lunes, 27 de febrero de 2017

Los 24 violines del rey

Los 24 violines del rey

A Gloria y a Chimo, pilares de este Blog





Música de Cámara, como su nombre indica, era la que se componía para ser interpretada en una estancia, en contraposición a la ópera (teatro) y la música sacra (iglesia). Esta estancia podía ser la sala de estar, el hall de entrada, el comedor, los jardines… Surge en la segunda mitad del siglo XVI.

Sus ejecutantes eran grupos reducidos de músicos. ¿Con qué clase de instrumentos? Primero solo de cuerda (violín, viola de gamba, viola, violón, violonchelo); posteriormente se incorporan los de viento (trombón, trompa, oboe, fagot, flauta dulce, flauta travesera…); el “tono” lo da un teclado, el del clavecino, por ejemplo. Al principio no tienen un director fijo, sino que cualquiera de los componentes podía ejercer esta función.

Es en Italia donde nace este tipo de música, pero pronto se extiende a los demás países europeos. ¿Y en Francia? Los grandes nobles tenían a su servicio uno de estos conjuntos musicales, entre los que destacaba el del rey.

Luis XIII (1601-1645) accedió al trono siendo todavía niño; tímido y traumatizado por el asesinato de su padre ante sus propios ojos y una duda terrible: ¿formó su madre, María de Médicis, parte en la conjura? De adulto fue taciturno, pero siempre pendiente del engrandecimiento de Francia. Era culto y sensible, amante de las bellas artes, tenía mano para el dibujo, y su pequeña orquesta aumentó el número de los miembros hasta llegar a 24 (hacia 1626).

A su muerte, su heredero, de solo 4 años, pero que en la adolescencia se revela ya como un genio, hereda sus aficiones estéticas y musicales y el embrión de 2 obras que él desarrolla en todo su esplendor: una orquesta y un edificio que, con el tiempo, se convertirá en Versalles.

Y ¿qué son los veinticuatro violines del rey? (Les vingt-quatre petits violons du Roi)
Conocida también como la Gran Banda, fue una famosa orquesta de cuerda que existió en la corte real francesa. Inicia su andadura bajo el reinado de Luis XIII y alcanza todo su potencial con el de Luis XIV (1638-1715).

Bajo la dirección de Lully se convierte en la precursora de las actuales orquestas sinfónicas. Aunque en 1498 ya se había fundado la Staatskapelle de Dresde, ésta nunca reclamó la primacía sobre la orquesta real francesa, quizás porque Dresde no pasaba de ser un Land alemán, mientras que Francia ya era una nación.

La actual Orquesta Estatal Sajona de Dresde fue fundada y protegida por sus príncipes de los siglos XV y siguientes. De su importancia como organismo musical nos hablan el magnífico edificio que la alberga y la fama de sus directores, entre ellos Weber y Wagner. Richard Strauss estuvo muy vinculado a ella ya que estrenó sus obras.

Es difícil valorar tanto la técnica como los sentimientos que provoca un conjunto de hombres intérpretes de música con las mejores calidades ante otro grupo de hombres; sin embargo, he aquí las que en el presente se consideran como las más renombradas Orquestas de Europa y EE.UU. de América.

Las cinco orquestas de música sinfónica más famosas de Europa:
Filarmónica de Berlín, Filarmónica de Viena, Concertgebouw de Amsterdam, Sinfónica de Londres y Filarmónica de San Petersburgo.

Las cinco orquestas de música sinfónica más famosas de EE.UU.:
Filarmónica de Nueva York, Sinfónica de Chicago, Sinfónica de Boston, Orquesta de Filadelfia y Filarmónica de San Francisco.

La Gran Banda tocaba en actos oficiales, amenizaba las cenas del rey, animaba las reuniones del monarca con sus nobles y alegraba los bailes. En las festividades religiosas era la orquesta de la Capilla Real la que interpretaba música sacra. Ambos grupos se fusionaron en 1761.

Todas las mañanas en la Capilla de Versalles se cantan motetes. Luis tiene costumbre de acudir acompañado de sus nobles: algunos bostezan, las damas ocultan bajo las tapas de sus devocionarios novelas de éxito.

Un día el rey se retrasa. El capitán de la guardia comunica a los presentes que no acudirá y, cuando al fin lo hace, se encuentra la capilla vacía. El militar le cuenta su farsa y los dos ríen. ¡Qué no habrán visto ambos hombres!


El rey recibe a los Caballeros del Espíritu Santo

¿Qué se requiere para formar parte de “los 24 violines”? Ser intérpretes excelentes, cultos, pertenecientes a familias de conducta intachable y… buenos católicos; en contrapartida no pagaban impuestos y tenían derecho a llevar estoque. El más importante entre ellos fue Juan Bautista Lully, primero como violinista y luego como director.

Se vive un momento en que cada compositor “escribe” su música como le place; los hay que utilizan números o letras o la combinación de ambos; también se usan “notas” con o sin pentagrama. Lully impone su forma, que es la que de manera rápida se adopta en el ámbito musical europeo y que actualmente se emplea a nivel mundial. Es indudable que Lully cuidaba a sus músicos, que debían de sentirse agradecidos y admirarle; el maestro les enseña a leer sus partituras, pero es un solo aprendizaje puesto que en adelante las de todos los compositores se escribirán de la misma manera.

El conjunto musical real empezó solo con violines; Lully amplía el número de los instrumentos de cuerda y añade los de viento, aunque conserve el nombre inicial.
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¿Y los instrumentos de percusión? Los tambores son ancestrales, pues ya los utilizaban las tribus primitivas, pero en Europa solo se usaban en las paradas y marchas militares, en la guerra y para llamar la atención, convocar, silenciar al pueblo… Lully incorpora estos instrumentos (tambores, tamboriles, timbales…) a sus composiciones y, por supuesto, lo mismo hacen imitándole el resto de compositores, tanto franceses como europeos.

En la época actual los franceses han recreado una orquesta igual a la de “los 24 violines del Rey”, con la que han dado algunos conciertos y que “suena” como la de la época. También se han rodado películas y escrito libros sobre Lully y su obra musical.

Desde 1987 existe el CENTRO DE MÚSICA BARROCA DE VERSALLES, dedicado a la investigación, formación, labor artística y cultural, programación de conciertos y espectáculos que recuerdan la espléndida música compuesta en los siglos XVII y XVIII por Lully y tantos otros, y bastante olvidada tras la Revolución y el siglo XIX.

Y ¿quién es Lullly? Ahora lo veremos.




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