola, que es el que
le corresponde. Sube al avión con una serie de cajas que no se sabe lo que
contienen, pero cuyo peso es grande e impiden el despegue. Sanjurjo muere al
darse un gran golpe en la cabeza.
Queipo
de Llano (1875-1951) está en Sevilla y se le escapa, pero pone en
funcionamiento una idea que se le ocurre para volverla a conquistar: a los
soldados les pinta la cara y los brazos como si fuesen moros, y es tal el
terror que tienen que se rinden todos. Queipo, con su estilo cuartelero, habla
por la radio para toda España. Al acabar la guerra, Franco se deshace de él
diciendo que es consuegro de Alcalá-Zamora, que es republicano.
Queipo,
en los últimos días de la guerra, se ha dirigido a prohombres valencianos,
diciéndoles lo que va a hacer con ellos. Al mismo tiempo, también comunica el
valor del dinero según su numeración. Una familia valenciana encuentra un kilo
de azafrán en sus porches, lo vende por 5.000 pesetas; sin embargo, hay muchas
otras familias que tienen que malvender algún bien para poder sobrevivir.
José Antonio Primo de
Rivera ha sido fusilado. Solo queda Franco, que se instala en el Palacio
llamado “del Obispo” en Salamanca, y
desde allí dirige la guerra. Tanto en un lado como en otro, se abre la veda a
la “caza” del enemigo, que se le mata
donde se le encuentra, aunque sea en la retaguardia, y ajusticiamientos de los
encarcelados. Ambos bandos creen que ganarán la contienda en poco tiempo. Se ha
convertido en un “Franco o Negrín”,
porque la burguesía no había sabido actuar de otra manera que les llevase a una
democracia o “Tercera España”.
Cae el silencio sobre
toda España que se encuentra en el año 1936. Franco viene muy poco a Valencia
porque aquí empezó la República.
El General Franco tiene
muy en cuenta que la mayoría de los que le han seguido son falangistas y aparte
de premiarles con hechos de facto, respeta sus ideas políticas y asume el grado
de jefe que le hubiese correspondido a José Antonio.
Ramón
Franco (1896-1938) muere en una acción de bombardeo de guerra entre Mallorca y
Barcelona. Han muerto los chicos de la familia. Solo queda una hija, Pilar
(1895-1989).
Francisco, Pilar y Ramón Franco
Durante la guerra se
producen hechos heroicos por ambas partes. Luis Felipe García Sanchiz –en
familia llamado Pipo-, hijo de Federico García Sanchiz (1886-1964), escritor,
forma parte de la dotación del Baleares. Sabe que su barco va a hundirse y a
pesar de que hay cinco destructores ingleses para salvarlos, ellos forman en
cubierta y se hunden en el mar cantando el “cara
al sol”.
La
batalla de Guadalajara de 1937 fue un enfrentamiento desarrollado en torno a esta
ciudad, en un intento de las tropas nacionalistas por penetrar en la capital de
España por el norte. Participaron de un lado los republicanos, que son los que
ganaron, y del otro tropas españolas e italianas.
La Batalla del Ebro
–desde julio hasta noviembre de 1938-. Dentro del estallido de odio que supuso
la guerra en su conjunto, esta batalla fue en la que se manifestó lo peor.
Ganada por los nacionalistas al mando del general Yagüe (1891-1952), este se
planteó la toma de Barcelona, aunque le detuvo el miedo de que los catalanes
hiciesen lo mismo que en la “Guerra de
los campesinos”, se echasen en brazos de los franceses. Finalmente entró
por Vinaroz –Castellón- y de ahí a la ciudad condal, de donde el gobierno
republicano había huido hacia la República Francesa –enero de1939-.
Mujeres rapadas por las fuerzas
franquistas, a las que además se les ha dado a beber aceite de ricino. En el
exceso de imaginación que tiene el ser masculino, hicieron lo mismo los
franceses con sus compatriotas que habían concedido sus favores al enemigo
alemán, y a mitad del siglo XXI son los rusos los que lo hacen con las mujeres
ucranianas capturadas.
Mola
ha sido el que ha fundado la Quinta
Columna Española, cuyos miembros tan buen ejemplo dieron de sacrificar
hasta la propia vida.
-Dos
mujeres valencianas en connivencia con un militar que les proporciona coche y
chófer, van repartiendo comida y ropa a los de derechas que están escondidos.
Próximo el final de la guerra, el chófer se arrodilla delante de ellas y les
pide que intercedan por su causa. Este hombre ha pasado los domingos yéndose a
su pueblo y matando a quien le parecía. ¡Menos mal que solo le daba por los
días feriados!
-Una
joven de 23 años, de conducta un poco casquivana, es apresada y le prometen
dejarla libre si delata a su compañera. La muchacha se muestra heroica y sabe
que cuando todo acabe se comportará igual y prefiere morir. La dejan confesarse
con uno de los numerosos sacerdotes que la acompañan en la prisión y la
fusilan.
-Otra
joven de 18 años, forma parte de una “saca”
de la cárcel en donde está encerrada, y el individuo encargado de fusilarla se
le acerca con un pretexto y le dice que cuando oiga el tiro se tire al suelo. Y
así sucede, y al acercarse a darle el tiro de gracia le dice “quédate quieta que volveré a por ti”.
