martes, 21 de marzo de 2017

Los Mercedarios

                                                              Pedro Nolasco y Jaime I.- Alonso Vázquez
¿Quién era Pedro Nolasco? Nacido en Mais-des-Saintes-Puelles (Francia) entre 1182 y 1189 y muerto en Barcelona entre 1256 y 1259. La madre lo había formado en los principios de amor y entrega al prójimo; el padre muere joven, dejándole una considerable fortuna. Su profesión de mercader le permite viajar y entrar con facilidad en reinos moros y así en 1203 le vemos en Valencia rescatando esclavos a los sarracenos. Agota sus bienes y ha de buscar amigos que le ayuden, con sus aportaciones económicas, a conseguir la libertad de los que la han perdido. No solo los que están en su entorno, sino también los que se encuentran en tierras de las que les separa el mar. Finalmente se le aparece la Virgen de la Merced y le pide que le haga la merced -¡perdón!- de fundar una orden religiosa que, bajo la protección mariana, se dedique a liberar a cristianos encarcelados.

Nombre oficial: Real y Militar Orden de la Bienaventurada Virgen María, en su advocación de la Merced, y la redención de los cautivos de Santa Eulalia
Siglas: O. de M., y el nombre común con el que se conoce a sus miembros: mercedarios. Recibe la aprobación por Bula de Gregorio IX entre 1230 y 1235; se rige por la Regla de San Agustín con Constituciones propias y su hábito es blanco, así pensado por el color de la indumentaria que se utiliza en tierras donde vivirán y hasta morirán al hacer trueques para salvar a los apresados.

Contemporáneos y compañeros del Fundador:


-Raimundo de Peñafort (1175-1275), de ilustre familia catalana. Dominico. Patrono de los juristas. Ayudó tanto a Nolasco que en la Orden se le considera cofundador. Autor de un libro muy consultado por confesores sobre “casos de conciencia”. Se dice que extendió su capa sobre el mar y, subido en ella, pudo llegar desde Mallorca a Barcelona en pocas horas.


-Serapio (1179-1240), irlandés. Luchó al servicio de Ricardo Corazón de León. Posteriormente vino a España para participar en la Reconquista. Conoció a Nolasco y entró en la Orden. Participó en varios rescates pero, al no poder pagar el último, quedó como rehén y sufrió martirio en una cruz con forma de aspa como la del apóstol Andrés, arrancándole sus intestinos y sus miembros. Es el protomártir de los mercedarios.


-Ramón Nonato (1200-1240), nacido en Portell (Barcelona) y así llamado porque fue extraído del seno de su madre una vez muerta. Patrono de las parturientas. Muy joven entró en la Orden de la Merced y estuvo varias veces en Argel, rescatando esclavos. En la última y como no cesaba de hablar para convertir a sus carceleros, le perforaron los labios para ponerle un candado (¿se le podría declarar Patrono de los que llevan piercing?). Vuelto a España, la Santa Sede le nombró Cardenal, pero murió en Cardona cuando se dirigía a Roma.


-Pedro Pascual (1227-1300). Patrono de los estudiantes de la Orden de la Merced, a la cual perteneció. Nacido en Valencia de padres mozárabes, estudió en París donde fue ordenado sacerdote y tuvo como compañeros de estudios a Buenaventura (1218-1274) y Tomás de Aquino (1224-1271). Vuelto a España es nombrado Obispo de Jaén. Prisionero de los moros en Granada, muere decapitado. Se le atribuye la autoría de la “Biblia Parva”, escrita en valenciano, compendio de obra cultural y religiosa, muy consultada. La escribió para que su lectura mantuviese la fe de los cautivos en Granada. Esta autoría se ha utilizado como arma política entre “valencianistas” y “catalanistas”: si se escribió antes de la entrada del Rey Conquistador en Valencia, demuestra que los mozárabes allí establecidos ya hablaban esta lengua; si se escribió después, indica que son los catalanes los que nos enseñaron la suya.

El mercedario, a parte de los tres votos habituales en cualquier orden religiosa (castidad, pobreza y obediencia), se compromete con un cuarto: mi vida por tu libertad, porque considera que, al rescatar esclavos cristianos, no solo salva cuerpos sino, y sobre todo, salva almas que corren inminente peligro de perder la fe. Hacen colectas y acuden a los sitios donde se les espera: si llevan bastante dinero para pagar el rescate, acompañarán en su retorno al recién liberado; de lo contrario este volverá a la patria solo y el mercedario ocupará su puesto hasta que otro hermano acuda a salvarle o muera agotado por el sufrimiento o de forma violenta.