Cuando lo hace, la mete en la cárcel. ¡Ya está muerta! Y sale tranquilamente
cuando se acaba la contienda. Porque resulta curioso, nos referimos a noticias
suyas de antes de la cárcel, donde nos cuenta cómo ha podido comer un huevo
frito. Consigue una naranja y un huevo, pela la naranja y el poco zumo que cae
lo hace dentro de una paella pequeña, sirviéndole como aceite, y pudiendo freír
el huevo.
De
Franco solo se conocen sus campañas en África, pero entre él y su hermano
Nicolás (1891-1977) se dedican a firmar sus órdenes, como Jefe de Gobierno o
Jefe de Estado, con lo cual se encuentran con estos títulos de facto al acabar la contienda. Al
transcurrir los diez primeros meses de la guerra, ambos bandos se dan cuenta de
que va a durar bastante más. El problema del bando republicano era que tuvieron
que improvisar un ejército popular y tenía que mantener el régimen democrático
que había prometido la República, que estaba a la deriva, la lucha entre los
militares y un presidente –Azaña- derrotista y sin autoridad. Por el contrario,
los nacionalistas desde el primer momento contaron con un ejército fuerte, bien
equipado y disciplinado –el Estado que nació en Salamanca se podía tomar por un
Cuartel-. En la práctica, el mando militar ejercía también el civil y el
político, y todo esto bendecido por la Iglesia. La moral en los dos bandos era
de derrota o de victoria.
La
ideología del Gobierno de la República estaba cambiando de signo, admitiendo en
gran manera a los comunistas. En Valencia, la antecedente de la KGB se
establece en el antiguo Hotel Metropol, y allí se puede ver a Dolores Ibarurri (1895-1989)
–La Pasionaria-, que ha venido al entierro de un comunista muerto,
supuestamente por la derecha. También hay camiones que van distribuyendo por la
ciudad a mujeres de moral distraída, que han reclutado para vigilar puestos
importantes en la ciudad.
Muy grave y que causó
muchas disputas entre el POUM –Partido Obrero de Unificación Marxista- y los
comunistas, fue la muerte de Andrés Nin (1892-1937), al que despellejaron en
vida como a San Bartolomé, dejándolo luego en una cuneta. Para excusarse de su
propia culpa, los comunistas dicen que estaba al servicio de Franco.
Según
muchos franquistas, la victoria del General se debió a sus rezos a santa
Teresa, cuyo brazo momificado tenía encima de su mesa en el despacho.
Escritores
Ignacio Agustí
(1913-1974) escribe en catalán hasta 1937, entonces empieza a hacerlo en
castellano y será el autor de una trilogía que lo hará famoso en toda España y
que todo el mundo leerá: Mariona Rebull.
Clara Campoamor
(1888-1972) huye a Suiza en un vapor italiano. Un grupo de falangistas la tira
al mar con el afán de que se ahogue. Todavía hay personas normales y la salvan.
La novela rosa
edita libros de amor con final feliz. Un autor como Rafael Pérez y Pérez (1891-1984)
vende 4 millones de ejemplares, comprados por gente particular y por los
hospitales de reposo.
Miguel Hernández
(1910-1942) próximo a morir escribe:
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Muere
de hambre en la prisión de Alicante. No ha sido fusilado porque Sánchez Mazas
(1894-1966) le ha rogado por él al general Franco.
El
Consejo de Ministros franquistas no tiene una mesa especial en torno a la cual
reunirse. Preparan de buena mañana un conjunto de mesas con un tapete
adamascado, en torno a las cuales se pone el número exacto de personas que
asistirán. Si un ministro llega y no encuentra su silla, se va: Franco ya no lo
necesita.
POSGUERRA
“En
el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han ocupado las fuerzas
nacionales los últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Burgos, 1.º
de abril de 1939”. Esta noticia se retransmite por radio a
toda España en la voz de Fernando Fernández de Córdoba y además se imprimen
unas postales con el texto y la fotografía del general Franco.
En
el año 1939 ya se imprimen calendarios. Hay uno precioso del artista Sáenz de
Tejada, con un grabado de él y el mes. Supuestamente hay un grabado de Franco
que dice:
“Ni
un hogar sin lumbre,
ni
un español sin pan”.
No es él el autor de algo tan bonito. La
frase es de Carmen de Icaza.
Alegoría, de Sáenz de Tejada
Hay
elecciones como en cualquier país liberal para dar la sensación de que nosotros
también lo somos. Está por ejemplo una que se llama de “tercio familiar” y para
esto se tiene buen cuidado de elegir a una persona muy honesta. Se celebra la
primera votación de esta clase y al llegar a las ocho de la tarde, se cierra el
portal de la finca donde se ha celebrado. Al ir a abrir la urna, se abre
bruscamente la puerta de la calle y entran unos individuos con otra urna
completamente igual que dejan sobre la mesa, llevándose la que está allí. El
presidente de esta mascarada, cuando llega la nueva ceremonia, se encuentra
enfermo y el médico lo confina en la cama para todo el día.
Poco
antes de morir Franco, hay otra convocatoria en que poco más o menos se
pregunta si la población está contenta con la actuación del general Franco. En
la sala donde se celebra, un alguacil escribe sí en la papeleta. El votante va
a depositarla y antes de llegar le detienen dos supuestos caballeros. Leen lo
que pone y le sonríen cordialmente. En el escrutinio final de España salió un
98% de afirmaciones.
La
guerra ha terminado y Franco entra en Valencia vestido de campaña, de pie en un
coche italiano que se llama Balilla, más pequeño que el 600 y que no llegó a
fabricarse en España como los otros Fiat. Pasó por delante del Ayuntamiento en
dirección Plaza de la Reina-Estación, luciendo la sonrisa sarcástica que le
atribuía Pérez de Ayala. Había gente en balcones y ventanas, y en la calle
formando dos filas de las que se separaba gente que se metía por las calles
adyacentes, seguramente en busca de refugio. La disgregación, terminada la
guerra, fue enorme: personas que se perdían en el exilio exterior e interior,
encarcelados, silenciosos y silenciados, luchando, no ya con armas sino con la
palabra, que durante la guerra tuvieron una vida singular y dramática, y que
ahora solo podían luchar con su voz, y si les cogían, su lugar sería la cárcel.
Huyen a pie y algunos en pequeñas barquichuelas hacia Marsella. ¿Llegarán?
Las carreteras son las
mismas que antes de la República y los poquísimos extranjeros que nos visitan
en coche particular, juran que no lo volverán a hacer mientras España no
reforme las redes viales. Algunas ciudades todavía emplean el gas para iluminar
por la noche, aunque en esas horas no circula nadie por la calle. Forma de
viajar entre Valencia y Madrid, fuese particular o pública, se tardaba todo un
día debido a la dificultad del Puerto de Contreras entre las provincias de
Valencia y Cuenca. Se tardaron 20 años en construir una alternativa con la que
prescindir de él, con lo cual, en vez de un día entero en llegar a destino, se
tardaba una mañana o una tarde. Con la nueva carretera no hacía falta parar a
mediodía a comer en Requena. También se podía viajar en coche-cama y solo se
tardaba 12 horas. Posteriormente se llegó al avión. Se sabía que eran aparatos
norteamericanos porque no existía la butaca número 13 y el ejército nos dejó
sus aeropuertos hasta que existieron los civiles. Actualmente se están
mejorando las últimas pistas y terminales de pasajeros en el aeropuerto de
Valencia.
El
general Franco habla con sus tenientes generales y les convence de que España
volverá a ser una monarquía, pero en el momento oportuno que él decidirá cuál
es.
En
1938 nombra a don Pedro Sáinz Rodríguez, Ministro de Educación Nacional –que sustituye
la anterior denominación de Instrucción Pública- que implanta un nuevo plan de
bachillerato. Consta de 7 años, contempla ciencias y letras, dos idiomas
antiguos –latín y griego- y dos modernos –francés y alemán-. Este último se
cambió por inglés poco tiempo antes de que Alemania perdiese la guerra.
Entonces se dijo que nuestro bachillerato era igual al alemán, en cuyo caso no
había nada que objetar, porque los alemanes han dado ejemplo de cultura y
nuestro plan no quería otra cosa que prepararnos para entrar en la universidad,
pero si no lo hacíamos, darnos un baño de cultura que nos permitiese no hacer
el ridículo en cualquier reunión. Dicho esto sin intención de comparar con
épocas posteriores. Don Pedro era monárquico, pero de gran valía. En cuanto
hubo hecho su trabajo, el General lo cambió por Ibáñez Martín, que no le
llegaba a la suela del zapato.
En
los pueblos la enseñanza es muy distinta; no prepara para entrar en la
universidad. Poco a poco va cambiando y actualmente hay colegios e institutos
como en cualquier capital.
“Sufrir
es malo, haber sufrido es bueno”.
Agustín de Hipona
Salazar Chapela
El escritor republicano
Salazar, que estuvo en Valencia escribiendo su página diaria sobre la guerra
mientras duró la estancia del gobierno, nos habla de la Valencia de aquel
momento. En su libro En aquella Valencia
nos relata sobre una ciudad pequeña –300.000 habitantes-, que toma tintes
internacionales por la presencia de tanto intelectual. Se bombardea desde que
el Gobierno se ha trasladado allí. Se pone de moda pasear por la calle de la
Paz, que se continuará en la posguerra por los jóvenes. Se saludaban diciendo “adiós”,
naturalmente, porque durante la guerra se decían “salud”. Este término se usaba
ya en el siglo IV y lo adoptaron los progresistas para no dirigirse a la
divinidad.
Los adultos visitan un café
muy elegante de estilo art decó, llamado Ideal
Room, donde toman aperitivo. Durante la guerra iban intelectuales y gente
de pro y en la posguerra iban a oír al violinista Camps, músico de gran
prestigio y a tomarse una tacita de algo. A la noche se volvían donde
pernoctasen, sin saber si cenarían o no. En la calle de la Paz se construyó Vodka, cuyo nombre pasó a ser Navarra.
Ideal Room,
situado en la esquina de la calle de las Barcas con Pascual y Genís, era el
lugar de encuentro de intelectuales y gente de la cultura valenciana y
española. En este café tenían lugar interesantes tertulias literarias durante
los años de la Guerra Civil, cuando Valencia se convirtió en la capital de la
República.
Allí,
habitualmente, te podías encontrar con Josep Renau y su, entonces novia,
Manuela Ballester (una pintora de altísimo nivel), al escultor Antonio (Tonico)
Ballester, al periodista Esteban Salazar, al historiador y erudito Sanchis
Guarner (muy conocido por su libro La
ciudad de Valencia), a los poetas Miguel Hernández, León Felipe, Juan
Gil-Albert y Rafael Alberti o al escritor Max Aub.