1238.- Nolasco y algunos de sus monjes caballeros (que los hubo dentro de la Orden mientras duró la Reconquista), se encuentran en el campamento de El Puig con las huestes de Don Jaime. Durante siete noches, los allí alojados ven siete estrellas que permanecen quietas sobre un espacio del terreno; Nolasco lo considera una señal del cielo. Ahondan en la tierra señalada y descubren, protegido por una campana, un medio relieve en piedra calcárea cincelada, de estilo bizantino, que mide 98 x 62 cm, y representa a la Virgen ataviada a la manera oriental, con el Niño.

1240.- Don Jaime da órdenes para que se levante una iglesia en honor de la Señora, en el mismo lugar en que Nolasco encontró la imagen, junto con vivienda para los mercedarios, a quienes confía la guarda y cuidado de dicha iglesia. A tal efecto, dona unos terrenos a Arnau de Carcasona, General Maestro de la Orden.

Ha nacido el Real Monasterio de Nuestra Señora de El Puig, en el que profesó y está enterrado Fray Juan Gilabert Jofré

1271.- En el Monasterio vive una comunidad compuesta por 4 sacerdotes, 4 caballeros laicos y un comendador de la Orden.
En la Iglesia se entierra al tío de Don Jaime, Guillem d´Entença, que ocupó su puesto en el campamento, pero murió antes de entrar en Valencia; a familiares del Almirante Roger de Lauria; miembros de la familia Cardona; a mercedarios…

1407.- Benedicto XIII, creyente del milagro de su aparición, concede indulgencia plenaria a los que peregrinen a la Iglesia de la Virgen de El Puig.

Son consideraciones de tipo religioso y no estético lo que promovió la construcción de estos edificios en el pasado, por lo que en el trascurso de los siglos, en este Monasterio (y en otros) se han efectuado reformas y remodelaciones, empleando el estilo arquitectónico imperante en esos momentos. Lo importante era conservar la “fábrica” para que continuara cumpliéndose el fin que los promovió: el culto católico.


El Patriarca Juan de Ribera, arzobispo de Valencia (1532-1611), pone la primera piedra del monasterio renacentista, que de hecho tiene una semejanza estilística con el de El Escorial, y deposita la momia del Padre Jofré en una urna.

También le obsequia con ¡un cocodrilo! Disecado, por supuesto, parejo al que se exhibe en su propia Iglesia, ambos llegados del Nuevo Mundo. Desapareció en 1936. Según Teodoro Llorente (1836-1911; uno de los fundadores de la sociedad valenciana de Lo Rat Penat), estaba sujeto a una pared, acompañado de un letrero que decía: “si parleu a la pancha vindreu” (no habléis o en mi tripa acabaréis), lo cual debía ser bastante disuasorio para los chavales que iban con sus madres.

1588.- El Patriarca, en solemne procesión, manda trasladar la imagen de la Virgen, por la que sentía gran devoción, a la Catedral de Valencia. Se celebran rogativas por el triunfo de la Armada Invencible. La derrota no hace que mengüe el amor del Patriarca por la Señora.

Felipe II permite a la Real Cofradía de Nuestra Señora de El Puig que efectúe una colecta en joyas y dinero por todos sus reinos.

1639.- Tirso de Molina (1579-1648), ilustre mercedario, escribe “El Monasterio de El Puig y su origen”.

1835.- Desamortizaciones. Expulsión de los mercedarios. La iglesia se convierte en parroquia del pueblo y el monasterio, en dependencias municipales.

1860.- El Puig, cantera de piedra en la construcción del puerto valenciano.

1900.- “Aplec” (Llamamiento). Cultura Valenciana lanza un SOS.

1905.- Roban tablas del siglo XIV (¡qué bien vigilada tanta riqueza!); denuncia anónima alerta a la Policía, que encuentra a los “cacos” cuando intentaban venderlas en La Lonja.

1922.- Vuelven los monjes. La amortización, un fraude.

1931.- Nueva expulsión. Actos iconoclastas. Cárcel para unos.

1939.- Cárcel para otros.

1948.- Vuelven los mercedarios definitivamente.

1969.- La O. de la M. se convierte en propietaria legal del Monasterio y este es declarado Monumento Nacional. Por cierto, por una norma de la II República (Ley del Tesoro Artístico 13/05/1933) que también afectó al “Misterio de Elche”.

Esta Ley ha influido poderosamente en las legislaciones europeas en la materia. Se debe a Ricardo de Orueta (1868-1939).


Un edificio sólido, que ha recibido arreglos y reconstrucciones recientes, alabados o criticados, pero que alberga ocho siglos de Historia









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