Campo abierto
(1951), nos describe el café: “El local
está repleto. Los veladores de mármol lechoso, el piso de baldosines blancos y
negros, los espejos que recubren las paredes, los ventiladores que cuelgan del
techo y se esfuerzan en vano en refrescar a los que toman helados (horchata,
blanca; leche merengada, espolvoreada de canela; mantecados, amarillentos;
café, moreno oscuro)…”
Lo
que poca gente sabe es que en la parte trasera del café, se jugaban autenticas
timbas de póquer, con fuertes apuestas.
La
Real Sociedad Valenciana de Agricultura nace en 1858 a instancias de la Junta Provincial de Agricultura que
presidía el Gobernador Civil D. José M.ª Ferrandis Estruch, y es elegido como
su primer presidente D. Joaquín Carrascosa, canónigo de la Catedral y profesor
de Botánica. Aprobados sus estatutos en 1859, se establece como principio
fundacional y objetivo esencial “el fomento de la agricultura en todos sus ramos y la protección y
defensa de los intereses de los propietarios agrícolas y labradores”, lo que llevaba implícito un claro
espíritu innovador y de progreso que siempre ha marcado la ejecutoria de esta
institución valenciana.
En 1936 los locales
sociales y de administración fueron ocupados por Izquierda Republicana,
desapareciendo la mayoría del archivo y gran parte de patrimonio mobiliario y
artístico. Tras la contienda, la Sociedad instaló en su salón principal un
comedor de Asistencia Social y fue recuperando su actividad corporativa hasta
retomar la organización de eventos culturales y sociales como antaño.
En
1942 el arquitecto Gómez Davó proyecta la reforma integral, que se ejecuta
entre 1950 y 1970, siendo presidente D. Juan Colomina.
En 1964 se firmaba la cesión municipal de los terrenos para
el ejercicio ecuestre y actividades recreativas, lo que dio lugar a un
espléndido período de treinta años en que se promocionó el deporte hípico y se
organizaron numerosos concursos nacionales e internacionales.
Entre
los presidentes que ha tenido la Real Sociedad, veinte fueron prestigiosos
militares, doce notables juristas y la mayoría destacaron en la política como
alcaldes de Valencia, presidentes de la Diputación, senadores, diputados, etc. El Rey D. Juan Carlos, que ostenta la Presidencia de Honor de la
Institución, le concedió en 1998 el título de Real.
De todo lo reseñado se
colige la larga y fecunda vida de la Real Sociedad Valenciana de Agricultura y
Deportes, que desde hace más de 160 años es un referente de primer orden en la
vida económica, social, política, cultural, recreativa, festiva y deportiva de
Valencia.
A
mucha gente se le devolvieron sus bienes, pero a otros se les expropiaron, por
ejemplo al Ateneo Mercantil que pasa a ser Sede de Falange Femenina –Sección
Femenina- hasta 1950.
Falange
Femenina o Sección Femenina de Falange Española de las JONS, que se instala
allí hasta 1950 en que se devuelve a sus legítimos dueños. Las mujeres que
trabajan en ella se distinguen por su amabilidad y simpatía y por la ayuda que
prestan a las que no quieren hacer los seis meses. La directora general es
Pilar Primo de Rivera (1907-1991), una verdadera señora, nombrada para alto
cargo por el general Franco.
A
esta organización pertenecen los “Círculos Medina”, formados por mujeres con
grandes títulos académicos que dan unas conferencias maravillosas, adonde no va
gente porque son de Falange.
En 1948 Franco empieza
a hablar con don Juan de Borbón para restablecer la línea monárquica. Don Juan
Carlos viene a España a estudiar su bachillerato con un grupo de aristócratas y
luego va a la Academia de Zaragoza, donde los compañeros le llaman SAR, con
gran indignación del duque de Martínez Campos, tutor del rey, por la falta de
respeto que supone el llamarlo de ese modo.
Franco con don
Juan de Borbón en el Azor
Cualquier ciudad está
bien tomada cuando viene Franco o un grupo de ministros, porque se ve a los
soldados con fusil por encima de los tejados.
En la calle de la Paz,
esquina a la Plaza de la Reina, hay un café grande siempre lleno y al lado una
tienda que se llama Madame X, donde
las mujeres gordas tratan de mejorar su presencia utilizando un trozo de tela
de goma, el cual necesita una gran cantidad de polvos de talco, para deslizarse
sobre las carnes de dichas señoras. Ahí se produce una fricción con el calor
que la acompaña, que supuestamente va a disminuir la grasa de la sufriente.
Una
señora que las usa, acepta la invitación de una amiga a su finca campestre. Van
de excursión. Los niños que van detrás de ellas, observan que por sus piernas
bajan una especie de gachas y se lo advierten: son los polvos de talco junto a
la sudoración de la dama. Madame X
acaba rápidamente. Enfrente de su tienda hay unos grandes almacenes llamados El Águila, el primero que hubo en España
ocupando el bajo y unos pisos de la finca que hay entre las calles Luis Vives y
Poeta Querol. Actualmente los bajos son pequeñas tiendas.
Las chicas pasean por
la calle de la Paz, por la acera que va del Parterre a la Plaza de la Reina y
los chicos en la acera opuesta. Si a alguno le gusta alguna chica, se pasa a la
acera de ella y a la tercera o cuarta vez que lo hace, si ella no lo despacha,
se supone que lo acepta y se convierten en novios.
Ahora empieza para la
chica lo que se llamaba el período de ausencia: salir solo con la mamá, con
las hermanas y alguna visita, pero nada de amigas ni de juergas, como no sean
con el novio delante; pero este puede hacer lo que quiera, hasta que finaliza
la carrera y se sitúa laboralmente. De ahí:
Sábado sabadete,
camisa limpia y
polvete.
Es raro que pasado un
tiempo, él se la deje a ella, pero si así ocurre ya tenemos a una “solterona”,
porque ¿qué habrán hecho durante todo el tiempo de noviazgo?
Salazar Chapela –que se
ha ido a ocupar su cargo como Cónsul en Glasgow antes de acabar la contienda- colabora
con la BBC y dice: “No se publica nada,
como no sean jaculatorias al Caudillo”. Desde Londres puede coger emisiones
radiofónicas de Madrid, La Coruña y Málaga.
En España podemos coger
todas las emisiones de la BBC, solo que hace falta tener un buen aparato de
radio, cosa que no se fabrica todavía en nuestro país, y tampoco se puede importar.
Algunos señores muy avispados compran radios de galeras y oyen las emisiones
haciendo un esfuerzo porque las interferencias que se hacen desde España son
continuas y solo van cesando en el momento en que Alemania empieza a perder la
guerra. Es interesante oírlo porque evidentemente son distintas las emisiones
que se oyen desde el extranjero a las nacionales.
La
paz no fue tan hermosa como había parecido y en Europa empieza la Guerra Fría.
Los Estados Unidos se ven en la necesidad de estar en esta parte del mundo, y
en septiembre de 1953 firma con España el primer convenio que significaba un
cambio en la política económica, con una tímida apertura en cuestiones
turísticas, culturales y religiosas. En las décadas de los 50 y 60 va cambiando
la mentalidad de los adolescentes que no han conocido la guerra y que piensan
que hay que plantarle cara a la vida de otra manera, sin que quiera decir que
otra forma de pensar va a acabar inmediatamente en otra forma de actuar.
El
general Eisenhower ha tenido un coche a su servicio conducido por una mujer
–muy atractiva, por cierto-. Nuestro Nobel Cela le da el nombre de “choferesa”,
que según él es el femenino de chófer.
Siendo presidente de
USA Eisenhower, obsequia a nuestro Jefe de Estado con una radio que se conserva
en la habitación de matrimonio del Pardo. Un aparato mediano, que lo único que
tiene de particular es que demuestra que en España no se fabrican todavía. Lo
único que existe son transistores que se usaban hasta trabajando, para poder
oír la novela de las 5 de la tarde, que era de Sautier Casasecas, en cualquier
lugar.
Aprovechamos para hacer
un elogio de NODO, aunque hay españoles que se niegan a oírlo y prefieren
pasear por el hall del cine hasta que
va a empezar la película. Bien es verdad que por obligación tienen una primera
parte dedicada a las “ilustres” personalidades del terreno, pero la segunda nos
permite conocer la vida cultural del resto de España, ya que es muy interesante
hasta desde un punto de vista anecdótico. Sin embargo, lo que es angustioso es
que a determinada hora de mediodía y de la noche se corten todas las emisoras
de España y solo podamos oír Radio Nacional para escuchar “lo bien que vivimos nosotros”.
La
relación entre hombre y mujer, sin la cual el mundo no anda, era lo más
importante y en la que, tanto las propias familias como la Sección Femenina se
metían a indicar cómo debía de ser. Las muchachas podían optar a lo que ahora
se llama vida consagrada, a lo cual nadie se podía oponer y gozaban de cierta
libertad mientras no entraban en el convento. Las deseosas de contraer
matrimonio estaban aconsejadas por la Sección Femenina, la familia y la
sociedad en general. Debían ser modestas, discretas y no llamar demasiado la
atención.
Severo
Catalina, en su libro La mujer, dice:
“toda mujer tiene un niño dormido en el
corazón”.
Las
muchachas españolas están dispuestas a darlo, pero a través de un legítimo
matrimonio. Lo que no quieren es quedarse solteras porque con los años se
convierten en “solteronas” y es un apelativo que no le gusta a nadie.
Tú eres una y yo soy uno,
una y uno que son dos,
dos que debieran ser uno.
¡Ay que lo quisiera Dios!
Este
cuarteto se refiere, más que nada, a la intervención que tienen los padres en
el matrimonio de las hijas. Muchas de ellas se casan con hombres del agrado de
sus progenitores, sin que sea el que ellas hubiesen elegido, pero se acomodan a
la situación.
¿Cómo
visten las mujeres de aquel tiempo? En una época de penuria, las señoras
seguían teniendo su costurera semanal, las cuales cosían los vestidos más
corrientes para ellas y sus hijas. Para más vestir, muchas acudían a modistas
que son buenas pero más caras, y sobre todo hay una llamada Elena Rodríguez,
que hubiese llegado a la altura de un Balenciaga, si no hubiese sido porque un
cáncer se la llevó a una temprana edad. No había boutiques en el sentido que hay ahora, y una muy elegante llamada
Mellado en la calle de la Paz, tuvo que cerrar por falta de clientes, siendo
así que tenía prendas únicas y preciosas.
Afortunadamente
se pueden hacer guantes en España, porque tanto hombres como mujeres los
llevan. Es costumbre de largo tiempo el que los caballeros besen la mano de las
señoras casadas o viudas. Naturalmente es un simulacro, porque la señora no va
a quitarse el guante cada vez que se encuentra en esa situación. Esto son
gestos físicos pero también los hay morales: a una señora o señorita, se le da
siempre la derecha, se la deja pasar delante, se le abre la puerta, se le
retira y se acomoda la silla, y por supuesto nada de contacto físico de ningún
tipo. Y todo un etcétera de ayuda y protección, porque lo que si está permitido
es tomar del brazo al cruzar una calle o casos similares.
En algunos colegios se
llevaban guantes de algodón azul oscuro para diario y blancos, igual que el
uniforme, para los días de fiesta.
La
piel de zorro era lo más elegante como chaquetón o estola. También se usa para
edredones de cama.
¿Y
los sombreros? También había buenas sombrereras entre las que sobresalía “la
Bailach”. Las señoras no renunciaban a ponerse su sombrero los domingos por la
mañana al ir a misa e iban así a la de una del Patriarca, donde se encontraban
la severa figura del portero, Bautista, vestido de pontifical, porque el entonces
Beato Juan de Ribera había escrito que las mujeres fuesen ataviadas con
mantilla. Las señoras se iban corriendo a cambiarse porque ir al Patriarca
entonces era como ahora: más elegante. La mujer española no ha utilizado el
sombrero para ir por la calle los días corrientes, como ocurre en otros lugares
de Europa, ni las cocineras de casa importante para ir al mercado.
Por
supuesto, ni se pensaba entonces que una mujer fuese ataviada con pantalones masculinos.
En 1935 se crea el Corte Inglés como hoy lo conocemos. En el de la Avenida del
Generalísimo, en Madrid, se venden pantalones tipo “pescador”, que se los ponen
unas jovencitas muy atrevidas. Tampoco se pensaba que fuese una cabeza
descubierta y un Concilio se lo ha permitido.
¿De
dónde salen las ideas para copiar modelos? De algunas revistas, sobre todo si
son francesas, porque era Francia quien marcaba la moda. Y hablando de revistas
francesas, a una señora que está suscrita a una publicación elegantísima de
arte, llegan a su domicilio un día dos policías muy confusos, porque es algo
que se dan cuenta que no puede haberlo hecho aquella mujer: incluir 700 dólares
en su interior. Naturalmente la señora deja la suscripción porque no quiere
verse metida en una mazmorra.
Las
señoras, tanto como las jóvenes, llevaban corsé con ballenas porque en España
no se conocía otra cosa y las tiendas estaban en plantas bajas, donde se
encargaban. ¡Qué delicia encontrar la faja francesa Scandale!, toda de goma y
sin ballenas.
¿Y
las medias? De dos clases: de seda natural y de seda artificial. Las primeras
se usaban solo en días de fiesta o acontecimientos. Se notaba mucho la
diferencia con las de seda artificial, pero el uso de estas últimas propició la
creación del trabajo de remalladoras, para “coger los puntos” cuando se hacían
carreras. Como muchas mujeres estaban acostumbradas a llevar medias, aun en
verano, había un producto también nacional que se usaba para pintar la costura
posterior que llevaban algunas medias.
El
traje de baño es más decente que cualquier traje de calle. Se puede usar en
cualquier sitio pero tiene un enclave particular: un trozo de playa que se
llama Benimar, y está colocado de tal forma que se den cuenta los bañistas de
que separa la zona de las mujeres de la de los hombres.
Los
productos de belleza también eran españoles. Había un perfume cuyo nombre era
Maderas de Oriente. La botella era de estilo moruno y en su interior había una
maderita flotando. En aquel momento se fabricaban en España productos
cosméticos y las peluquerías estaban abiertas y los utilizaban. Las madres
llevaban a la peluquería a las hijas pequeñas para cortarles el pelo y hacerles
tirabuzones, que estaba de moda hacerlos para la primera comunión y algunas
fiestas muy especiales. Se hacían con unos “chufos” largos y redondos. No se
podían deshacer durante los días que quisiesen mantenerse, lo cual provocaba
unos picores que daba la sensación de tener piojos.
¿Y los hombres? Dado
que el paño de ropa masculina estaba muy caro y los servicios de sastre
también, después de la guerra se hacía lo que se llamaba “volver un traje”. Ese
trabajo solo se notaba por el lugar que ocupaban los botones. Nadie se permitía
burlarse de esta costumbre, porque a ella acudían casi todos.
¿Dónde se conocían
ambos sexos? Las que tenían hermanos mayores, conocían en su propia casa a los
amigos de estos. Las otras, en un conocimiento familiar fortuito, o en algún
guateque. El problema es que había muchas más mujeres que hombres, debido a la
mortandad que había producido el frente.
Había
un modo muy curioso de casarse y era hacerlo con la cuñada. Era una época en
que había muchos más hijos que en la actualidad y las muertes por parto eran
más frecuentes, con lo cual siempre se propiciaba el matrimonio del viudo con
alguna de sus numerosas hermanas políticas. Así los hijos no dejaban de ser
hermanos y todo quedaba en familia.
Se conocían también a
la salida de misa dominical, donde chicos y chicas se paraban en la entrada
para hablar un poco y en las puestas de largo y bodas. La puesta de largo había
quedado como un remanente de la época de la monarquía, pero era una fiesta muy
cara y las jóvenes aprovechaban fiestas públicas y socialmente muy importantes
para asistir con su primer traje de noche, pero sin dar una fiesta en su casa.
En ese tiempo se
conocía la poesía romántica, de amor y desamor. Ejemplo de ello tenemos el
poema de Zorrilla Corriendo van por la
Vega.
Corriendo van por la vega
José Zorrilla
Corriendo van por la vega |
En todo el mundo estaba
de moda el booge-booge y se veía
bailar en las películas. Esto en España ni se le ocurría a nadie practicarlo.
Lo que sí estaba de moda que se bailara era el slow, sobre todo el llamado Begin
the Beguine.
Las bodas, dado que
existía el ayuno eucarístico, se celebraban a mitad de mañana y después se
ofrecía un lunch que podía ser más o
menos caro o barato, según el presupuesto de la familia. Lo que no se podía era
repetir vestido, por lo que la familia debía hacer ahorros suntuarios.
Por
cierto, las bodas solo se celebraban en el Camarín de la Virgen, no en la Basílica
propiamente dicha.
En
cuanto a los vehículos, que se les llamaba “Haiga” –automóvil grande y
ostentoso de origen normalmente norteamericano- y que podían comprar solo los
que tenían un amigo en Madrid, que solventara las posibles irregularidades.
Otros coches más antiguos eran los de doble embrague.
fff
Franco,
aparte de suerte, no sabemos la inteligencia que tuvo, pero sí que supo aceptar
los buenos consejos que le dieron, por ejemplo la constitución de Regiones
Devastadas, en las que un grupo excelente de arquitectos restauró las obras de
arte –edificios emblemáticos- que se habían perdido durante la guerra. También
creó el Instituto Nacional de la Vivienda. En España no solo se perdieron
viviendas a causa de los bombardeos, sino que antes de la guerra habían muchos
hijos que al casarse iban a vivir con los padres al no tener medios para una
vivienda propia. Se daba el triste caso de que un matrimonio tenía que ir a una
casa de citas a cohabitar ya que la presencia de los hijos les impedía hacerlo
en su vivienda. Con préstamos muy
beneficiosos, los españoles consiguieron por fin el sueño de toda su vida,
adquirir una casa en propiedad.
Para
trabajar en domingo había que pedir permiso al cura, pero ¿por qué también a la
guardia civil?
¿Cómo
funcionaban los teléfonos? En las capitales de provincia, marcando directamente
por medio de teléfono que se poseía el número con el que se quería comunicar
dentro de la misma ciudad; pero de una ciudad a otra había que llamar a la
Central Telefónica para pedir que le comunicasen con otra ciudad, y a veces
había que esperar todo el día.
Lo
que sí brilló en España fue la representación teatral, naturalmente sin que se
tratase de obras de autores prohibidos. Gracias sobre todo a la actuación de
Luis Escobar, Marqués de las Marismas del Guadalquivir. A este respecto hay que
decir que el Gobierno nunca prohibió la representación de las obras de teatro
de Federico García Lorca. Fue Isabel García Lorca la que negó las
representaciones de su hermano mientras no existiese la democracia. Sin
embargo, los españoles hemos dado a la escena francesa una de sus mejores
actrices: María Casares, hija de un gran político republicano, Santiago Casares
Quiroga.
María Casares
Se dice que en esos
momentos se lee lo que se ha leído siempre y las obras nuevas de uno y otro
bando. La Generación del 27 es la más leída sin hablar de sus autores, pero si
nos referimos a las novelas, hay quien sostiene que es Sánchez Ferlosio –hijo de
Rafael Sánchez Mazas-, quien con su novela El
Jarama intenta cambiar el sentido y el modo de escribir. Es un rollo. La
novela que de verdad lo hace es Nada
de Carmen Laforet, porque narra –¡en aquellos momentos!- la vida de una joven
que se va a vivir sola para poder estudiar.
Carmen Laforet
Poema de Juan Ramón
Jiménez –premio Nobel de Literatura de 1956- que hay al comienzo del libro Nada. Arrasó.
Nada.
A tu abandono
opongo la elevada torre de mi divino
pensamiento.
Subido a ella,
el corazón sangriento verá la mar,
por él empurpurada.
Fabricaré en mi sombra la alborada,
mi lira guardaré del vano viento,
buscaré en mis entrañas mi sustento...
Mas, ¡ay!, ¿y si esta paz no fuera nada?
¡Nada, sí, nada, nada...! -
O que cayera mi corazón al agua,
y de este modo fuese el mundo un castillo hueco
y frío...-
Que tú eres tú, la humana primavera,
la tierra, el aire, el agua, el fuego,
¡todo!,...
¡y soy yo sólo el pensamiento mío!
Juan Ramón
Jiménez
Muere en el año 1958 en
Puerto Rico, a causa de un cáncer.
El hambre fue terrible,
paliado solo por Auxilio Social y los donativos en género: de las familias que
podían dar un café con leche con pan por la mañana a indigentes, a invitar a
comer a señoras que solo conservaban el nombre ilustre, invitar también el día
del plato único, etc.
Valencia es tierra de
naranjos, pero hay determinados sitios donde están desde hace muchos años. En
la mayoría de pueblos cuando se acaban las viviendas empiezan los algarrobos.
Durante la república los propietarios de ellos se quejaron a un ministro de
agricultura –Domingo- el cual les dijo que no plantasen todos los años sin
tener en cuenta que un algarrobo necesita unos 300 años para convertirse en
adulto. Acabada la guerra se fueron quitando los algarrobos para sustituirlos por
naranjos. El Gobierno autorizó a las personas que tenían tierras a utilizar
cierta cantidad de estas para plantar trigo, con lo cual hacían el pan en casa
y podían tener la dicha de comer un pan con el principal ingrediente. En los
colegios, por mucha categoría que tuviesen, tenían que comprar el pan en los
hornos y no era de muy buena calidad, pues tenía de todo menos trigo.
Respecto al café,
estaba tan racionado que había que usar achicoria o bien hacer una operación
que resultaba una verdadera porquería, pero por lo menos tenía el gusto del
café: se depositaba una cantidad de café molido dentro de un calcetín –sin
usar, claro-, y cuando el cazo que se había puesto al fuego empezaba a hervir,
se metía el calcetín dentro de él y al tomar el sabor propio del café, se
retiraba y se guardaba para otras ocasiones. Así hasta que el agua no tomaba
ningún color, con lo cual se cambiaba por un relleno nuevo.
En la capital había
pocos recursos; se tenía que acudir a comprar a los pueblos, pero con un
inconveniente: a la entrada de las ciudades estaba “Consumos” que hacía parar a
coches y autobuses para ver si llevaban alimentos y hacerles pagar un impuesto
que consistía en 10 céntimos. Para conocer el valor del dinero, hay que tener
en cuenta que señoras piadosas que veranean en los pueblos, todas las mañanas
preparan dos capacitos, uno con monedas de 5 céntimos y otro con las de 10, y
les dicen a los de la casa: cuando llame un pobre del pueblo se le da 10
céntimos y si es forastero, solo 5.
En
Tavernes Blanques hay una carnicería donde toda Valencia va a comprar –y de
paso lo hacen en la fábrica de Lladró que está enfrente, que tiene piezas
rebajadas-. Años después, un hijo de esta carnicería será el dueño de
Mercadona.
fff
A
punto de acabar la guerra, el general Franco envía a su cuñado Ramón Serrano
Súñer a Italia, a fin de que se entreviste con Mussolini, fundador del
Fascismo, aunque entre las políticas de él y de Franco hay pocos puntos de
unión, como los hay con el fascismo joseantoniano.
¿Hubiese
sido muy oneroso para Serrano acercarse al Gran Hotel de Roma y saludar a don
Algonso, que conservaba su título? Entre la política y la educación debe haber
un punto de encuentro.
Acabada
la guerra, don Alfonso escribe una carta a los españoles ofreciéndoles su
persona. Aunque Franco les ha dicho a sus generales que repondrá la monarquía a
su debido tiempo, se indigna ante la carta de don Alfonso y amenaza con
castigos a los que la exhiban o hagan propaganda de ella. La suerte continúa
persiguiéndole, ya que en 1941 muere don Alfonso y su cuerpo no será llevado al
Escorial hasta 1980.
El
general Franco se da cuenta de que hace falta volver al servicio militar y
vuelve en 1940 con una duración de 3 años, con lo que consigue que aprendan a
leer y escribir, y a que cada batallón tenga un sacerdote que se ocupe de su
formación religiosa. Para estos chicos que vienen de ambientes muy sanos, no es
bueno porque atenta contra su salud: muchos se contagian de tuberculosis.
Recordemos que aunque tienen la penicilina ya en 1945 en Estados Unidos, en
España de extraperlo se utiliza desde 1944 y es el único medicamento que
erradica la enfermedad. Si un muchacho tiene un empleo, la empresa está
obligada a guardárselo mientras cumple su servicio militar.
El
“servicio doméstico” era normalmente mal tratado por la clase a la que servía
–ya lo dice la canción de una zarzuela Pobres
chicas, las que tienen que servir…- En sus escritos nos hablan el conde de
Foxá y Wenceslao Fernández Flores de este trato. No obstante había familias que
las trataban como si perteneciesen a la suya, y ellos se lo agradecieron con su
devoto servicio. Hasta el año 1978 en el que ya se habla de un régimen especial
en la seguridad social que reconoce este empleo. Actualmente hay muy pocas
empleadas de hogar internas y quedan sustituidas por las asistentas.
Camilo
José Cela nos cuenta en su novela San
Camilo 1936:
“Una señora de moral un poco frágil va a
recoger el cuerpo de su sobrino, con quien tiene una relación amorosa, al Cuartel
de la Montaña y mantiene con el encargado de este servicio, que no la ha
mirado, el siguiente diálogo:
-Vengo a recoger el cadáver de mi
sobrino.
-¿A qué bando pertenecía?
-¿Usted me ha mirado bien?
El encargado la mira y tiene bastante
información para buscarlo”.
fff
Pero el tiempo pasa y
años después los niños que nacen no quieren que les hablen de rollos. Las
chicas empiezan a ir a la universidad y creen que las relaciones
prematrimoniales no tienen importancia. La guerra ha terminado.
Porque
como dijo el poeta Campoamor:
En este mundo traidor,
nada es verdad ni es mentira.
Todo es según el color
del cristal con que se mira.
fff
https://www.youtube.com/watch?v=vY5WPKFeZF8
https://www.youtube.com/watch?v=updNZpwGGZc
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